El caso de la comunidad aut¨®noma vasca
Seg¨²n el autor, la implantaci¨®n dela energ¨ªa e¨®lica requiere las m¨¢ximas del ecologismo constructivo.
La energ¨ªa e¨®lica cuenta, de antemano, con una aceptaci¨®n generalizada por parte de la poblaci¨®n de esta comunidad vasca. El debate y la confrontaci¨®n no est¨¢ pues en el rechazo o aceptaci¨®n de esta energ¨ªa renovable, sino en la forma de su implementaci¨®n.La s¨²bita promoci¨®n en la C.A.V. de la energ¨ªa del viento, a traves de grandes concentraciones de aerogeneradores en las sierras y monta?as de esta peque?a y humanizada comunidad, ha levantado una dura confrontaci¨®n que exige una pausada reflexi¨®n.
Las crester¨ªas en Euskal Herria son espacios naturales cr¨ªticos, escasos, culturalmente emblem¨¢ticos y, en consecuencia, ¨¢ltamente valorados por la poblaci¨®n vasca. La producci¨®n el¨¦ctrica prevista en esas concentraciones de aerogeneradores tendr¨¢ una muy peque?a incidencia en el balance energ¨¦tico final de esta comunidad que, adem¨¢s, se dispone a promocionar tambi¨¦n a gran escala importantes proyectos energ¨¦ticos de plantas convencionales de combustibles f¨®siles, plantas de regasificaci¨®n, de cogeneraci¨®n, de incineraci¨®n con un buen aprovechamiento energ¨¦tico, etc¨¦tera.
El tema a tratar aqu¨ª es, sin embargo, el de los proyectos e¨®licos que, de ning¨²n modo pueden aislarse del conjunto de la pol¨ªtica energ¨¦tica en curso.
Incluso desde alg¨²n sector sindical y del ecologismo se corre el riesgo de desvirtuar y tergiversar el problema ofreciendo carta blanca a esa avalancha de promociones privadas de los eufem¨ªsticamente denominados "parques e¨®licos", ubicados a lo largo de apreciadas monta?as y crester¨ªas de Euskal Herria. Sin embargo, el s¨ª incondicionado a la energ¨ªa e¨®lica en absoluto debiera equipararse al no a la energ¨ªa nuclear, ni siquiera confrontarse demag¨®gicamente con el rechazo al CO2 de las fuentes f¨®siles convencionales. Este es, adem¨¢s, el falaz argumento utilizado por los sectores pronucleares.
Las fuentes energ¨¦ticas renovables, si se dise?an y programan equivocadamente, pueden generar un da?o ambiental-cultural inaceptable para determinadas comunidades, aunque globalmente su impacto ambiental sea m¨¢s beneficioso que el equivalente en la producci¨®n energ¨¦tica de los combustibles f¨®siles. Y ¨¦ste es, a mi juicio, prec¨ªsamente el caso que se est¨¢ dando en la C.A.V., con una cultura, idiosincracia y caracter¨ªsticas naturales de su territorio muy espec¨ªficas que, ciertamente, la singularizan. Si no fuera as¨ª ?por qu¨¦ Albacete o Arag¨®n asumen, sin pr¨¢cticamente contestaci¨®n u oposici¨®n alguna, sus proyectos de grandes parques e¨®licos?
La energ¨ªa e¨®lica, promocionada a traves de grandes "parques" a lo largo de las monta?as y crester¨ªas de la C.A.V. es sentida, socialmente percibida por significados sectores de esta Comunidad, como una alternativa que promocionada de esta manera genera importantes impactos ambientales-territoriales-culturales en la "escala local", aunque ciertamente supongan un beneficio ambiental a "escala global" en la medida en que sustituya la producci¨®n energ¨¦tica nuclear o de los combustibles f¨®siles. En definitiva nos enfrentamos a un nuevo ejemplo del tradicional conflicto ecol¨®gico-ambiental de "perjuicios y costes locales versus beneficios globales".
Quiz¨¢s su implantaci¨®n en Euskal Herria requiera un enfoque y dimensi¨®n diferente m¨¢s acorde con las tradicionales m¨¢ximas del ecologismo contructivo. No se puede iniciar la promoci¨®n de energ¨ªas renovables a traves de grandes proyectos, concentrados o centralizados con criterios privados de "oportunidad de negocio" en cualquier entorno, sino que hay que promocionar la utilizaci¨®n "blanda" y no "dura", descentralizada y dispersa, de las llamadas energ¨ªas alternativas renovables. Utilizaci¨®n a peque?a escala y con el m¨ªnimo impacto ambiental, que ocupen poco suelo y sin requerir obras de acceso traum¨¢ticas, con un impacto paisaj¨ªstico m¨ªnimo y, a poder ser, promocionadas y explotadas por la administraci¨®n y entidades p¨²blicas locales, o conjuntamente con la iniciativa privada.
Este enfoque hol¨ªstico es particularmente necesario en la C.A.V. donde:
- Hay una gran densidad de poblaci¨®n y, en consecuencia, humanizaci¨®n de un territorio natural cada vez m¨¢s degradado.
- Hay poco suelo y el que queda, particularmente sus monta?as y crester¨ªas, es altamente valorado.
- Hay una enorme sensibilidad hist¨®rica-cultural hacia sus monta?as y espacios naturales escasos.
- La aportaci¨®n de esos "parques e¨®licos" al balance energ¨¦tico de esta Comunidad ser¨¢, en cualquier caso, una porci¨®n m¨ªnima del consumo final que, adem¨¢s, se prev¨¦ abastecer con una desproporcionada y antiecol¨®gica oferta de t¨¦rmicas convencionales.
El problema, en consecuencia, no se puede presentar con la radicalidad que caracteriz¨® al enfrentamiento con la energ¨ªa nuclear, sino que debe abordarse de manera mucho m¨¢s flexible y contrastada, sobre todo all¨ª donde se contemplan hoy grandes proyectos de plantas t¨¦rmicas convencionales y de regasificaci¨®n en un absurdo y trasnochado programa de obtener una falsa "autosuficiencia" con la producci¨®n local de energ¨ªa el¨¦ctrica.
Aqu¨ª radica el aut¨¦ntico debate pendiente y no en la vana pretensi¨®n de ocupar e industrializar esos privilegiados espacios naturales de las escasas sierras y crester¨ªas de Euskal Herria con largos e impactantes rosarios de aerogeneradores.
Jos¨¦ Allende es catedr¨¢tico de la UPV-EHU.
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