LA CR?NICA El "Palau de la Pacheca" EMPAR MOLINER
Mar¨ªa del Monte tiene una voz tan inmensa que ser¨ªa capaz de ponerle la piel de gallina a un anfibio (que siempre ha presumido de ser un bicho sin poros). El lunes la fui a ver, con unos matrimonios, al Palau de la M¨²sica, pero aquello pronto dej¨® de ser el Palau de la M¨²sica para pasar a ser el Palau de la Pacheca. Empezamos a dar palmas y a piropearla con tanto ardor que por un momento los responsables del recinto tuvieron miedo de que alguien sacase los tacos de jam¨®n y de que empez¨¢ramos a dejarnos probar los bocatas los unos a los otros.Para que comprendan el p¨¢nico de los porteros a que la siller¨ªa se pusiese perdida de chorretones aceitosos, les dir¨¦ algo: el Palau es tan bonito y cuco que cuando lo ves te dices que no es posible que todav¨ªa no sea propiedad de Focus. Seguro que ellos tambi¨¦n lo han pensado y cualquier d¨ªa saldr¨¢n por el escenario los de Rent haciendo el pino.
Mar¨ªa del Monte emocionar¨ªa a cuaquier tipo de p¨²blico por dif¨ªcil que fuese. Ella es la ¨²nica que deber¨ªa atreverse a actuar en sitios fuera del circuito, como la c¨¢rcel de Alcatraz o la convenci¨®n anual del GIL. Para saber si un cantante tiene realmente carisma siempre me lo imagino actuando en Sing Sing.
Al principio ser¨ªa recibida con silbidos y amenazas, como todos, pero a los dos minutos, los m¨¢s fieros delincuentes estar¨ªan a sus pies babeantes y palmeros.
La estoy viendo: "?Convictos todos! ?Compa?eros! ?Chivatos en general!", dir¨ªa. "El alcaide me ha pedido que os interprete el C¨¢ntame antes de dar comienzo el mot¨ªn anual de la c¨¢rcel, al que, por cierto, ?est¨¢is todos invitados!". "?Bieeen!", gritar¨ªan ellos. Pero Mar¨ªa seguir¨ªa seduci¨¦ndolos y anim¨¢ndolos: "?Ol¨¦! ?Adelante, peligrosos sociales!". Y ellos, ya rendidos, se arrancar¨ªan: "C¨¢aantame, me dijiste c¨¢aantame...". Entonces la cosa se complicar¨ªa: "?Y ahora s¨®lo los asesinos!". "C¨¢ntame por el camino...". "?S¨®lo atraco a mano armada!". Ellos: "Y agarrada a tu cintura me qued¨¦...". "?Robo con intimidaci¨®n!". "A la sombra de los pinos".
Creo que Mar¨ªa no qued¨® descontenta de nosotros como p¨²blico, sobre todo porque nos esforzamos en conseguir que no se notara que somos los t¨ªpicos sosos catalanes. Lo que yo les diga; conseguimos parecer enrollados con mucha dignidad, pero no gracias al esfuerzo colectivo, sino sobre todo a un entusiasta grupito de la platea que emul¨® ese genial sketch del Se?or Ruidos en Barrio S¨¦samo. Uno de ellos se pas¨® la noche lanz¨¢ndole un ¨²nico piropo. "?Mar¨ªa, haces contraste con el Palau!". Se lo repiti¨® varias veces porque ella, claro, estaba cantando y no pod¨ªa atenderle. "?Oye Mar¨ªa, que haces contraste con el Palau!". Y se lo dec¨ªa con tanto cari?o que parec¨ªa que llamara a su mujer para que le abriera la puerta del bloque. El se?or Piropo, en realidad, quer¨ªa decir que su belleza no desmerec¨ªa junto a la del Palau, pero todos le entendimos.
A su lado se sentaba una se?ora con una voz tan aguda que me pareci¨® volver a escuchar al rubio de Los Pecos pero acelerado. "?Mar¨ªa! ?A que no pensabas que te recibir¨ªamos as¨ª en Barcelona?", le aullaba contenta, dando rienda suelta a su complejo de culpa por ser ligeramente catalana.
Ya saben lo que pasa con el p¨²blico catal¨¢n (estoy segura de que a Mar¨ªa se lo advirtieron). Un catal¨¢n puede pasarse la vida sin decir nada gracioso, que todo el mundo lo comprender¨¢. Qui¨¦n no ha o¨ªdo alguna vez aquello de "mam¨¢, ?por qu¨¦ est¨¢ tan triste ese se?or?", "d¨¦jale, ?no ves que es catal¨¢n?". O lo de "no, no fumo, es que soy catal¨¢n". Si un catal¨¢n se muestra un d¨ªa expansivo y alegre, desconfien. Seguramente les est¨¢ preparando una autopsia sorpresa para su cumplea?os.
Lo de los andaluces es mucho m¨¢s duro. Su obligaci¨®n como p¨²blico es estar alegres y tener hambre. Es lo que se espera de ellos. Mar¨ªa lo cant¨® muy bi¨¦n: "Me gusta dormir la siesta, yo soy del Sur". La versi¨®n que har¨ªa Santi Vendrell, supongo que se la imaginan: "Me gusta currar a todas horas y no pagar las copas, soy catal¨¢n".
Fue, en fin, una noche ¨²nica. Mar¨ªa del Monte en el Palau se ve¨ªa peque?ita y poderosa como un souvenir "recuerdo de Sevilla". Todos tuvimos ganas de raptarla para que pasara el resto de sus d¨ªas encima de nuestra tele, al lado del toro. S¨®lo tengo un reproche para ella. La selva africana y la sabana est¨¢n en peligro. En ella ya no quedan tigres, leones y bisontes crudos. Est¨¢n todos muertos, yacen encima de las se?oras que conforman el grueso de su p¨²blico. Son se?oras muy listas. Hacen suya aquella m¨¢xima que dice: "Yo llevo piel aut¨¦ntica porque s¨®lo ser¨¦ ecologista en caso de que el term¨®metro marque m¨¢s de cinco grados". Mar¨ªa del Monte, que es la austeridad hecha mujer, que s¨®lo sac¨® dos trajes en todo el show, tiene que decirles algo. Mar¨ªa, que lleva un sencillo mo?o donde las otras llevan peinados como pagodas, no puede callar m¨¢s. Mar¨ªa, que seguro que aprovechar¨¢ ese vestido blanco de ayer para la noche del fin del milenio, tiene que decirles algo o pronto se extinguir¨¢n los documentales.
Antes de conocerla yo era una profana de la copla. Solo hab¨ªa o¨ªdo a Mar¨ªa del Monte en las gasolineras y en el mercado de Canovelles, donde tengo un cu?ado que falsifica casetes (el que tiene m¨¢s salida, por cierto, es Jean-Michel Jarr¨¦, el de Campos magn¨¦ticos).
Ahora sigo sin entender de copla, pero tambi¨¦n soy una profana del vino y s¨¦ distinguir un Se?or¨ªo de Heredero Gran Reserva de un vulgar Vi?a ?lcera. Mar¨ªa del Monte es el Se?or¨ªo de Heredero. Muy buena.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.