Memoria de la melancol¨ªa

La Fundaci¨®n Rafael Alberti era ayer un espacio g¨¦lido y vac¨ªo por el que parec¨ªan pasear los fantasmas de personas que marcaron el siglo. Los paneles llenos de fotograf¨ªas del poeta junto a personalidades de la pol¨ªtica, el arte y la literatura carec¨ªan de espectadores. Federico Fellini tej¨ªa piruetas de imaginaci¨®n junto al escritor de El Puerto de Santa Mar¨ªa. Pasionaria y el rey Juan Carlos lo agasajaban en una uni¨®n que convert¨ªa en in¨²til la sangre vertida en este siglo. En el piso de arriba, en la sala dedicada a la que fue la primera esposa de Alberti, Mar¨ªa Teresa Le¨®n, la gelidez se convert¨ªa en frialdad lunar. Una Mar¨ªa Teresa de una belleza y juventud espl¨¦ndidas mira al vac¨ªo junto a los dos hijos de su primer matrimonio.Junto a la fotograf¨ªa destacan distintas ediciones de su obra Memoria de la melancol¨ªa, el gran libro de una escritora que fue eclipsada por la fama de su marido. Memoria de la melancol¨ªa es un t¨ªtulo que refleja muy bien la situaci¨®n creada en torno a la herencia de Rafael Alberti. La fundaci¨®n sin un alma que la visite, la indiferencia de muchos portuenses ante lo que pasa, la negativa a hablar de las autoridades, el choque entre la segunda esposa y viuda del poeta, Mar¨ªa Asunci¨®n Mateo, y la hija de Alberti, Aitana, construyen un mundo que se puede resumir en cuatro palabras: Memoria de la melancol¨ªa.

El alcalde de El Puerto, el independiente Hern¨¢n D¨ªaz Cort¨¦s, no quiere hacer ning¨²n tipo de declaraci¨®n. Su puerta est¨¢ cerrada a cal y canto a la prensa. El Ayuntamiento de esta localidad gaditana forma parte, como patr¨®n permanente, de la Fundaci¨®n Rafael Alberti. Sin embargo, considera que la pol¨¦mica no es m¨¢s que el fruto del choque entre dos personas: Mar¨ªa Asunci¨®n Mateo y Aitana Alberti. El patrimonio de la fundaci¨®n, ese tesoro de obras de arte y primeras ediciones que algunos valoran en cerca de 3.000 millones de pesetas, est¨¢, seg¨²n el Ayuntamiento, en manos seguras.

Las pinturas de Viola, Jos¨¦ Caballero, Lucio Mu?oz y Guayasam¨ªn; los dibujos de Picasso y Mir¨®; los grabados de Genov¨¦s y Guinovart; las cartas de Neruda y Pedro Salinas... El Ayuntamiento arguye que Alberti cedi¨® todo ese patrimonio a El Puerto. Mar¨ªa Asunci¨®n Mateo puede llevarse la fundaci¨®n fuera de la localidad gaditana, pero el patrimonio de esta entidad se quedar¨¢ en El Puerto para siempre, seg¨²n el Ayuntamiento. El alcalde ha preferido no decir nada. Es la misma actitud de la Junta de Andaluc¨ªa, que argumenta que "no le corresponde entrar en un enfrentamiento entre partes privadas".

La pol¨¦mica coincide con la fiesta de aniversario de Alberti, que ma?ana, 16 de diciembre, hubiera cumplido 97 a?os. La fundaci¨®n presentar¨¢ hoy en El Puerto una obra in¨¦dita del poeta, la cantata Cantar del M¨ªo Cid, un proyecto inconcluso escrito en el exilio argentino. Y organizar¨¢ ma?ana un homenaje que, con el t¨ªtulo de Un poeta hacia el a?o 2000, se centrar¨¢ en la lectura ininterrumpida de escritos de Alberti. Tambi¨¦n se llevar¨¢ a cabo la entrega de los premios de poes¨ªa Rafael Alberti de este a?o.

Algunas personas hablan en El Puerto de la herencia. Tampoco demasiado. "Alberti no paseaba nunca por El Puerto. No le vi nunca en la calle", comentaba un joven de 30 a?os, que s¨®lo vio a Alberti "hace unos 20 a?os, en el colegio". "Acababa de llegar del exilio y viv¨ªa en Madrid. Alberti no ten¨ªa contacto con El Puerto. Vino aqu¨ª para morir", indica este joven que prefiere no revelar su nombre.

A Jes¨²s, un redero de cara muy curtida, la pol¨¦mica por la herencia le interesa poco. Los marineros no suelen hablar de cosas como ¨¦stas. "Nosotros hablamos del pescado, de si hay mucho viento... De Alberti s¨®lo hablan los que est¨¢n en los bares que hay cerca del Ayuntamiento. Est¨¢n tranquilos, tienen su tiempo, se toman una copita... y hablan de Alberti", explica Jes¨²s.

Un jerezano de 81 a?os que reside en El Puerto desde 1952 es taxativo: "Unos le dan la raz¨®n a la hija; otros le dan la raz¨®n a la viuda. Yo no entiendo de pol¨ªtica ni de lo que pasa all¨ª. S¨¦ que el Ayuntamiento le dio a Alberti un chal¨¦ muy bueno. Nunca he visto a Alberti al natural. S¨®lo le he visto en fotos", explica este anciano, que trabaj¨® como "jardinero mayor" del Ayuntamiento.

Los portuenses siguen con su vida cotidiana. La Fundaci¨®n Rafael Alberti permanece vac¨ªa. Nadie en la entidad quiere dar su opini¨®n sobre la herencia. "La ¨²nica persona que puede hacer declaraciones es la directora de la fundaci¨®n, do?a Mar¨ªa Asunci¨®n Mateo", afirma un miembro de la secretar¨ªa. "Para entrevistarse con ella hay que enviar una solicitud. La respuesta tarda dos d¨ªas", se?ala el empleado. La fotograf¨ªa de Mar¨ªa Teresa Le¨®n mira desde su sala. Una empleada se acerca rauda. "Est¨¢ prohibido hacer fotos". Las palabras de Memoria de la melancol¨ªa brillan en los ojos de la primera mujer del poeta.