Can¨®nigos
F?LIX BAY?N
Vamos progresando. Nuestros cl¨¦rigos -comenzando por mi paisano, el Beato Diego Jos¨¦ de C¨¢diz- se han pasado casi dos siglos anatemizando las ideas liberales y ahora se lanzan a defenderlas en la calle. La manifestaci¨®n del pasado lunes en C¨®rdoba ha hecho historia: no se hab¨ªa visto tanta gente siguiendo a un grupo de can¨®nigos desde el Congreso Eucar¨ªstico de Barcelona de 1953.
Pero no creo que todos los manifestantes marcharan en contra de la "politizaci¨®n estatalista", seg¨²n la terminolog¨ªa del obispo de C¨®rdoba. La mayor¨ªa acud¨ªa en defensa de cosas m¨¢s simples, alarmados por lo que les hab¨ªan dicho: que sus ahorros se iban a ir a Sevilla y a M¨¢laga. Quiz¨¢ es que nadie les hab¨ªa informado antes de a qu¨¦ dedica CajaSur parte de sus ahorros: a tareas tan alejadas de los intereses inmediatos de los cordobeses y del "deber cristiano" -por seguir utilizando la terminolog¨ªa del obispo- como colaborar con la pol¨ªtica especulativa de Gil en Marbella o restaurar las campanas de la Giralda para hacer posible que el desarrollado ego del presidente de CajaSur, Miguel Castillejo, fuese contentado con una nueva canonj¨ªa, la del Cabildo sevillano. Operaciones como ¨¦stas se deber¨ªan incluir tambi¨¦n en el balance de lo que Castillejo, en su ¨²ltima ep¨ªstola a sus clientes, llama "la mayor historia de amor entre el humanismo cristiano y C¨®rdoba".
Lo que probablemente no entend¨ªan los manifestantes cordobeses es que lo ¨²nico que de verdad est¨¢ en juego es la jubilaci¨®n de Castillejo, que no quiere retirarse seg¨²n le obliga la ley por haber cumplido 70 a?os. Curiosamente, ha sido el propio Castillejo, el que, defendiendo la pr¨®rroga de su cargo, ha proporcionado el m¨¢s contundente argumento a favor de los que sostienen que el papel de la Iglesia en CajaSur es completamente anacr¨®nico. ?l tiene que seguir, dijo, "porque no es f¨¢cil un relevo por otro sacerdote". Si es dif¨ªcil encontrar sacerdotes capaces de presidir CajaSur -a pesar de que Castillejo ha tenido un cuarto de siglo para ir buscando sucesor- se le hace un gran favor a la caja cordobesa y a la propia Iglesia cat¨®lica proponiendo alternativas a unas reglas del juego trazadas en 1864.
De alg¨²n modo, este pulso de la Iglesia a la Junta de Andaluc¨ªa ha hecho revivir las viejas tensiones entre poder civil y eclesi¨¢stico que brotan cada vez que ¨¦ste ve en peligro alguno de los privilegios que a¨²n conserva. Esto era previsible. Tan previsible como lo que han hecho los dirigentes del PP, que han dejado por un instante su viaje al centro para someterse -con no m¨¢s sentido cr¨ªtico que el perro de Paulov- a un tic cl¨¢sico de la derecha: ponerse en fila y seguir obedientes a las sotanas en cuanto las han o¨ªdo revolotear.
En un asunto tan chusco como ¨¦ste no pod¨ªa faltar un bardo agradecido: el escritor manchego de vocaci¨®n cordobesa Antonio Gala. Este hombre, que tanto predic¨® sobre el papel cr¨ªtico de los intelectuales durante el Gobierno del PSOE -aunque no durante los de Franco- escribi¨® la proclama de la manifestaci¨®n del lunes y ha dedicado alguna columna para defender a Castillejo. No es para menos: CajaSur est¨¢ gastando cientos de millones de pesetas en poner en marcha la fundaci¨®n Antonio Gala. ?Viva la independencia intelectual!
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