La perla de Cruyff, en Chamart¨ªn
El ex azulgrana Celades, ahora en el Celta, recalar¨¢ en el Madrid tras una azarosa trayectoria
El f¨²tbol ha tatuado el dibujo m¨¢s contradictorio posible sobre la joven piel de Albert Celades (Barcelona, 1975), jugador del Celta que actuar¨¢ en el Real Madrid a partir de la pr¨®xima temporada. La operaci¨®n se cerr¨® en la noche del viernes en un hotel madrile?o, seg¨²n inform¨® ayer el diario As.La facilidad con la que Celades se distingue para interpretar el juego sobre el c¨¦sped se ha visto acompa?ada por el bagaje de una realidad ¨¢spera y dif¨ªcil de afrontar fuera del campo.Los entresijos de la m¨¢quina en que se ha convertido el f¨²tbol mercantil de nuestros d¨ªas le han curtido hasta el punto de que su aspecto de ni?o, a sus 24 a?os, no deja de ser el mejor disfraz de una trayectoria sinuosa en la que el paso del cielo al infierno y viceversa se ha sucedido sin una m¨ªnima pausa.
Emigr¨® a Andorra con su familia cuando ten¨ªa siete a?os para regresar a La Mas¨ªa siete a?os despu¨¦s y formar parte de la quinta del Mini, la que m¨¢s brillo y esplendor le ha dado hasta ahora a la cantera del Bar?a. Iv¨¢n de la Pe?a se llevaba los mayores elogios. Pero Johan Cruyff, que tutel¨® la camada, dijo que el mejor pelotero de todos ellos era Celades. Su debut en el primer equipo del Bar?a, en septiembre de 1995, con 20 a?os reci¨¦n cumplidos, fue precisamente en Chamart¨ªn, el escenario que va a ser su casa a partir del a?o pr¨®ximo, con lo que acab¨® de cobrar realidad su fama de ni?o mimado del Flaco.
Su aspecto de chaval¨ªn y una apariencia fr¨¢gil que no se corresponde con su 1,77 de altura y sus 75 kilos, le hicieron desarrollar un juego de toque a la primera que complementa con un buen control y una buena posesi¨®n. Se convirti¨® generalmente en la extensi¨®n del entrenador en la cancha, en un futbolista t¨¢ctico por excelencia. Dir¨ªase que la vida era bella para Celades. Pero empez¨® a conocer los sinsabores. Tuvo que superar una ausencia obligada de siete meses por una lesi¨®n en una rodilla. Gajes del oficio, al fin y al cabo. Peor incluso que su convalecencia fue el ostracismo al que le releg¨® Bobby Robson. El ingl¨¦s s¨®lo le aline¨® en cuatro partidos de Liga.
Con la llegada de Van Gaal se le volvi¨® a abrir el cielo. Confinado Guardiola a la enfermer¨ªa, Celades tom¨® la manija la temporada 1997-1998, en la que el Bar?a logr¨® el doblete. Fue poco antes de que culminase su trayectoria en todas las selecciones espa?olas inferiores al ser convocado para el Mundial por Clemente.
La felicidad volvi¨® a truncarse despu¨¦s de que desapareciera del equipo del Bar?a tras el desastre ante el Villarreal hace un a?o, cuando el p¨²blico del Camp Nou empez¨® a pedir la cabeza de Van Gaal. "No se qu¨¦ he hecho mal", dec¨ªa ingenuamente Celades. No sab¨ªa lo que le esperaba. El t¨¦cnico lo desplaz¨® de su posici¨®n de interior derecho o medio centro a la de libre o lateral para acabar convirti¨¦ndolo en una de las ¨²ltimas v¨ªctimas de su operaci¨®n de limpieza de cuanto oliera a Cruyff. Pero su salida del club fue, si cabe, m¨¢s traum¨¢tica que la del resto de canteranos de su quinta. Y es que una directiva que presume de una irreprochable, fr¨ªa y calculadora gesti¨®n de cuantos contratos suscribe cometi¨® un monumental gazapo. Poco despu¨¦s de que Cruyff se marchara, se le renov¨® hasta junio del 2000 con un blindaje que se elevaba a 2.000 millones. Pero en la letra peque?a se reserv¨® la llave de su futuro: al finalizar el contrato quedaba libre previo pago de 70 millones. El presidente Josep Llu¨ªs N¨²?ez, furioso, despu¨¦s de asegurar que har¨ªa lo posible porque no fichara por el Real Madrid, desvel¨® en una asamblea de compromisarios que Celades ped¨ªa 1.750 millones de pesetas por renovar. "Encima de que te quieren echar, tambi¨¦n quieren decidir tu futuro", contest¨® Celades tras desmentir a N¨²?ez. Acab¨® fichando por el Celta, donde ha tenido que ganarse el puesto a pulso en dura competencia con Giovannella. Al final, lo ha conseguido.
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