El AVE: Consenso social y pol¨ªtico

Durante los ¨²ltimos meses estamos asistiendo a un intenso debate pol¨ªtico y social en torno a la necesidad de que Valencia, al igual que las principales ciudades de la Comunidad Valenciana, como es el caso de Alicante y Castell¨®n, se integren, en el espacio de tiempo m¨¢s breve, en la red de Alta Velocidad tanto espa?ola, como europea. Nos va en ello la capacidad de afrontar los retos que se nos avecinan en las mismas condiciones que el resto de regiones econ¨®micas m¨¢s importantes.En este debate todo el mundo coincide, adem¨¢s de en su importancia, en la urgencia del proyecto y en la viabilidad; as¨ª como en que su definici¨®n satisfaga plenamente las necesidades de las diferentes ¨¢reas territoriales por las que deben discurrir los trazados. Solamente as¨ª se justifica una inversi¨®n multimillonaria que con el tiempo debe ser amortizada y rentabilizada.

A nadie se le escapa que Valencia y su ¨¢rea metropolitana con 1,5 millones de habitantes e important¨ªsimos equipamientos, tanto de ¨ªndole econ¨®mica como cultural y l¨²dica, han de ser el principal punto de origen/destino de una infraestructura ferroviaria dise?ada para competir, no s¨®lo con el tr¨¢fico terrestre, sino incluso, con el a¨¦reo. Ignorar este elemento supondr¨¢, adem¨¢s de un intolerable gesto de discriminaci¨®n del cap i casal, un enorme acto de irresponsabilidad que conducir¨¢ al fracaso uno de los proyectos estrat¨¦gicos para comenzar el pr¨®ximo siglo.

Si pretendo poner el acento en las posturas coincidentes de los sectores econ¨®micos y sociales m¨¢s significativos, es porque contrasta llamativamente con la falta de definici¨®n de las administraciones auton¨®mica y municipal. Es como si los dirigentes pol¨ªticos elegidos para defender nuestros intereses, fueran incapaces de atender adecuadamente la demanda generalizada que les exige actuar con coherencia en la toma de decisiones.

En este sentido, no acierto a entender las maniobras dilatorias del presidente Zaplana, preocupado por no indisponerse con el Ministerio de Fomento, empecinado en defender la opci¨®n sur (por Albacete), opci¨®n que todos califican como un disparate t¨¦cnico y econ¨®mico. Pero mucho menos comprendo la actitud de Rita Barber¨¢, que permanece "ciega, sorda y muda" ante la posibilidad de que se consume un error hist¨®rico que dejar¨¢ a Valencia a 475 kil¨®metros de Madrid, con una duraci¨®n del viaje no inferior a 2 horas y 10 minutos y con 2,7 millones menos de potenciales viajeros al a?o. ?No son estos motivos suficientes para que la alcaldesa de Valencia se pronuncie con claridad en defensa de los intereses de la ciudad?

En reiteradas ocasiones, le he manifestado mi predisposici¨®n a caminar juntas en esa direcci¨®n y solamente he recibido por su parte descalificaciones, nunca argumentos.

Nos jugamos mucho los valencianos y valencianas en este asunto como para que sea objeto de disputas partidistas, al margen de las verdaderas necesidades de la ciudad.

Nuestra responsabilidad como dirigentes pol¨ªticos es buscar el m¨¢ximo acuerdo que permita a las acciones de gobierno avanzar en el bienestar colectivo.

Por ello, seguir¨¦ insistiendo en que todos los grupos pol¨ªticos del Ayuntamiento de Valencia hagamos un pronunciamiento com¨²n en favor del trazado del AVE a Madrid m¨¢s directo, es decir, la llamada opci¨®n norte (por Cuenca). Es la ¨²nica que puede colmar las aspiraciones a las que leg¨ªtimamente tenemos derecho. Se trata, en definitiva, de convertir en consenso pol¨ªtico lo que ya es un consenso social.

Ana Noguera es portavoz del Grupo Municipal Socialista Progresista.