Gubern narra la fascinaci¨®n de la generaci¨®n del 27 por el cine
'Proyector de luna' analiza el influjo de la c¨¢mara en los intelectuales
La generaci¨®n del 27 y el cine nacieron juntos y vivieron un idilio, porque para aquellos intelectuales el s¨¦ptimo arte supuso el encuentro entre la m¨¢quina y la poes¨ªa. Esta fascinaci¨®n, que s¨®lo se rompi¨® en 1931 con la llegada de la Segunda Rep¨²blica, es la esencia de Proyector de luna (Anagrama), un ensayo de Rom¨¢n Gubern (Barcelona, 1934) en el que desvela el sentido prof¨¦tico de Bu?uel, que intuy¨® hace 70 a?os que el cine europeo jam¨¢s podr¨ªa competir con la industria de Hollywood.
"La generaci¨®n del 27 consideraba el cine m¨¢s que un arte una industria. En este sentido, vituperaban al cine europeo, del que pensaban que era una expresi¨®n intelectualoide, lacrim¨®gena y rom¨¢ntica, frente al norteamericano, que buscaba entretener. Esta consideraci¨®n de cine europeo como cine de autor y el americano como cine de mercanc¨ªa sigue vigente hasta hoy. Ya entonces Bu?uel dijo que, aunque el cine europeo prospere nunca tendr¨¢ la eficacia del cine norteamericano", explic¨® ayer Rom¨¢n Gubern, catedr¨¢tico de Comunicaci¨®n Audiovisual de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, en la presentaci¨®n del ensayo Proyector de luna, en la Residencia de Estudiantes de Madrid.Esa sincron¨ªa entre los intelectuales y el cine -que se rompi¨® con la irrupci¨®n de un cine sonoro torpe- no s¨®lo fue est¨¦tica, sino que conceb¨ªan el cine como una f¨¢brica de sue?os barata para las masas, las protagonistas del nuevo siglo. Una idea que luego recogi¨® Ortega y Gasset en La rebeli¨®n de las masas, indic¨® Gubern. "Para ellos, el cine es el arte de lo moderno y despreciaban el teatro de Arniches y Marquina, muy del gusto de la burgues¨ªa espa?ola".
En Proyector de luna, Gubern cuenta que Lorca escribi¨® un poema sobre Charlot que nunca se atrevi¨® a publicar. Tem¨ªa el rechazo de Bu?uel y Dal¨ª, que tachaban al c¨®mico de "putrefacto" y con quienes ya hab¨ªa tropezado Lorca, porque no les gustaba su Romancero gitano. "A diferencia de los surrealistas franceses, Dal¨ª y Bu?uel ten¨ªan a Charlot como ejemplo de sentimentaloide, era un personaje detestable para la ¨¦poca. El que les gustaba era Buster Keaton. Ese poema fue importante porque Lorca no lo acab¨®, ni lo public¨®. Y porque, para Lorca, Charlot era femenino. Hab¨ªa interpretado a un travesti y a una Carmen.
Para Gubern, Bu?uel y Dal¨ª apenas fueron conscientes de que con los 16 minutos de El perro andaluz alumbran el cine surrealista: "Esa pel¨ªcula fue una cantera de ideas y contiene muchos gui?os: el perro era la masturbaci¨®n y de una mano salen hormigas, el equivalente en La edad de oro al dedo vendado".
El catedr¨¢tico relata tambi¨¦n que Bu?uel dirigi¨®, desde 1928 a 1931, un cineclub en Madrid, que cerr¨® el 31 de mayo, d¨ªas despu¨¦s de la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica. "La ¨²ltima sesi¨®n fue El acorazado Potemkin, y el p¨²blico sali¨® en masa a la calle, pero al llegar al Ministerio de Cultura apareci¨® la polic¨ªa. Fue una premonici¨®n de lo que llegar¨ªa despu¨¦s: el conflicto armado entre derecha e izquierda".
Babelia
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