"Me gusta reivindicar el derecho a la pereza" RAM?N DE ESPA?A
Pregunta. Publicaste un disco antes del verano y tengo la impresi¨®n de que no se enter¨® nadie. Pero tambi¨¦n me parece que a ti ya te est¨¢ bien, que pusiste en las tiendas un disco que te gustaba y, si la gente lo compraba, bien, y, si no, tambi¨¦n.Respuesta. Desde luego, no me he matado promocion¨¢ndolo, pero es que esa parte del trabajo del m¨²sico no me interesa en absoluto. No tengo ninguna prisa por publicar y me conformo con grabar un disco cuando me apetece. Este ¨²ltimo, adem¨¢s, es especialmente triste, lo que no ayuda a las ventas. Son canciones francesas de esas que te dan tanto asco.
P. Mujer, no digas eso. Es cierto que la mayor parte de la chanson me aburre profundamente, pero me gustaba mucho Serge Gainsbourg. Y algunas cosas de Brel... Y supongo que, en tu adolescencia, Par¨ªs y la canci¨®n francesa eran conceptos estimulantes, especialmente si uno viv¨ªa en la Barcelona franquista.
R. Por supuesto. Siempre recordar¨¦ el primer viaje que hice a Par¨ªs, con mis padres. Vi actuar a Brassens, que me gust¨®, aunque no era precisamente un animal esc¨¦nico, y a Brel, que me fascin¨® por la manera que ten¨ªa, tan histri¨®nica y eficaz, de interpretar sus canciones.
P. Y de Brel a la can?¨® no hubo m¨¢s que un paso, ?no?
R. Fue m¨¢s bien la can?¨® la que dio el paso, en forma de un par de simp¨¢ticos personajes que se presentaron en mi casa para convencerme de que me dedicara a cantar: Quico P¨ª de la Serra y Enric Barbat. Yo, entonces, estudiaba filosof¨ªa y viv¨ªa con mis padres. Si me dejaron cantar fue porque en la can?¨® hab¨ªa se?ores mayores y respetables como Miquel Porter i Moix y Josep Maria Espin¨¤s, con los que, por otra parte, nunca tuve mucha relaci¨®n.
P. ?Demasiado solemnes para ti?
R. La verdad es que Quico y Enric eran bastante m¨¢s divertidos. Y Raimon. Casi nadie sabe que Raimon es un tipo con mucho sentido del humor.
P. Y un compositor muy respetable. Yo creo que es como los Sex Pistols: s¨®lo sabe tres acordes, pero les saca mucho partido.
R. A m¨ª lo que m¨¢s me admira de Raimon es que sigue tan enamorado de su mujer, como cuando la conoci¨® hace 30 a?os. No conozco a nadie m¨¢s que le pase algo as¨ª. Nunca olvidar¨¦ un paseo por Bilbao, hace a?os, en el que Raimon, feliz y enamorado, iba por la calle gritando "?Annalisa, Annalisa!
P. En tu opini¨®n, ?qu¨¦ parte ocupaba el nacionalismo en la can?¨®?
P. Yo s¨®lo puedo hablar por m¨ª, y yo nunca he sido nacionalista. Lo que pasa es que hab¨ªamos tenido que escuchar muchas tonter¨ªas con respecto a Catalu?a. En el colegio, las monjas nos dec¨ªan que la cultura catalana no exist¨ªa y que el catal¨¢n era, pr¨¢cticamente, un dialecto. Y claro, ante semejantes barbaridades, una se subleva y se pone a cantar en su propio y maltratado idioma. Yo no sab¨ªa nada de la poes¨ªa catalana hasta que Francesc Parcerisas, en la facultad, me hizo leer a Salvat Papasseit, que me encant¨®. Menos mal que empez¨® por Salvat y no por Foix, pues en ese caso igual hubiera pasado del catal¨¢n.
P. ?No hab¨ªa cierto fundamentalismo antianglosaj¨®n en la can?¨®, como si el rock and roll fuera una frivolidad?
R. No por mi parte. Yo hasta ten¨ªa un noviete ingl¨¦s (de los de hacer manitas y nada m¨¢s, no creas) que tocaba con un conjunto de melenudos en Lloret de Mar, antes de que Lloret de Mar fuera lo que es ahora, y me gustaban mucho los Beatles. Con ese chico y sus amigos fui a ver Que noche la de aquel d¨ªa. Y con Quico fui a ver a los Beatles en Barcelona. Fue un gran d¨ªa. Hasta le hice una foto a George Harrison, es ¨¦sa que est¨¢ ah¨ª enmarcada. Y Leslie, que es muy mono, me dijo: "Nena, t¨² si fueses extranjera triunfar¨ªas mucho".
P. No parece que el triunfo sea algo que te quite el sue?o.
R. No entiendo a esa gente que se pasa el d¨ªa trabajando para acumular millones. No s¨¦ para qu¨¦ los quieren. Yo tengo el piso pagado, mi hijo no pasa hambre, llego a fin de mes con algunos programas de radio. No s¨¦, igual es que soy muy perezosa, pero me gusta reivindicar el derecho a la pereza.
P. Como Paul Lafargue, el yerno de Marx, autor de un op¨²sculo memorable al respecto. ?D¨®nde te sit¨²as pol¨ªticamente?
R. Bueno, voto a los socialistas y eso es todo. He seguido el consejo que me dio en la facultad mi amigo Paco Fern¨¢ndez Buey, que me dijo que un artista no debe militar en ning¨²n partido pol¨ªtico. Me hizo ilusi¨®n, porque yo nunca me hab¨ªa considerado una artista. Yo, en esa ¨¦poca, solo ten¨ªa claro lo que ten¨ªa claro casi todo el mundo: que vivir en una dictadura es un asco.
P. T¨² nunca has pasado factura por supuestos servicios prestados. No te quejas, no exiges nada al Gobierno aut¨®nomo, no pides cuotas para el catal¨¢n en la radio...
R. No creo en las cuotas. Es muy triste que la gente te escuche porque no tiene m¨¢s remedio.
P. ?Te has retirado de las actuaciones en directo?
R. Bastante. Hace a?os, en mitad de un bolo, me dije: "Guillermina, ?qu¨¦ haces aqu¨ª a tu edad?". Eso de ir de un lado a otro con la guitarra bajo el brazo puede ser inaguantable. De todas maneras, estoy pensando en presentar p¨²blicamente el nuevo disco.
P. Con un poco de retraso, ?no? El disco sali¨® en mayo.
R. Eso es lo de menos. Me gustar¨ªa hacer algo m¨¢s que cantar las canciones en un escenario, as¨ª que estoy en conversaciones con mi amigo ?ngel Pavlovsky para que me monte un espect¨¢culo.
P. Una curiosidad, ?qui¨¦n fue el primer Motta?
R. Un bisabuelo emigrante, aunque la mayor parte de los Motta est¨¢n en Sudam¨¦rica. De la rama italiana lo ¨²nico que he sacado es un panettone que me enviaron una vez de la casa Motta. Algo es algo.
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