La Basconia

JOS? MANUEL ALONSO

"Basconia f¨¢brica de hoja de lata" fue su primera inscripci¨®n en el Registro Mercantil de Bilbao el 4 de enero de 1893. Se trataba de una de las primeras industrias siderometal¨²rgicas, la iniciaci¨®n de un modelo empresarial y una importante aportaci¨®n a la "revoluci¨®n de la inteligencia". No s¨®lo por el saber concebir, producir y vender, sino por obras que han quedado con su firma: el puente de Deusto, el arco de San Mam¨¦s o la c¨²pula de alguna iglesia, adem¨¢s de incontables estructuras met¨¢licas, naves, compuertas, tuber¨ªas, contenedores o los m¨¢s modestos baldes, volquetes y cajas de hojalata. Setenta y ocho a?os m¨¢s tarde se registraba su fusi¨®n-absorci¨®n por Altos Hornos de Vizcaya y La Basconia, como se la conoci¨®, quedaba en la a?oranza y en el recuerdo.

Aquella emblem¨¢tica f¨¢brica, ubicada en Basauri y que lleg¨® a tener casi 5.000 trabajadores, se ha recuperado esta semana con la presentaci¨®n de un espl¨¦ndido libro (Basconia S.A. 1892-1969. Historia, tecnolog¨ªa y empresa) realizado por Mar¨ªa Jes¨²s Cava Mesa, catedr¨¢tica de Historia Contempor¨¢nea en Deusto. Un libro que describe "las claves que sustentaron la emergencia de una empresa muy din¨¢mica". Desde luego, Basauri no se entender¨ªa hoy de no haber sido por quienes se embarcaron en esa aventura.

Como muchas otras historias de la modernizaci¨®n econ¨®mica "¨¦sta es una historia de familias, traum¨¢tica y alegre; ennegrecida y a la vez candente, como el producto de aquellos hornos; plena de batallas y de valent¨ªa; de creaci¨®n y de olvido". Hombres (y tambi¨¦n mujeres, las primeras) de los consejos de administraci¨®n o accionistas, o ejecutivos en puestos de direcci¨®n o de mando, "con una vocaci¨®n irrenunciable, una ciega confianza en el porvenir y una convicci¨®n de militancia empresarial que hoy resulta futur¨ªsticamente l¨²cida", pero tambi¨¦n hombres, "nobles materiales (como el poema de Gregorio San Juan) que fueron torneros, ajustadores, taladradores, punzoneros, martilladores, fogoneros, madrinadores, fresadores"... y hasta 68 de distintos oficios que "sumados, multiplicados, forman el pueblo donde escribo".