La B-30, la nueva gran v¨ªa metropolitana
En el ¨²ltimo cuarto de siglo el paisaje del ?rea Metropolitana de Barcelona ha sufrido tantos cambios como en toda su historia anterior. No es nada extra?o que su espectacular crecimiento atraiga poderosamente la atenci¨®n de los arquitectos interesados en la b¨²squeda de la que ellos llaman "ciudad real" o de las muchas Barcelonas diseminadas a lo largo de los 600 kil¨®metros cuadrados de superficie donde reside la mitad de la poblaci¨®n de Catalu?a. Este af¨¢n por entender la l¨®gica de la evoluci¨®n global de esta amalgama de municipios anim¨® a los arquitectos de la Escuela Superior de Arquitectura del Vall¨¦s, Antonio Font,Carles Llop y Josep M? Vilanova, a emprender en 1987 una investigaci¨®n exhaustiva que se recoge en el libro titulado La construcci¨®n del territorio metropolitano, presentado el pasado lunes por el prestigioso urbanista portugu¨¦s Nuno Portas.La conclusi¨®n a la que llegan los autores es que a¨²n se est¨¢ a tiempo de ordenar esta importante porci¨®n del territorio y para conseguirlo el mejor camino que se les ocurre proponer a las instituciones es el consenso.
La historia de la regi¨®n metropolitana de Barcelona en los ¨²ltimos 25 a?os coincide con la transformaci¨®n de la ciudad tradicional y compacta en una ciudad cada vez m¨¢s dispersa que se extiende por el territorio como una gran mancha discontinua. Sobre los distintos modelos de crecimiento que se han ido sobreponiendo en el tiempo y el espacio reflexionan los tres t¨¦cnicos ampliamente en la publicaci¨®n que acaba de editar la Mancomunidad de Municipios del ?rea Metropolitana de Barcelona. No se trata de un estudio m¨¢s que se plantea sobre un escenario altamente cambiante sino que nace con vocaci¨®n de ser ¨²til en la confecci¨®n del futuro Plan Territorial Metropolitano, que no acaba de cristalizar y que los t¨¦cnicos reclaman para racionalizar el proceso en marcha y poner coto a un tipo de crecimiento que consideran poco sostenible.
Las nuevas t¨¦cnicas de cartograf¨ªa digital han permitido a los autores profundizar en el conocimiento de la ciudad real. Los mapas permiten visualizar los sucesivos modelos de expansi¨®n que se han dado hasta los a?os setenta en unas localidades que fueron aumentando primero por agregaci¨®n de viviendas junto a los cascos urbanos ya existentes. Posteriormente, entre los setenta y mediados de los ochenta, se esparcieron por el territorio. Fue en esta ¨¦poca cuando el mapa metropolitano se fue salpicando de chalets que se levantaron para servir de segunda residencia pero que con el tiempo pasaron a ser el domicilio permanente de sus due?os.
Desde la segunda mitad de los ochenta y hasta hoy las redes viarias act¨²an de aut¨¦nticos imanes que determinan el lugar donde se enclavan un rosario de n¨²cleos residenciales y de industrias que dejaron de apostar por situaciones mas c¨¦ntricas. Las empresas buscan, adem¨¢s de las facilidades de acceso, lo que los especialistas llaman "efecto aparador" que les brinda un enclave pegado a las v¨ªas r¨¢pidas por las que discurrre un continuo flujo de automovilistas.
La visi¨®n que los autores plantean en positivo del escenario metropolitano actual constata las carencias que presentan muchas zonas residenciales con deficientes servicios y equipamientos, en las que se depende demasiado del veh¨ªculo particular, pero les interesa m¨¢s proponer l¨ªneas de actuaci¨®n para que los organismos supramunicipales se pongan las pilas y pacten la forma de cerrar un par¨¦ntesis de dilaci¨®n en la toma de decisiones. Uno de los objetivos principales que deber¨ªa perseguir el futuro plan territorial metropolitano es la ordenaci¨®n de los espacios libres antes de que sean ocupados por nuevas edificaciones o atravesados por nuevas infraestructuras.
Para Nunos Portas (autor de la primera versi¨®n del Plan de Ordenaci¨®n para la Expo 98 de Lisboa) no hay duda de que el libro La construcci¨®n del territorio metropolitano cambia la visi¨®n "de las Barcelonas" que se ten¨ªa hasta ahora. En su opini¨®n, Barcelona como ciudad ya hizo casi todo lo que pod¨ªa hacer dentro de sus muros; "el gran desaf¨ªo est¨¢ ahora en la gran Barcelona", apostill¨®.
Al referirse a la nueva l¨®gica del territorio Font habl¨® de que "hay una ¨²nica globalidad pero con muchos matices, o sea una ciudad de ciudades" y lo importante es, en su opini¨®n, encontrar los instrumentos urban¨ªsticos adecuados para poder incidir en esa realidad. Se ha pasado de unas ciudades fuertemente concentradas, en las que lo importante era estar lo m¨¢s cerca posible de la plaza mayor, a otras donde lo que cuenta es estar junto a una potente red viaria que nos permita desplazarnos con rapidez hasta la metr¨®polis. Para ilustrar su afirmaci¨®n Font compar¨® el papel que jug¨® en su d¨ªa la Gran Via en la formaci¨®n del Eixample barcelon¨¦s con el que juega la Autopista B-30 en la Regi¨®n Metropolitana. El problema es que antes de proyectar esta y otras v¨ªas r¨¢pidas, nadie pens¨® en el tremendo papel difusor y organizador del crecimiento urbano de su entorno. La actividad residencial, comercial e industrial se articula al calor de las infraestructuras y lo que est¨¢ ocurriendo en el ?rea Metropolitana en los ¨²ltimos a?os es un ejemplo clar¨ªsimo de ello.
Nadie cuestiona el protagonismo de las infraestructuras viarias en el cambio de uso del territorio, pero de lo que se trata, seg¨²n Carles Llop, es de que funcionen adem¨¢s otras l¨®gicas para que el desarrollo sea mas ecol¨®gico y sostenible. A la pregunta de qu¨¦ organismo debe arbitrar el proceso, Nuno Portas no duda en se?alar que hay que escuchar a la base, que en este caso son los ayuntamientos, y huir de las estructuras piramidales. El arquitecto portugu¨¦s es m¨¢s partidario de buscar soluciones transversales, aunque no siempre sean populares, que de crear nuevos organismos en pa¨ªses como Espa?a y Portugal, donde considera que existen quiz¨¢ demasiados.
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