El saxo de Joshua Redman

El mundo del jazz parece renovarse d¨ªa a d¨ªa. A cada momento surgen generaciones enteras de j¨®venes leones dispuestas a comerse el mundo, nombres que suben como la espuma y r¨¢pidamente pasan a engrosar la lista de segundones o simples acompa?antes detr¨¢s de los de siempre y de los pocos que sobreviven a esa dura criba. Joshua Redman fue, hace s¨®lo unos a?os, uno de esos aireados j¨®venes leones pero, a diferencia del resto de m¨²sicos de su generaci¨®n (pr¨¢cticamente de casi todos), Redman demostr¨® inmediatamente su val¨ªa y no s¨®lo como instrumentista virtuoso (cualidad que casi todos los jazzmen j¨®venes poseen, incluso en exceso), sino como m¨²sico completo y prospectivo. Adem¨¢s, es un tremendo comunicador (pocos jazzmen actuales se saben meter tan r¨¢pidamente al p¨²blico en el bolsillo como este saxofonista). Esta noche Joshua Redman podr¨¢ demostrarlo una vez m¨¢s en el Palau de la M¨²sica Catalana dentro del 31? Festival Internacional de Jazz de Barcelona (21.30 horas con el tr¨ªo del vibrafonista barcelon¨¦s Gene Barri como telonero). Redman ha tocado en diversas ocasiones en Barcelona, pero ¨¦ste ser¨¢ su primer concierto como l¨ªder. Joshua Redman es hijo de otro nombre hist¨®rico del jazz contempor¨¢neo, el saxofonista Dewey Redman (hoy casi olvidado aunque sigue en activo), y parece haber heredado de su padre, a pesar de no haber vivido nunca con ¨¦l, la facilidad para adentrarse en terrenos poco trillados y hacer del jazz una aventura constante. Redman es de los pocos int¨¦rpretes que pueden partir de cualquier m¨²sica, desde canciones populares hasta temas cl¨¢sicos, para crear un estilo tan personal como variado en el que se a¨²nan pasado y futuro, como ya demostr¨® con su recordada participaci¨®n en la pel¨ªcula Kansas City, de Robert Altman.