"Nuestro peri¨®dico es un s¨ªmbolo de la democracia en el Este"
Hace unos lustros cruzaba el umbral de las c¨¢rceles polacas con gran asiduidad nada voluntaria; hoy es el director de Gazeta Wyborcza, el peri¨®dico de m¨¢s ¨¦xito de toda Europa central y oriental. Vende m¨¢s de 500.000 ejemplares diarios y un mill¨®n los domingos de una publicaci¨®n rebosante de publicidad y con una informaci¨®n de s¨®lida calidad y profesionalidad. No ha querido ser accionista de ese suculent¨ªsimo negocio que es hoy Gazeta Wyborcza. Adam Michnik, que recibi¨® el jueves de manos del pr¨ªncipe de Asturias el Premio Cuco Cerecedo que otorga la Asociaci¨®n de Periodistas Europeos, es el alma de este peri¨®dico que ya es s¨ªmbolo de la democracia polaca. Otros disidentes perseguidos como ¨¦l por los reg¨ªmenes comunistas son hoy jefes de Estado como su amigo Vaclav Havel, pol¨ªticos o empresarios de ¨¦xito. Con los compromisos que para algunos se derivan de ello. Michnik s¨®lo tiene compromisos con la palabra y la dignidad humana.Ha sido siempre un admirador de la transici¨®n espa?ola hacia la democracia y defensor de hacer de ella el modelo en Europa central y oriental. En Polonia se impuso su tesis, pese a los esfuerzos en sentido contrario por parte de algunos antiguos amigos pol¨ªticos suyos. ?l, nunca sometido a correcci¨®n pol¨ªtica alguna, nunca condicionado en sus ideas e ideales por nada que no sea un cuasi sagrado respeto por los derechos del individuo y la compasi¨®n con la v¨ªctima del abuso o la injusticia, es el gran hombre libre de la nueva Europa oriental democr¨¢tica.
Pregunta. Su peri¨®dico comenz¨® como una gacetilla electoral de la agrupaci¨®n electoral Solidaridad en 1989, con t¨¦cnicas casi de "samisdat", la prensa clandestina bajo los comunistas. Hoy es un aut¨¦ntico crucero, el diario m¨¢s vendido, rentable y completo del Este. ?C¨®mo ha sido esta aventura que ahora ha cumplido 10 a?os?
Respuesta. La transformaci¨®n de Gazeta Wyborcza es muy significativa en la medida en que refleja los profundos cambios de la realidad de nuestra sociedad, con todos sus matices y su pluralidad. Y nos hemos esforzado por garantizar que en el diario se reflejen tambi¨¦n todas las opciones posibles en una sociedad democr¨¢tica. En este sentido Gazeta es un elemento t¨ªpico de la transformaci¨®n.
Pero en otro sentido tambi¨¦n somos at¨ªpicos porque los que hacemos el peri¨®dico seguimos siendo aquellos que ¨¦ramos cuando el diario no exist¨ªa. Creo que seguimos siendo quijotes en la defensa de la libertad y la democracia. Porque creemos que nuestro peri¨®dico es y debe ser mucho m¨¢s que un negocio. Debe ser un lugar com¨²n en el que diariamente crezca la democracia. Por eso me parece una maravillosa tarea. Ya llevo 10 a?os haci¨¦ndolo y por supuesto que muchas veces pienso que me gustar¨ªa tener tiempo para escribir m¨¢s yo, pero es muy importante poder hacer esta instituci¨®n tan importante de la democracia.
P. Usted fue uno de los m¨¢s osados en su continua cr¨ªtica y denuncia de los abusos de la dictadura y del sistema comunista. Sin embargo, muchos de los que entonces no osaban levantar la voz hoy son anticomunistas furibundos y usted critica sentencias como la reciente al dirigente germanooriental Egon Krenz.
R. Por supuesto, discrepo con la sentencia contra Egon Krenz. Me parece un absurdo que el mismo d¨ªa que le dan en Berl¨ªn una medalla y homenajes continuos a Mijail Gorbachov, a Krenz lo condenen a la c¨¢rcel. Por supuesto que hay que mirar al pasado, hay que tenerlo permanentemente vigilado y extraer del mismo consecuencias para nuestra conducta en el presente. Y tambi¨¦n es cierto que siempre hay que concentrarse en la defensa de las v¨ªctimas frente a los criminales. Pero esto no significa imponer leyes de vencedores sobre vencidos.
La actitud ante el genocidio debe ser clara y rotunda. Yo fui partidario de la intervenci¨®n en Kosovo precisamente para frenar el genocidio que hab¨ªa puesto en marcha Milosevic. Pero esto es muy distinto a la actitud que revela el hecho de condenar a Krenz 10 a?os despu¨¦s de caer el muro. Me parece una falta de magnanimidad y grandeza. A Krenz y a gente como ¨¦l le tienen que juzgar la prensa; y ante todo, los electores, pero no los jueces. Sin esa necesaria magnanimidad, sin esa voluntad pol¨ªtica de reconciliaci¨®n, hoy tanto Mandela como DeClerk tendr¨ªan que estar en prisi¨®n. Tambi¨¦n me he manifestado en contra de los intentos de traer al dictador chileno Pinochet a juicio aqu¨ª. La reconciliaci¨®n requiere esfuerzos de todos.
Respecto al fervor anticomunista de algunos, 10 a?os despu¨¦s de desaparecer el comunismo en sus pa¨ªses, a m¨ª me parece bien descrita con la imagen de ese hombre que se esconde detr¨¢s de un coche a orinar, el coche se va y el hombre se queda con el pito al aire. Perfectamente rid¨ªculo. Y tiene raz¨®n: los m¨¢s serviles entonces son los que m¨¢s gritan ahora.
P. Diez a?os despu¨¦s de recuperada la libertad de Europa Central gracias tambi¨¦n a Mosc¨², all¨ª corren otros vientos. La crisis chechena se agudiza y la escalada b¨¦lica es alarmante. ?No est¨¢ surgiendo aqu¨ª un cierto bonapartismo ruso que nos plantea serias interrogantes?
R. Es cierto, la situaci¨®n es muy preocupante y lo grave es que no existe soluci¨®n buena para Chechenia. Quiz¨¢s la menos mala fuera una soluci¨®n de la suerte de la aplicada en Timor, con una f¨®rmula negociada. Rusia tendr¨¢ en alg¨²n momento que retornar a la pol¨ªtica para resolver este conflicto.
Pero tambi¨¦n es cierto que, aparte por supuesto de la suerte de las v¨ªctimas en Chechenia, tambi¨¦n -y que nadie lo olvide-, los muchos rusos secuestrados y asesinados por terroristas y bandas criminales de chechenos en los ¨²ltimos a?os o las v¨ªctimas causadas por Basaiiev en Daguest¨¢n, la crisis chechena es una crisis rusa. Los generales rusos est¨¢n demostrando en Chechenia que se arrogan una autonom¨ªa alarmante respecto al poder civil y pol¨ªtico. No son tiempos f¨¢ciles para Rusia.
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