Comunidad de Madrid

Soy la esposa de un trabajador de la empresa Energ¨ªa Nuclear, cuyo marido, va para tres a?os, enferm¨® de esclerosis lateral m¨²ltiple, una terrible enfermedad que le ha ido paralizando progresivamente todos sus miembros, hasta dejarle complemente paral¨ªtico total, en un sill¨®n de ruedas, sin poder hacer el menor movimiento de todos sus miembros, ni siquiera para poder comer o comunicarse con los dem¨¢s.Mi marido trabaj¨® durante 41 a?os sin faltar un solo d¨ªa en dicha empresa, cotizando a la Seguridad Social, sin necesitar nada de ella. Muchas veces le dec¨ªa: si meti¨¦semos ese dinero en una hucha, ?cu¨¢nto no tendr¨ªamos para el d¨ªa que cayeses enfermo? D¨¦jalo, mujer, me contestaba, que se lo gasten en otros que lo necesiten m¨¢s que nosotros y no tienen posibles; y a?ad¨ªa: que no nos haga falta nunca. ?sos eran sus buenos y cristianos sentimientos. ?Qu¨¦ poco sab¨ªa, el pobre, de lo que le esperaba! ?El calvario que estamos pasando... y la Seguridad Social sin querer echar una mano, en ning¨²n sentido. No pedimos ayuda econ¨®mica, en absoluto. Estamos hartos de solicitar una residencia de la Comunidad de Madrid.

A mi marido le concedieron la invalidez y tiene una n¨®mina de 200.000 pesetas. La residencia privada donde est¨¢, en Navalcarnero, nos cuesta 150.000 pesetas m¨¢s los a?adidos. Con el resto tengo que vivir yo. Mis dos hijos casados est¨¢n viviendo fuera, muy lejos. Yo s¨®lo pido que le trasladen cerca de donde yo vivo, para poder estar con ¨¦l, d¨ªa y noche. Parece ser que pido imposibles.

El se?or Ruiz-Gallard¨®n, muy solemnemente, dec¨ªa que los espa?oles ten¨ªamos que estar orgullosos de la Seguridad Social que tenemos. Aqu¨ª queda mi petici¨®n p¨²blica. S¨®lo pedimos que le acerquen un poco m¨¢s a su casa.-