El herbario de la Hispalense se incorpora a los servicios de investigaci¨®n para uso cient¨ªfico El archivo, con presupuesto propio, atesora plantas de todo el mundo recogidas durante siglos
La Universidad de Sevilla se ha propuesto limpiar, fijar y dar esplendor al herbario de la Facultad de Biolog¨ªa. Lo ha sacado a la luz para que pueda usarlo la comunidad cient¨ªfica porque gran parte del material que contiene es de consulta obligada para los investigadores que se dediquen a estudiar la biodiversidad de Andaluc¨ªa y el norte de ?frica. Pero el herbario, que ya forma parte de los servicios generales de investigaci¨®n de la Hispalense, tiene archivado un tesoro natural con plantas de todo el mundo recogidas durante siglos y mucha historia ligada a antiguos bot¨¢nicos.
El herbario de la Hispalense son en realidad tres: el de Pedro Abat y el Antiguo de la Universidad est¨¢n guardados en carpetas dentro de armarios met¨¢licos; y el de los hermanos Boutelou, en 49 cajas de pino, posiblemente las originales. Entre todos suman un total de 11.964 pliegos con su planta correspondiente. Pero las nuevas adquisiciones, m¨¢s actuales, suponen 160.000 pliegos catalogados y a¨²n faltan otros tantos por catalogar. El herbario ocupa casi la mitad del departamento de Bot¨¢nica, que se vio desbordado porque "no hab¨ªa espacio, ni tiempo, ni dinero". En un par de a?os habr¨ªa que haber pedido socorro, pero en la actualidad, gracias a que se ha incorporado como un nuevo servicio de investigaci¨®n, el herbario cuenta ya con un presupuesto propio, est¨¢ a la espera de que le den un nuevo espacio y un becario se ocupa de conservar y catalogar las especies que duermen entre hojas de peri¨®dico. A Francisco Javier Salgueiro le ayudan dos alumnas de la facultad en esta tarea. Salgueiro ha hecho del herbario su tesis doctoral y se sabe la historia completa de estos curiosos archivos.El primer herbario de Sevilla fue el de Pedro Abat, que consta de 1.710 pliegos. Abat fue socio bot¨¢nico de la Sociedad de Medicina de Sevilla all¨¢ por 1786. Estos archivos contienen pliegos recogidos por ¨¦l en su pueblo natal, Igualada (Barcelona) y plantas recolectadas por profesores de la Universidad en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.
Ese es el principio de la historia, en la que mediar¨¢n con gran autoridad los descendientes de una familia de jardineros suizos. Los Boutelou llegaron a Espa?a con el primer Borb¨®n, Felipe V, y desde entonces, la familia estuvo ligada a los Jardines Reales de Aranjuez y a la Granja de San Ildefonso. En 1774 y 1776 nacieron en Aranjuez los hermanos Claudio y Esteban Boutelou cuya colecci¨®n de plantas ha llegado inalterada hasta nuestros d¨ªas a pesar de haber viajado de ac¨¢ para all¨¢. La Casa Real les pag¨® estudios en Par¨ªs y Londres, ciudades de donde recogieron plantas y donde conocieron a los grandes bot¨¢nicos del momento.
En 1798 vuelven a Espa?a y Claudio se hace cargo del Jard¨ªn Bot¨¢nico de Madrid, quien se ocup¨® de salvaguardarlo de la destrucci¨®n del ej¨¦rcito franc¨¦s durante la Guerra de la Independencia. En 1819 se traslada a Sevilla con una valiosa colecci¨®n de plantas y all¨ª pas¨® el final de sus d¨ªas. Muri¨® en 1842. Durante su estancia en la capital hispalense, adem¨¢s de hacer importantes trabajos en los jardines de la ciudad, fue el responsable de las 49 cajas de pino que contienen especies vegetales -m¨¢s de 4.000 pliegos- de todo el mundo y que constituyen la parte m¨¢s rom¨¢ntica del archivo de plantas de la Universidad.
Esta valiosa colecci¨®n permaneci¨® sumida en el abandono y se traslad¨® a Madrid en calidad de dep¨®sito en 1943. En el Jard¨ªn Bot¨¢nico de la capital desinfectaron las plantas y las reetiquetaron, aunque todav¨ªa se conservan las etiquetas manuscritas guardadas en peque?os sobres que identifican cada pieza. 29 a?os despu¨¦s, el catedr¨¢tico de Bot¨¢nica de la Hispalense Emilio Fern¨¢ndez Galiano se encarg¨® de su vuelta a Sevilla.
Malaspina
Esta colecci¨®n se form¨® gracias a los ejemplares recogidos por los Boutelou "en sus expediciones cient¨ªficas por los virreinatos aunque tambi¨¦n hay plantas que se recogieron en las expediciones de Malaspina alrededor del mundo", explica Salgueiro. "Las m¨¢s valiosas son los ejemplares sobre los que se han definido especies porque son los originales a los que hay que volver para identificar las plantas". Estos pliegos son referencias en el mundo y en el archivo de Boutelou hay 266 de este tipo.
Francisco Javier Salgueiro dice sobre la importancia del herbario de Sevilla que posiblemente ocupe el tercer lugar entre los espa?oles, "tras el Jard¨ªn Bot¨¢nico de Madrid, y el Instituto Bot¨¢nico de Barcelona". Es comparable a la colecci¨®n que se guarda en la Facultad de Farmacia de Madrid, seg¨²n cree. Pero desde luego es referencia obligada para estudiar la flora de Andaluc¨ªa y la del norte de ?frica.
Y una agradable visita para el curioso. El archivo de Boutelou, con sus cajas de pino, es una bella colecci¨®n, en la que las etiquetas manuscritas tienen ese sabor de los tesoros culturales antiguos. De cualquier forma, el herbario necesita de un espacio nuevo con un ambiente adecuado -seco- para las plantas.
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