Clinton condiciona la celebraci¨®n de una nueva cumbre palestino-israel¨ª al logro de progresos
El esp¨ªritu del desaparecido primer ministro Isaac Rabin ha logrado aparentemente reactivar las esperanzas de una paz definitiva entre israel¨ªes y palestinos, quienes se han comprometido junto con Estados Unidos a celebrar una nueva cumbre sobre Pr¨®ximo Oriente en fecha pr¨®xima, aunque el presidente Bill Clinton la supedit¨® al logro de avances sensibles. El principio de acuerdo fue comunicado ayer al finalizar la reuni¨®n de dos d¨ªas de Oslo, donde los principales protagonistas del proceso de paz rindieron un homenaje al desaparecido Rabin, asesinado ahora hace cuatro a?os.
La celebraci¨®n de la nueva cumbre, la tercera entre israel¨ªes y palestinos bajo los auspicios de Estados Unidos, fue comunicada con todo tipo de cautelas por el presidente Bill Clinton a la salida de una conversaci¨®n celebrada con el presidente palestino, Yasir Arafat, y el primer ministro israel¨ª, Ehud Barak, en la residencia del embajador norteamericano en Oslo, durante la que analizaron la situaci¨®n del proceso de paz. "Estamos de acuerdo en que podr¨ªamos celebrar perfectamente una cumbre, al final del proceso y una vez se hayan efectuado progresos", asegur¨® de manera imprecisa Clinton, antes de a?adir sus esperanzas de que habr¨¢ progresos y de que la nueva cumbre podr¨¢ llevarse a t¨¦rmino.
La celebraci¨®n de una nueva cumbre hab¨ªa sido planteada insistentemente por Barak, quien en los ¨²ltimo d¨ªas ha reiterado la necesidad de celebrar una reuni¨®n maratoniana similar a la de 1978, en Camp David, entre Israel y Egipto, que culmin¨® en la paz entre los dos pa¨ªses. La sugerencia israel¨ª fue acogida en un primer momento con frialdad por el propio Clinton, quien dijo que hab¨ªa demasiados temas pendientes y la situaci¨®n a¨²n no estaba madura para otra cita de ese nivel.
La reuni¨®n de Oslo, tal y como reconoci¨® ayer Clinton, ha sido el punto de partida de las negociaciones del Estatuto Final que palestinos e israel¨ªes iniciar¨¢n el pr¨®ximo d¨ªa 8 en Ramala. All¨ª se tratar¨¢ de definir jur¨ªdica y pol¨ªticamente la entidad palestina, discutiendo al mismo tiempo sobre los problemas pendientes, como el agua, las fronteras, la seguridad, las relaciones internacionales, los refugiados y, sobre todo, Jerusal¨¦n y los asentamientos.
Pero a pesar de los resultados, aparentemente pobres, en Oslo nadie ha perdido el tiempo. Arafat ha aprovechado los dos d¨ªas para pedir el fin de los asentamientos jud¨ªos en los territorios palestinos. Lo ha pedido de todas las maneras posibles; en sus apariciones p¨²blicas y en sus encuentros bilaterales, incluido el mantenido a solas con Clinton, a quien ense?¨® mapas y documentos de todo tipo con los que trat¨® de demostrar la voluntad colonialista del actual Gobierno laborista israel¨ª. El Ejecutivo israel¨ª ha dado en los ¨²ltimos meses permiso para construir 3.500 nuevas viviendas.
Arafat volvi¨® a insistir una vez m¨¢s ayer por la ma?ana en el tema de los asentamientos en el acto p¨²blico de homenaje a Rabin, en el vest¨ªbulo del Ayuntamiento de Oslo, ante centenares de invitados, a los que expres¨® su "gran preocupaci¨®n ante los efectos destructores de la colonizaci¨®n", y record¨® que ""la clave de la paz es el fin de la ocupaci¨®n y de la colonizaci¨®n".
Parec¨ªa como si a Arafat no le convencieran o no le hubieran llegado los rumores y las filtraciones de las conversaciones privadas entre Barak y Clinton el d¨ªa anterior, en las que el primer ministro israel¨ª anunci¨® al presidente norteamericano su intenci¨®n de desmantelar la mayor parte de las colonias, agrupando las restantes en tres grandes ¨¢reas.
Por su parte, Barak ha aprovechado Oslo para dar a entender que algo se mueve entre sirios e israel¨ªes. Desde la capital noruega, el primer ministro israel¨ª ha querido enviar un gui?o a las autoridades de Damasco anunciando el nombramiento de su representante en las futuras e hipot¨¦ticas conversaciones: el general retirado Uri Sagy.
El nombramiento oficial de Sagy como jefe de la delegaci¨®n israel¨ª se hizo semanas atr¨¢s, pero se hab¨ªa mantenido en secreto por deseo expreso de Barak, quien no quer¨ªa dar a los sirios la imagen de que se encuentra presuroso e impaciente por iniciar las negociaciones, intentando as¨ª que sea el propio Hafez El Asad el que d¨¦ el primer paso positivo en el proceso de paz.
Sagy, ex responsable de los servicio secretos del Ej¨¦rcito israel¨ª, form¨® parte de la delegaci¨®n que durante la ¨¦poca Rabin establecio las primeras negociaciones con Siria, en Wye Plantation, en un proceso que qued¨® m¨¢s tarde bloqueado por el asesinato del primer ministro laborista y la llegada al poder del derechista Benjam¨ªn Netanyahu.
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