La Fundaci¨®n BBK refleja en veinte obras la fuerza primitiva de los grabados de Paul Gauguin
Los dos ¨²nicos aguafuertes que Paul Gauguin (1848-1903) realiz¨®, otros 17 grabados en madera y una p¨¢gina doble del peri¨®dico Le Sourire que el artista franc¨¦s imprimi¨® en su estancia en Tahit¨ª forman la exposici¨®n que se abri¨® ayer en la sede bilba¨ªna de la Fundaci¨®n BBK (Gran V¨ªa, 32) y que se podr¨¢ visitar hasta el 12 de diciembre. Las obras, procedentes de dos colecciones privadas, reflejan todo el primitivismo que el autor intent¨® recuperar en sus grabados. La muestra cobra especial importancia, ya que es muy escasa la obra de Gauguin que se puede ver en Espa?a.
"S¨®lo hay dos cuadros de este artista en Espa?a, uno en el Museo Thyssen de Madrid y el que est¨¢ en el Museo de Bellas Artes de Bilbao", puntualiz¨® ayer el comisario de la muestra, Kosme de Bara?ano. "La mayor parte de la obra de Gauguin se encuentra en el Museo D"Orsay de Par¨ªs, el Metropolitan de Nueva York y la National Gallery de Washington. En Espa?a tampoco se han hecho exposiciones de este artista", subray¨® De Bara?ano.Gauguin recuper¨® para sus grabados en madera las t¨¦cnicas cl¨¢sicas que utilizaban Alberto Durero y los artistas del Renacimiento, por un lado, y utiliz¨® el sentido del color de los grabados japoneses que se empiezan a exponer en Par¨ªs en 1870, por otro. Gauguin revitaliz¨® el arte del grabado en madera incoporando el primitivismo original. Los 17 grabados que se presentan en Bilbao est¨¢n realizados tanto en Tahit¨ª como en Par¨ªs.
Los dos aguafuertes, los ¨²nicos que realiz¨® en su vida, son La mujer con higos (1894) y el retrato del poeta simbolista franc¨¦s St¨¦phane Mallarm¨¦ (1891). ?ste lleva un cuervo sobre su cabeza para representar la traducci¨®n que Mallarm¨¦ hizo del poema de Edgar Allan Poe El cuervo.
Gauguin est¨¢ especialmente relacionado con Bilbao, como indic¨® ayer De Bara?ano, primero por tener un abuelo materno bilba¨ªno y luego a trav¨¦s del escultor vasco Francisco Durrio, con quien mantuvo una larga e intensa amistad. Durrio fue quien trajo a Espa?a sus cuadros por primera vez, para la Exposici¨®n de Arte Moderno realizada en Bilbao en el a?o 1900. El influjo de la mirada de Gauguin llega a Picasso, adem¨¢s, de la mano de Durrio, quien le habla del artista y sus t¨¦cnicas. Durrio fue el albacea de Gauguin cuando este parti¨® en 1895 definitivamente para Tahit¨ª.
Retrato del artista
La exposici¨®n de la obra gr¨¢fica de Gauguin se abre con un retrato del artista, sentado indolentemente y con la mirada perdida, bajo un pensamiento suyo que es una definici¨®n de su legado: "S¨®lo quise establecer el derecho a atreverse a todo. El p¨²blico no me debe nada, ya que mi obra es s¨®lo relativamente buena, pero los pintores que hoy se aprovechan de su libertad, s¨ª me deben algo" (1902).
Otras frases del pintor franc¨¦s se suceden en la sala de la Fundaci¨®n BBK. Cada obra va acompa?ada de una explicaci¨®n, que describe la composici¨®n, encuadra la obra en un periodo creativo y vital de Gauguin y describe el proceso de impresi¨®n.
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