Jueces prevaricadores
HASTA NO hace mucho hab¨ªa que retroceder muy atr¨¢s en la historia de la judicatura espa?ola para encontrar un juez condenado por prevaricaci¨®n. Pero desde hace algunos a?os este delito, incluido desde siempre en el C¨®digo Penal, ha comenzado a perseguirse: resulta que algunos jueces lo cometen y que se les condena por ello. A los resonantes casos de Pascual Estevill y G¨®mez de Lia?o se ha a?adido el del presidente de la Secci¨®n VIII de la Audiencia Provincial de Barcelona, Santiago Raposo. El Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a le ha condenado a 10 a?os de inhabilitaci¨®n especial, con la consiguiente separaci¨®n del cargo, por archivar, a sabiendas de que actuaba injustamente, una causa por delito fiscal por importe de 501 millones de pesetas contra el antiguo director financiero de Casinos de Catalu?a, Jaime Sent¨ªs, denunciante del caso del mismo nombre sobre una supuesta financiaci¨®n irregular de CiU.No es que antes no hubiera jueces prevaricadores, sino que no hab¨ªa modo de denunciarlos y demostrar que lo eran. La autoridad del juez, como si fuera due?o y se?or de la ley, ha constituido durante mucho tiempo un eficaz factor de impunidad ante la cr¨ªtica y la exigencia de responsabilidades, en consonancia con el autoritarismo vigente en Espa?a. Pero en una democracia esta coraza, de la que el llamado antejuicio ha sido hasta hace poco su expresi¨®n corporativa, no tiene raz¨®n de ser. Sin ella, la actuaci¨®n del juez aparece como lo que es y debe ser: una actividad p¨²blica sujeta a la cr¨ªtica y al imperativo de la ley como cualquier otro poder.
No hay que insistir en lo saludable que es para la justicia y la vida democr¨¢tica que, si existen jueces prevaricadores, se les persiga con la ley en la mano. Lo malo ser¨ªa que siguieran impunes. Quienes imparten justicia vulnerando la ley de "forma grosera, clamorosa , flagrante y manifiesta" como es el caso de Raposo no merecen ser jueces. Y, aunque a veces no se sepan las razones ocultas que mueven al juez prevaricador -irrelevantes a efectos del delito-, ser¨ªa muy instructivo conocerlas. En el caso de Raposo, por qu¨¦ tuvo "un inter¨¦s especial y personal" en atribuirse, sin corresponderle, la ponencia de una causa por defraudaci¨®n fiscal de 501 millones y archivarla despu¨¦s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.