Moto-mikeldi

JOS? MANUEL ALONSO

Entre las motocicletas que se exponen en el Guggenheim y la factory de Andy Warhol, que se presenta o representa en una sala contigua, hay puntos en com¨²n: formas, colores, dise?os... Este tipo de casualidades (y/o causalidades) son frecuentes cuando los artistas coinciden en el espacio, tiempo e influencias, pero no tanto cuando los artistas o las formas de arte no han podido conocerse. El ejemplo m¨¢s sorprendente es el de una escultura de Michelangelo y una cabeza en bronce realizada por un miembro de una tribu nigeriana de Benin. La explicaci¨®n en este caso es que ambos artistas se vieran afectados por el mismo sentimiento o rito: una mujer que, arrodillada, implora su salvaci¨®n. Pero la mayor coincidencia es otra: ambos fueron maestros del arte.

Esta causalidad-casualidad es m¨¢s sorprendente cuando hay muchos siglos y culturas por el medio, y cuando los actos de creaci¨®n no tienen la misma finalidad. Es la curiosa coincidencia que hemos encontrado entre la exposici¨®n del Arte de la Motocicleta y el Festival Internacional de Cine de Bilbao. Y no es porque motocicleta y cine (como se ve en la exposici¨®n) tengan aprovechamientos en com¨²n, sino por el hecho de que ese festival desde su nacimiento utiliza como s¨ªmbolo una figura de piedra arenisca que simula un animal, y que fue encontrada hace m¨¢s de cuarenta a?os junto a la ermita de San Vicente de Mikeldi, en Durango; de ah¨ª le vino el apelativo de ¨ªdolo de Mikeldi. Se dijo entonces que era un ex-voto oferente c¨¦ltico, similar a los toros hallados en otros lugares, pero con un disco solar o lunar entre sus patas. Pues bien, observando ese Mikeldi y el dise?o de algunas motos del Guggenheim, ambos parecen sacados del mismo artista, aunque la diferencia es de muchos siglos y, desde luego, de muy diferentes culturas y utilidades. Todo el tronco del animal, con la parte superior casi horizontal y alargada, parece el chasis de una moto; las patas parecen las ruedas, y el disco solar que guarda debajo del est¨®mago es el espacio donde suele ir el motor. Soprendente casualidad, pero cierta, y es que en el autor an¨®nimo del Mikeldi y en los que dise?aron las motos hubo una triple coincidencia: la naturaleza, el arte y el rito.