Lluvia
Aunque mucho necesitamos y deseamos que se llenen los pantanos, Sevilla se pone imposible cuando llueve, por la humedad, los charcos, los atascos de husillos y de circulaci¨®n, las bocinas de los coches, el gorgoteo de las tuber¨ªas, el incordio de los paraguas y lo que se pierden, y, sobre todo, porque nos ponemos de mal humor. Para colmo, me han cogido las aguas leyendo a Bernhard, lo que, en semejante circunstancia, no deja de ser otra fatalidad, con esa seducci¨®n que ejerce mientras te va machacando hasta dejarte hecho una piltrafa y sin remedio, por est¨²pidos, in¨²tiles y mezquinos que somos.Lloviendo sal¨ª del masoquismo literario camino del Teatro de La Maestranza, donde llegu¨¦ tarde a Las bodas de F¨ªgaro por culpa de la lluvia y de Bernhard: me qued¨¦ leyendo hasta el ¨²ltimo momento sin contar con los atascos previsibles. Al entrar en el teatro se me vino encima todo el trastorno mental acumulado y, de no estar all¨ª el personal del teatro, me hubiera atacado de irritaci¨®n por idiota. No era la ¨²nica retrasada y nos atendieron tan bien que apenas perdimos nada; a pesar del agua y sin el menor asomo de mal humor, con la mayor de las amabilidades, nos fueron acompa?ando dentro a oscuras, en el momento oportuno y sin molestar a nadie. Un primor.
Tard¨¦ un poco en tranquilizarme y dejarme llevar por la m¨²sica. Durante un rato s¨®lo pod¨ªa pensar en la cantidad de tonter¨ªas que estaban diciendo en el escenario y en c¨®mo se afanaban los cantantes en dar veracidad a esas tontadas con movimientos y gestos que deb¨ªan dificultar el enorme esfuerzo de sus voces. Total, que tras desaprovechar un buen rato que hubiera podido ser un placer, por fin pude meterme en lo que deb¨ªa meterme y disfrutar hasta el final. A la salida fuimos bastantes quienes tuvimos que volver desde la puerta de la calle a nuestro asiento a recoger el paraguas porque segu¨ªa lloviendo, pero est¨¢bamos contentos y no nos importaba, ni tampoco chapotear en los charcos, ni esperar un taxi, ni sentir la humedad trepando por los huesos. ?Lo que puede solucionar un buen entretenimiento! Por lo menos un rato, una noche. No vuelvo a coger el libro de Bernhard hasta que haga buen tiempo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.