En el nombre de los ganaderos vascos
Iparlat, la central lechera vasca, vive un proceso de reestructuraci¨®n sin l¨ªmites que siempre ha estado abocado a la rentabilidad. Sin embargo, ¨¦sta nunca llega. La central lechera, la cuarta en facturaci¨®n de Espa?a, acumula p¨¦rdidas desde su origen. El ¨²ltimo paso en este camino sin fin de adecuaci¨®n al mercado es el cierre de la planta de Iparlat en Bilbao (Beyena). El Gobierno vasco cuenta con un 27% del capital de la empresa y ha apoyado con el resto del consejo de administraci¨®n el traslado de los activos de este centro productivo a Cantabria.
?A qui¨¦n sirve Iparlat? Al mirar la cuenta de resultados, la reestructuraci¨®n permanente de las plantas y el inter¨¦s del Gobierno por mantener vivo este sector sobre todas las cosas, deja claro que los ¨²nicos beneficiarios son los ganaderos. Mientras la empresa pierde millones y millones a?o tras a?o, los ganaderos venden su leche a precios muchas veces poco competitivos y mantienen sus diminutas explotaciones agrarias vivas. Frente a otros sectores, como el peque?o comercio, al que la Administraci¨®n vasca le exige concentraci¨®n y medidas imaginativas para superar la competencia de las grandes superficies, a los ganaderos se les mantiene en un estatus privilegiado en el nombre de la estructura agraria tradicional y gracias al dinero de todos los contribuyentes, ya que el agro vasco tendr¨ªa un dif¨ªcil futuro en un mercado europeo mucho m¨¢s transparente.Este colectivo es m¨¢s importante para el Ejecutivo vasco que el de los empleados de la planta de Beyena en Bilbao; un grupo no muy cualificado, "caro" y con una edad media elevada. El Ejecutivo vasco negocia con ellos su recolocaci¨®n o su jubilaci¨®n anticipada, pero no se compromete a nada. En las negociaciones la empresa ha sugerido la posibilidad de ceder a otro negocio los terrenos de Beyena en el alto de Castresana en Bilbao con el fin de recolocar excedentes. Sin embargo, no hay nada concreto, y el rumor m¨¢s extendido es que la parcela est¨¢ en buen sitio para una nueva y lucrativa operaci¨®n urban¨ªstica.
Iparlat, que acumula p¨¦rdidas desde su origen, vive un proceso de reestructuraci¨®n permanente
En 1995, siendo consejero de Agricultura Javier Retegui, se hizo la gran apuesta para salvar al sector l¨¢cteo vasco, comprando tres plantas de Lactaria Espa?ola, SA (LACSA) situadas en Logro?o, Bilbao y Renedo (Cantabria). Se trataba de alcanzar la dimensi¨®n para frenar la fuerte competencia. En ese a?o las ventas eran de 22.762 millones de pesetas y la p¨¦rdidas de 2.077 millones. Doce meses despu¨¦s las ventas subieron hasta 29.577 millones de pesetas y las perdidas se redujeron hasta los 1.638 millones de. Esta peque?a variaci¨®n, que en pura teor¨ªa pod¨ªa marcar una tendencia, no lo hizo. En 1998 las ventas fueron de 30.014 millones de pesetas, las p¨¦rdidas de 1.367 millones y las previsiones para este a?o, seg¨²n el plan de viabilidad aprobado por el consejo de administraci¨®n, son similares: 31.200 millones de facturaci¨®n y 1.300 millones de p¨¦rdidas. Eso s¨ª, sobre la mesa se elabora un nuevo plan de reestructuraci¨®n que una vez m¨¢s va a llevar a la empresa a los n¨²meros negros.
?Perfil vasco?
La sede social de Iparlat est¨¢ en Urnieta (Guip¨²zcoa) y su capital es mayoritariamente vasco. Sin embargo, su perfil vasco, al menos en su vertiente productivo empieza a diluirse. Pese a que la participaci¨®n del Gobierno vasco, conforme crec¨ªan las p¨¦rdidas y se ampliaba el capital iba en aumento y hoy ya alcanza el 27%, la Administraci¨®n vasca no se incomoda y propone como soluci¨®n cerrar la planta de Bilbao para potenciar la de Cantabria.
El resto del capital est¨¢ repartido entre la cooperativa de ganaderos vascos Gurelesa, con el 35,21%, la cooperativa navarra Copeleche, con un 7,82%, la Kutxa, con un 12,13%, y con porcentajes menores, entre otros, Caja Cantabria, Caja Vital o la Cooperativa Lechera SAM.
La influencia del Gobierno vasco en el consejo es evidente tanto por porcentaje de capital como por subvenci¨®n. Al cierre de 1997, las subvenciones de capital ascend¨ªan en total a 3.699 millones de pesetas, de los que 1.984 fueron concedidos por el Ejecutivo vasco. A las cifras acompa?a el nombre de los principales gestores de la firma. El consejero delegado es Jos¨¦ Manuel Goikoetxea, ex consejero de Agricultura, y el director general, Eduardo Urrutia, ex viceconsejero de Agricultura en la pasada legislatura. As¨ª, la opini¨®n del Gobierno y la del PNV la dej¨® bien clara la parlamentaria nacionalista Izaskun Bilbao el pasado viernes 26 de noviembre en un pleno de la C¨¢mara: "Es un problema de costes y por mucho que se inste al Gobierno la planta de Beyena se va a cerrar".
Este centro que recibi¨® hace menos de dos a?os 900 millones de pesetas de inversi¨®n, de momento y gracias a una huelga, se mantiene a la espera del cierre. Pero esta decisi¨®n es s¨®lo un paso m¨¢s en un largo proceso en el que primero se cerraron las instalaciones de Bilbao y Logro?o procedentes de LACSA. As¨ª Iparlat se quedar¨¢ con la planta de Urnieta, la de Renedo y la de Pamplona, que se han constituido en filiales de la firma. A estos centros hay que sumar el de Chile, que entrar¨¢ en funcionamiento en enero.
En todo caso, el nuevo plan de viabilidad de Iparlat, que seg¨²n la empresa llevar¨¢ a los beneficios en el 2001, exige invertir 3.200 millones de pesetas. Este dinero se ir¨¢ a otras comunidades aut¨®nomas e ir¨¢ acompa?ado de una reducci¨®n de empleo de 104 personas.
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