Arte

NEGRITASLos pol¨ªticos, los empresarios, cansados de hacer pol¨ªtica o comercio, hacen arte, tientan la creaci¨®n. ?Bendito sea el Santo Cristo del Pa?o! Mar¨ªa Jos¨¦ L¨®pez, concejal encargada de Patrimonio, con el asesoramiento de la Brigada Art¨ªstica del gobierno a tres de Granada, ha retirado del sal¨®n del plenos el cuadro del Rey pintado por Adolfo Hern¨¢ndez y los ha sustituido por el de Manuel Maldonado. La decisi¨®n se justifica no por criterios est¨¦ticos sino protocolarios: un monarca con uniforme militar preside con m¨¢s propiedad un sal¨®n de plenos que un monarca con chaqu¨¦. Uno opina que depende de la condici¨®n de los s¨²bditos. Para algunos, un monarca en ba?ador ser¨ªa suficiente. Otros, en cambio, exigir¨ªan un rey con casco, loriga, mast¨ªn, lanza y huevera, como Carlos V. La iconograf¨ªa revela interpretaciones soterradas. El gobierno tricolor de Granada es un gazpacho de gustos complejos: un d¨ªa se levanta alborotador y box¨ªstico y otro, aficionado a las charreteras y a los galones. En arte esa actitud se denomina eclecticismo.

Lo que no tiene nombre es el g¨¦nero propuesto por Antonio Robles, presidente de la C¨¢mara de Comercio, para el concurso de escaparates navide?os. Movido por un af¨¢n ciertamente granadino, Robles ha convocado un concurso de belenes y adornos cuyo tema central es el "reencuentro con Mariana Pineda". As¨ª, de improviso, a uno le resulta rara la mezcla del espumill¨®n, las estrellas plateadas y las zambombas con la imagen de la hero¨ªna de la libertad. Los surrealistas no fueron tan lejos: sus mezcolanzas no carec¨ªan de criterio, aunque fuera misterioso.

?Habr¨¢ alg¨²n osado que vista a Mariana de pastora, o la coloque en el grupo familiar que hace las morcillas, la rodee de corderos y lavanderas y, como fondo, en un roquedal de cart¨®n piedra, ponga el castillo de Herodes y un garrote vil de juguete en la sala del trono? Tampoco resulta coherente la imagen de do?a Mariana entregada al mazap¨¢n y al alfajor de almendra mientras borda la bandera de la Rep¨²blica.

?Qu¨¦ raro! Los comerciantes proponen una especie de bel¨¦n liberal y republicano, y los socialistas y sus aliados en el Ayuntamiento reponen al Rey con atributos militares. ?Quiz¨¢ sea una venganza por el villancico que pusieron hace un a?o por error en el bel¨¦n municipal, que rimaba almirez con un comerciante y un tiro en la sien!

ALEJANDRO V. GARC?A