Vel¨¢zquez
En el estudio del pintor donde posaban la infanta y las meninas para que Vel¨¢zquez pintara la escena no hay ahora nadie. Tan s¨®lo el gran perro, en el lado derecho del cuadro. Alfonso Ortu?o, en su exposici¨®n titulada Varia velazque?a, nos muestra la estancia vac¨ªa para hacernos ver la luz y el aire que, como ning¨²n otro artista, supo pintar el gran sevillano. La exposici¨®n se celebra en el a?o en que se cumple el cuarto centenario del nacimiento de Vel¨¢zquez. Pero es fruto de un prolongado estudio de su obra. Ortu?o no pod¨ªa haber elegido un lugar mejor que la Casa de Vel¨¢zquez, en la Ciudad Universitaria. Es el centro de estudio de los hispanistas franceses. Y su nombre se debe a que don Diego pintaba los fondos de sus cuadros desde lo que hoy es el jard¨ªn de la Casa.Estudiando a Vel¨¢zquez, Ortu?o recrea su mundo y nos hace ver cosas que acaso nos pasar¨ªan inadvertidas ante los lienzos de don Diego. ?Podr¨ªa ¨¦ste haber pintado un retrato de la infanta Margarita en el jard¨ªn de Villa M¨¦dicis? Ortu?o parece hab¨¦rselo preguntado a Vel¨¢zquez y Vel¨¢zquez le ha dicho que s¨ª. En uno de los cuadros de Ortu?o aparece la Venus del espejo de la National Gallery y, a su lado, sentado con aire derrotado, el dios Marte del Prado. En otro, los retratos ecuestres velazque?os forman parte de un tiovivo de feria. El Conde-Duque del Museo de S?o Paulo muestra en primer t¨¦rmino sus pu?os, que parecen de hierro.
Por el rey-poeta, como se le llama, deb¨ªa de sentir debilidad don Diego Vel¨¢zquez. Ortu?o nos muestra, pasados por el tamiz del tiempo, varios de los retratos de aquel a quien Manuel Machado dedic¨® el soneto que empieza: "Nadie m¨¢s cortesano ni pulido...". Don Manuel sufri¨® un lapsus al escribirlo: "El guante de ante sostenido por la blanca mano de azuladas venas" no est¨¢ en el retrato de Felipe IV, sino el de su hermano, el infante don Carlos. Ortu?o ha hecho justicia al precioso soneto. Ha hecho un inigualable homenaje a Vel¨¢zquez estudiando su pintura, revel¨¢ndonos sus secretos, mostr¨¢ndonos su oculta belleza.
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