Washington, en la Cibeles
El Banco de Espa?a exhibe al p¨²blico, por primera vez, pintura extranjera
El Banco de Espa?a, situado apenas a un suspiro del Thyssen-Bornemisza y del Prado, se ha incorporado al club de los museos madrile?os de pintura. Al menos, hasta el pr¨®ximo 30 de enero. Por primera vez en la historia de la instituci¨®n bancaria madrile?a, su columnada sala de acceso por el singular chafl¨¢n de la plaza de Cibeles cuelga p¨²blicamente lienzos, grabados y planos procedentes de una instituci¨®n extranjera, en este caso, la Reserva Federal de Washington. Pueden ser contemplados por el p¨²blico sin tr¨¢mites previos.La exposici¨®n se denomina Arquitectura y pintura del Consejo de la Reserva Federal de Wasgington, DC. Re¨²ne obras de pintores estadounidenses que decoran habitualmente el edificio de la sede bancaria de la capital norteamericana. Hay telas de Prellwitz, Cochran, Leavitt, Howard Butler, Walter Macewan y Horace Bundy, entre otros, as¨ª como gouaches y dibujos a l¨¢piz de David Huntington. Son obras en su mayor parte pintadas en el siglo XIX, de trasunto costumbrista; hay bodegones, como uno espl¨¦ndido de James Henry Wright; retratos familiares, como La se?ora Daniels y sus dos hijas, de John White Alexander; marinas, como una masa azul infinita de William de Leftwich, y parajes, valles y cumbres cercanos a Nueva York, incluso de otros tan alejados como el monte Rainer, en el Estado de Washington, junto al Pac¨ªfico: se yergue imponente sobre un lago de aguas mansas ba?adas de luz invernal, que espeja su picacho nevado, obra de Eliza Barchus.
La exposici¨®n a?ade una colecci¨®n de bocetos con los planos del concurso para la construcci¨®n, en 1936, del edificio de la Reserva de Washington. Son del arquitecto Paul C. Cret, cuyo estudio se hallaba en la esquina de la Avenida 17 con la calle de Samson, en Filadelfia. De sus trazos surge el rigor neocl¨¢sico, y la riqueza, del banco de los bancos estadounidenses.
La exposici¨®n es una muestra pict¨®rica digna, en la que la ingenuidad y la decoratividad de sus alargadas telas puede contrastar un punto con la magnificencia de los tesoros de los museos madrile?os tan pr¨®ximos, incluso los del propio Banco de Espa?a, depositario de una colecci¨®n de 322 lienzos que abarca desde el siglo XV hasta nuestros d¨ªas; m¨¢s que el contenido de la nueva exposici¨®n, su mensaje es el de la primicia muse¨ªstica del banco madrile?o como galer¨ªa de pintura for¨¢nea.
Pero no. El Banco de Espa?a no va a rivalizar ni con el Museo del Prado ni con el Thyssen-Bornemisza. S¨®lo se trata de una exposici¨®n de intercambio consecutiva a la que mont¨® la Reserva en Washington el a?o pasado, con telas del fondo de arte del banco espa?ol, durante las asambleas del Fondo Monetario y el Banco Mundial. "Nos pidieron goyas y maellas, y se los cedimos temporalmente", dice una fuente del palacio de Cibeles. Ahora, este montaje, obra del conservador espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa Vi?uelas y de Mary Anne Goley, del programa de Bellas Artes de la Reserva Federal, responde a aquel trueque. El p¨²blico puede entrar en el herm¨¦tico Banco de Espa?a con la idea de que forma parte de los grandes museos del eje del Prado. Si la f¨®rmula cuaja... qui¨¦n sabe.
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