Eleanor Rigby
Una reciente y macabra estad¨ªstica nos dice que en Madrid mueren en soledad no s¨¦ cuantos miles de ancianos al a?o (he olvidado la cifra, ?pero qu¨¦ m¨¢s da que sea uno o mil?). Y es tanta la soledad en que mueren que hasta que no empiezan a oler mal nadie se da cuenta de su existencia. Entonces uno piensa que quiz¨¢s lo macabro, lo triste, lo horrible, no sea que mueran solos, sino que hayan vivido (?cu¨¢nto tiempo?) en la m¨¢s completa soledad. Porque, ante ese abandono e ignorancia en vida, ?qui¨¦n nos dice si a veces no es mejor morir solo que mal acompa?ado? Como dir¨ªa la canci¨®n de los Beatles: "?De d¨®nde viene toda esa gente solitaria?". Y la pregunta, inevitablemente, se ramifica hasta el infinito: ?eran solteros/as?, ?viudos/as sin hijos?, ?ten¨ªan familia?, ?estaban enfermos?, ?alguien les hac¨ªa una caricia?, ?ten¨ªan ganas de seguir viviendo?Eleanor Rigby recog¨ªa el arroz de la iglesia donde se hab¨ªa celebrado alguna boda y lo guardaba en una jarra. Deduzco que E.R. deb¨ªa de ser soltera, estaba un poco trastornada y quiz¨¢s algo sorda (en ese caso no tendr¨ªa derecho a la teleasistencia). Pero es igual que fuera viuda, con muchos hijos y que gozara de un perfecto estado de salud (al menos en este caso s¨ª tendr¨ªa derecho a la teleasistencia). Da igual, porque un d¨ªa u otro la soledad termina lleg¨¢ndonos a casi todos, ya sea por ausencia o por rechazo. Probablemente alg¨²n d¨ªa me toque a m¨ª morir solo y alg¨²n vecino de fino olfato d¨¦ la alarma pasado cierto tiempo. Entonces pasar¨¦ a formar parte de la estad¨ªstica. No importa. No importar¨¢ en absoluto. Lo que de verdad importa son los a?os de soledad que todav¨ªa quedan hasta que Cloto, L¨¢quesis y Atropos vengan a visitarme (al menos entonces ya no estar¨¦ tan solo).- .
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