Socialistas alrededor de su historia
Los sindicalistas de la UGT abrieron las puertas de su casa a aquel que tantas veces cedi¨® la suya cuando se necesit¨®. Curro L¨®pez del Real, un socialista hist¨®rico, estuvo el martes en Sevilla y los militantes se dieron un ba?o de partido, de honradez a?eja, de ilusi¨®n, de viejas siglas y nuevo esp¨ªritu de juventudes. El socialista de carn¨¦ m¨¢s antiguo que hay en Espa?a, tras la muerte de Ram¨®n Rubial, conserva tanta lucidez como a?os, y ya tiene 77. O algunos menos, seg¨²n se haga la cuenta, porque varios se los robaron en la c¨¢rcel y 32 los pas¨® en el exili¨®. Pero no los perdi¨®. Mejor que lo cuente ¨¦l: "Cuando yo viv¨ªa en Bruselas, mi casa parec¨ªa la posada el peine. Por all¨ª pasaban de cuando en cuando, Alfonso, Felipe, Manolo [Chaves]".
Cuando Curro L¨®pez habla, los socialistas no tienen apellidos, y mucho menos cargos, para quien los acogi¨® en su casa del exilio cuando el horno en Espa?a estaba para pocos bollos. Carmen Hermos¨ªn recuerda perfectamente aquella ¨¦poca: "Entonces, los socialistas de toda la vida no se fiaban de los j¨®venes a menos que fueran hijos de socialistas, y Curro siempre los recibi¨® y los apoy¨®".
Todos los militantes se arremolinaban en la noche del martes alrededor de Curro. El ruido no dejaba escuchar muy bien pero el decano de los socialistas intent¨® el relato de una an¨¦cdota. "Cuando a Franco le dio el primer achuch¨®n, yo dije que no fumaba m¨¢s hasta que no se muriera, y dej¨¦ de fumar. Pero como soy andaluz por los 47 costados y un tonto supersticioso, pens¨¦ que si de nuevo volv¨ªa a fumar, Franco no se morir¨ªa nunca. Y no lo hice. Ahora, el d¨ªa que palm¨®, me fum¨¦ un puro as¨ª de grande", separa las manos en una medida imposible, al menos para un puro fumable.
Los que han pasado c¨¢rcel, exilio y penalidades varias, ven en Franco un ogro irrepetible y, aunque afirman que Pinochet no es una hermanita de la caridad, no dudan en decir que "Franco mat¨® en una esquina m¨¢s personas que Pinochet en toda su dictadura".
Curro L¨®pez del Real vivi¨® 32 a?os fuera esperando que se muriera el que estaba dentro. Todav¨ªa recuerda un congreso de la Confederaci¨®n Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) que los reuni¨® en M¨¦xico: "Est¨¢bamos en el bar hablando de si ca¨ªa el dictador o no ca¨ªa, de si se mor¨ªa o no se mor¨ªa, y cuando le pedimos al camarero unas coca colas se mostr¨® muy sorprendido". Curro r¨ªe y aclara: "El pobre, relacionaba la coca cola con el imperialismo y no lo comprend¨ªa".
Y as¨ª pasa la noche, entre recuerdos de unos y otros. Francisca Mesa ha llegado de Granada para pasar unos d¨ªas con su hija y se ha encontrado con la sorpresa: Curro L¨®pez del Real, aquel que ella escuchaba en los m¨ªtines cuando era joven, estaba en un acto en la sede de UGT. Y hasta all¨ª se fue Francisca el martes. "Yo soy militante desde...", mueve los brazos intentando buscar una fecha precisa que no encuentra: "Desde que nac¨ª", concluye. "He vivido y he visto todo lo que ha pasado. La gente no acaba de comprender lo que hay que luchar para situarnos en la igualdad, en el respeto y en la convivencia".
Que se lo pregunten a Curro, que de luchas, algo sabe. Las de entonces y las batallas que ahora se libran, por fortuna, en las urnas: "Si en las pr¨®ximas elecciones no se gana, no tenemos perd¨®n".
La sede ugetista ten¨ªa el martes regusto de antiguas ¨¦pocas de lucha. Los sindicalistas barbudos repart¨ªan pines y hasta la palabra rep¨²blica se oy¨® en alg¨²n corrillo.
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