"Hait¨ª, miseria obscena"
Respecto al primero de los dos reportajes publicados en EL PA?S ( 5 de diciembre de 1999) por Juan Jes¨²s Azn¨¢rez, y sin ¨¢nimo de polemizar, quisiera hacer las siguientes puntualizaciones:1. Hait¨ª, esta Rep¨²blica de negros libertos, me parece un lenguaje despectivo, con m¨¢s intenci¨®n de hurgar en la llaga que de informar. Am¨¦n del t¨ªtulo, Hait¨ª, miseria obscena, que presenta al pa¨ªs como un gran gueto, o que el ex presidente Jean-Bertrand Ar¨ªstide, endiosado, hoy vive en una casona como los ricos, sin ninguna explicaci¨®n. Adem¨¢s, estos negros no consiguieron la libertad respecto de sus patronos, sino m¨¢s bien la conquistaron. ?Pero por qu¨¦ siempre este modesto pa¨ªs tiene que defenderse de las ofensas de la prensa internacional? Antes era una Rep¨²blica bananera; hoy d¨ªa, una de negros libertos que parecen reacios o refractarios a los principios elementales o a las virtudes de la civilizaci¨®n occidental y que s¨®lo buscan su salvaci¨®n en los ritos del vud¨². ?Por qu¨¦ esta eterna marginaci¨®n? ?Por qu¨¦ siempre hay que establecer fronteras imaginarias o levantar muros entre los pueblos para singularizarlos? Los haitianos no somos m¨¢s especiales que nadie. S¨®lo que fuimos esclavos negros rebeldes ante el reino del colonialismo y de la esclavitud y que seguimos siendo ciudadanos negros (mayor¨ªa) rebeldes ante la globalizaci¨®n de la mentira y de la injusticia.
2.Respecto a la crisis pol¨ªtico-parlamentaria que sacudi¨® al pa¨ªs desde junio de 1997 (dimisi¨®n del primer ministro y convocatoria de elecciones parlamentar¨ªas), no se puede hablar de poca condescendencia ni de firme voluntad de parte del presidente Ren¨¦ Pr¨¦val de querer gobernar sin el preceptivo control parlamentario. El presidente, seg¨²n la Constituci¨®n haitiana de 1987 (art¨ªculo III-8), no puede, en ning¨²n caso, disolver, postergar o prorrogar el mandato de los miembros de la C¨¢mara de los Diputados y del Senado. Lo que hizo es aplicar una cl¨¢usula especial firmada en 1995 por los elegidos para acortar la legislaci¨®n con el fin de poder entrar en las fechas oficiales de la Constituci¨®n que fueron perturbadas por el golpe de Estado militar de 1991. As¨ª pues, no fue una disoluci¨®n de las dos C¨¢maras (dos tercios del Senado), sino una declaraci¨®n de caducidad de ambas. Es cierto que la decisi¨®n est¨¢ fuera del ¨¢mbito de la Constituci¨®n y que plantea un serio problema de legitimidad y de gobernabilidad. Pero ante el fuerte pulso entre el Ejecutivo y el Parlamento, era necesaria otra legitimidad: la legitimidad moral. S¨®lo se puede lamentar que las elecciones para constituir un nuevo Parlamento no tuvieron lugar hasta ahora, lo que da pie a toda clase de opiniones.
3."Escenario complejo", porque seg¨²n los patrocinadores extranjeros, nadie entiende nada aunque lleve mucho tiempo en este pa¨ªs. ?Qu¨¦ quiere decir el se?or Azn¨¢rez con que "no es f¨¢cil entender los comportamientos de una sociedad con el 95% de sus miembros negros, y el 5% restante, mulato o blanco, de una comunidad esculpida por animistas de Congo o Mozambique, musulmanes mandingos o restos del Ej¨¦rcito napole¨®nico o del campesinado polaco"? ?Acaso es la sociedad haitiana la ¨²nica que ostente una pluralidad ¨¦tnica, religiosa? Seguro que no. La funci¨®n de entender no se delega en absoluto: hay que querer y poder entender. Y estas virtudes tienen que caracterizar siempre a un patrocinador o experto internacional. El problema es que cuando se viene a imponer su pensamiento, el pensamiento ¨²nico, se acaba todo. El entendimiento, la comprensi¨®n, el di¨¢logo, etc¨¦tera. S¨®lo impera el fundamentalismo.
4.Que Hait¨ª no es una prioridad para Espa?a, no sorprende, ni para Espa?a -cuya buena disposici¨®n para desarrollar relaciones bilaterales con Hait¨ª ha sido frenada por falta de ratificaci¨®n de un convenio marco entre los dos pa¨ªses- ni para nadie. Hait¨ª nunca ha constituido una prioridad en la pol¨ªtica exterior de los pa¨ªses desarrollados, salvo cuando se trata de aislarlo o "demonizarlo". O bien porque fomentaba la rebeli¨®n de los esclavos contra el sistema; o bien porque podr¨ªa caer en el comunismo y la teolog¨ªa de la liberaci¨®n. Por lo dem¨¢s, s¨®lo pol¨ªticas de asistencia, que adem¨¢s siempre llegan despu¨¦s de las tragedias como, en general, suele ocurrir en las relaciones internacionales. Los casos en los que la comunidad internacional interviene muy tarde son patentes en este ¨²ltimo decenio. Esperemos y deseemos que el nuevo milenio sea diferente y mejor para todo el mundo.- . Ministro consejero encargado de Negocios. Embajada de Hait¨ª, .
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