Ventajismo de HB
LA DIRECCI?N de Herri Batasuna propugna la "abstenci¨®n activa" para las elecciones generales. El objetivo proclamado es "deslegitimar las instituciones espa?olas" en el Pa¨ªs Vasco, y para ello espera lograr que la participaci¨®n electoral no supere el 50%. La iniciativa cuestiona la voluntad del entorno de ETA de participar en la vida pol¨ªtica democr¨¢tica y coloca en situaci¨®n desairada a sus socios de Lizarra.Ya en 1996 hubo en HB y ETA un debate sobre el posible boicoteo a las elecciones. Finalmente decidieron presentarse con la condici¨®n de que las candidaturas fueran encabezadas por presos de ETA y familiares de v¨ªctimas de los GAL. Es decir, s¨®lo a efectos propagand¨ªsticos y de denuncia del sistema. Ahora, de acuerdo con la estrategia de apertura de un nuevo proceso constituyente apuntada en Lizarra, se tratar¨ªa de escenificar la ruptura con el marco institucional vigente. La ponencia de la Mesa Nacional de HB para el congreso que se celebrar¨¢ en diciembre atribuye un papel central a la Asamblea de Electos como alternativa a las actuales instituciones y adelanta el objetivo de convocar un d¨ªa elecciones para el conjunto de territorios de Euskal Herria. En realidad, no hace mucho que se celebraron elecciones simult¨¢neas en Euskadi, Navarra y Pa¨ªs Vasco franc¨¦s: en las europeas del 13 de junio; las fuerzas nacionalistas quedaron en conjunto por debajo del 50%.
Desde el nacionalismo democr¨¢tico se ha reaccionado con preocupaci¨®n. El PNV no particip¨® en las elecciones de ¨¢mbito espa?ol hasta 1914, excepto una experiencia en 1907-1909. Sin embargo, tras la restauraci¨®n de la democracia en 1931, y lo mismo tras la desaparici¨®n de Franco, ni siquiera se plante¨® la posibilidad de regresar al abstencionismo, considerado perjudicial para los intereses nacionalistas.
La preocupaci¨®n del PNV y EA es l¨®gica. Por el efecto distorsionador de las relaciones pol¨ªticas y por la evidente carga coactiva de la consigna. Aunque algunos sectores s¨®lo han visto en la ocurrencia de HB la posibilidad de tener ellos m¨¢s esca?os, es evidente que la din¨¢mica desatada afectar¨ªa a todos los partidos, y tal vez especialmente a los nacionalistas democr¨¢ticos. Su representatividad podr¨ªa verse afectada, y, desde luego, su capacidad negociadora ante el poder central. PNV y EA tendr¨ªan dificultades para contrarrestar, especialmente en los pueblos peque?os, la presi¨®n psicol¨®gica de quienes identificar¨¢n a los votantes, de cualquier formaci¨®n, como "opuestos a la construcci¨®n nacional". Y la idea de contabilizar como votos rupturistas todas las abstenciones -incluyendo el 30%-35% de abstenci¨®n t¨¦cnica- es insuperablemente ventajista.
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