Los letrados creen que hay m¨¢s anomal¨ªas de las que se denuncian

VIENE DE LA P?GINA 1 En ese caso concreto se dio la particularidad de que no existi¨® nunca el pleito porque el abogado jam¨¢s cumpli¨® con el encargo de llevar a los tribunales la demanda que se le hab¨ªa encargado.

Una de las sanciones de nueve meses para el ejercicio de la profesi¨®n se impuso a un abogado que no s¨®lo no liquid¨® a su cliente lo que le deb¨ªa, sino que adem¨¢s dispuso de la herencia que gan¨® en el pleito.

En dos casos, el colegio expuls¨® al letrado. Una de esas resoluciones se aprob¨® hace unos d¨ªas en la ¨²ltima reuni¨®n que celebr¨® la junta del Colegio de Abogados y se impuso a un letrado que captaba clientes en el servicio de urgencias de un hospital utilizando como gancho a los servicios de enfermer¨ªa.

Esa es una pr¨¢ctica de la que el colegio de Barcelona ya ten¨ªa alguna noticia y que se propone combatir a toda costa, seg¨²n Luis del Castillo. "Se ha dado incluso alg¨²n caso de un abogado que lleg¨® a ofrecer los servicios a una familia en el tanatorio estando el difunto de cuerpo presente", asegura el presidente de la comisi¨®n de deontolog¨ªa.

Luis del Castillo asegura que estos comportamientos son absolutamente excepcionales y recuerda que en el colegio de Barcelona hay actualmente m¨¢s de 11.800 letrados en ejercicio.

Pese a ello, algunos abogados consultados por este diario aseguran que las denuncias que llegan al colegio no son m¨¢s que la punta del iceberg de unas pr¨¢cticas poco ¨¦ticas que afectan a m¨¢s letrados de los que indican las cifras oficiales y que nunca llegan a la mesa de Luis del Castillo. As¨ª, en los ¨²ltimos meses se ha empezado a extender entre una decena de letrados la pr¨¢ctica de prometer a un cliente que est¨¢ en la c¨¢rcel la gratuidad o una rebaja de sus servicios si, a cambio, logra que se le encargue la defensa de otros reclusos en manos de otros letrados.

Luis del Castillo afirma que el colegio de Barcelona desconoce por completo estas pr¨¢cticas y anima a los letrados a denunciarlas porque, a su entender, podr¨ªan suponer la expulsi¨®n.