Al padrecito no se lo llevan
El intento del arzobispo de Cuzco de expulsar a un cura navarro desata una ola de solidaridad
No mide m¨¢s de 1,60. No debe de pasar de los 50 kilos. Sin embargo, el dominico navarro Pablo Zavala, de 52 a?os, acaba de provocar una revuelta en la Iglesia de Cuzco.El arzobispo, Alcides Mendoza, ha emitido una orden de expulsi¨®n contra Zavala, p¨¢rroco de San Crist¨®bal. Los superiores llamaron al dominico a Lima. Zavala fue al aeropuerto de Cuzco el pasado d¨ªa 17. Hab¨ªa tanta gente para abrazarle, que perdi¨® el vuelo. Intent¨® irse en el siguiente, pero unos 200 feligreses formaron un cord¨®n que le impidi¨® abordar el avi¨®n. Le izaron a hombros y se lo llevaron de vuelta a la ciudad. La muchedumbre lloraba, cantaba. En la c¨¦ntrica avenida El Sol le sentaron en el cap¨® de un coche blanco, y le hicieron dar as¨ª una vuelta triunfal a la Plaza de Armas. Le lanzaban flores. Los transe¨²ntes aplaud¨ªan a su paso.
As¨ª regreso a su parroquia. Una veintena de mujeres mont¨® guardia tras levantar una barricada con bancos. "A nuestro padrecito no se lo llevan", dijeron. Y prepararon una olla colectiva. La barricada sigue viva.
"Este hombre es un santo", explican los feligreses. "La iglesia de San Crist¨®bal estuvo abandonada 30 a?os. Las ratas se com¨ªan hasta las im¨¢genes. En 18 meses, el padrecito la restaur¨®, con su propio dinero".
El arzobispo Mendoza no goza del mismo favor: "Estamos hartos de sus zancadillas. Prohibi¨® encender velas en la catedral. Hab¨ªa colocado un sistema el¨¦ctrico y si quieres luz hay que meter plata cada minuto. Es puro negocio. Para la procesi¨®n del Corpus tampoco quiere m¨²sicos, ni cohetillos, ni alfombras de flores, ni danzas".
En efecto, el pasado junio el arzobispo anunci¨® que quer¨ªa que el Corpus abandonase su "paganismo y juerga", seg¨²n dijo textualmente. A?adi¨® que no quer¨ªa muchedumbres en la catedral, porque all¨ª se guarda el tesoro cultural del Cuzco, y todo se deteriora.
"Quiz¨¢ quiere reservar el templo para las visitas de los turistas", comenta un parroquiano. "Es lo que ha hecho con el antiguo seminario de San Antonio Abad: darlo en concesi¨®n a una empresa tur¨ªstica para los pr¨®ximos 50 a?os. Ahora el seminario es el hotel de cinco estrellas El Monasterio, y el arzobispo es socio mayoritario. ?ll¨ª hay una estricta dieta: whisky, co?ac, caviar y champi?ones", a?ade.El arzobispo Mendoza reprocha a Zavala no integrarse en la realidad del clero cuzque?o, y le acusa de excederse en sus funciones y de usar su tel¨¦fono m¨®vil dentro del templo.
El dominico replica: "Ac¨¢ todo est¨¢ prohibido. No se puede decir misa en casa de una ancianita. Llegu¨¦ el 18 de enero del a?o pasado, y el arzobispo me recibi¨® un ratito el 18 de marzo. Yo he sido nombrado por tres a?os. Hay mucho que hacer, no se puede perder el tiempo".
Zavala es inseparable de su m¨®vil. Donde le llaman, acude. Cuando da los sacramentos, no cobra, s¨®lo acepta la voluntad. Es costumbre entre el clero de Cuzco aplicar unas tarifas que oscilan entre 1.600 y 16.000 pesetas (las familias pobres tienen que alimentarse con unos 160 pesetas al d¨ªa).
El dominico lleva 17 a?os en el Per¨². Antes de Cuzco, pas¨® 15 a?os en la Amazon¨ªa, cerca de la frontera con Brasil. Le ech¨® el alcalde. "Era una mala autoridad", dice Zavala. "Se empe?aba en meter a todos sus detractores en la c¨¢rcel, y yo me empe?aba en sacarlos. Me dijo: "Fuera, espa?olito de mierda"".
Por el momento, una cadena de fieles, que se releva, protege al padrecito en la iglesia de San Crist¨®bal. No quieren que se vaya.
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