Diecis¨¦is a?os despu¨¦s
Las televisiones divulgan profusamente estos ¨²ltimos d¨ªas la celebraci¨®n del juicio por el caso Lasa-Zabala y las circunstancias que, seg¨²n la calificaci¨®n del ministerio fiscal, concurrieron en el mismo.Junto con el ineludible deber de informar al respecto, por parte de los medios de comunicaci¨®n, no faltan quienes aprovechan la oportunidad para bucear en un pasado que poder echar en cara a sus adversarios pol¨ªticos, pareciendo recrearse en ¨¦ste para de esa forma tratar de ocultar sus fracasos actuales y su falta de iniciativas de futuro.
Quienes inicialmente consideraron la declaraci¨®n de tregua de ETA como un ¨¦xito pol¨ªtico propio, no habiendo conducido posteriormente con audacia el proceso abierto durante los ¨²ltimos 14 meses, parecen querer ocultar, con el realce del juicio citado, la preocupante situaci¨®n actual del Pa¨ªs Vasco, con un presente en el que la ¨²nica iniciativa que parece tomarse es la permanente descalificaci¨®n a los nacionalistas, con olvido de que s¨®lo desde el di¨¢logo y la concurrencia de esfuerzos y aportaciones podr¨¢ avanzarse en la resoluci¨®n de los problemas.
Ninguna duda cabe de que el asesinato de Lasa y Zabala fue un crimen execrable que ¨²nicamente puede producir repugnancia, y ha de decirse con toda claridad, para que no haya dudas al respecto, que cuando se supo la identidad de los fallecidos se orden¨® una investigaci¨®n detallada de lo realmente ocurrido a los efectos de que quienes hubieran sido autores de tan criminal actuaci¨®n fueran puestos a disposici¨®n de la justicia como el normal funcionamiento del Estado de derecho exige.
Desde la legitimidad moral que da haber dirigido las investigaciones que permitir¨¢n el trabajo de los jueces, aport¨¢ndoles los elementos necesarios al efecto, deben rechazarse las posturas de quienes pretenden dar lecciones de ¨¦tica sobre c¨®mo se desarroll¨® en a?os pasados la lucha antiterrorista.
Si hubo excesos o conductas reprobables, ah¨ª est¨¢n los tribunales para dilucidar responsabilidades, pero no es admisible que se haga una generalizaci¨®n, con una descalificaci¨®n de los predecesores, olvidando, mientras enf¨¢ticamente se dice que no caben atajos en la lucha contra el terrorismo, otras actuaciones como las supuestas escuchas del Cesid en la sede de Herri Batasuna.
Es igualmente injusto que quieran capitalizarse los ¨¦xitos en la lucha antiterrorista, obviando el trabajo serio y callado de quienes materialmente lo ejecutan y, sobre todo, prescindiendo de la necesaria generosidad para reconocer que muchos ¨¦xitos de hoy son consecuencia de un trabajo del pasado que permanentemente parece cuestionarse.
Es verdad que se equivocan aquellos responsables pol¨ªticos que, habiendo ostentado trascendentes responsabilidades en el ¨¢rea de la seguridad del Estado, apelan a la solidaridad de sus compa?eros o se presentan a s¨ª mismos como v¨ªctimas propiciatorias; el desempe?o de cualquier cargo p¨²blico tiene car¨¢cter voluntario y s¨®lo encuentra su raz¨®n de ser cuando con su ejercicio se da cumplimiento a lo que los ciudadanos exigen y creen justo.
Pero tambi¨¦n se equivocan los que pretenden suplir su falta de iniciativa ante los problemas rebuscando en hechos del pasado, por m¨¢s lamentables que ¨¦stos sean, para exhibirlos ante la opinion p¨²blica, tratando de culpabilizar sistem¨¢tica e injustamente al oponente, pensando as¨ª obtener rentabilidad en pr¨®ximas contiendas electorales.
Cualquier dem¨®crata, y los primeros quienes en su d¨ªa dirigimos las investigaciones, queremos que se haga justicia cuanto antes en el caso Lasa-Zabala, que, por lo dem¨¢s, ser¨¢ enjuiciado por un tribunal justo, profesional y competente.
Pero lo acaecido hace 16 a?os, ejemplo de lo que nunca debe volver a ocurrir, no debe servir en modo alguno para aferrarse al pasado tratando con ello de ocultar esa falta de iniciativa que ha llevado, entre otros asuntos, a la paralizacion del proceso de paz.
?sta es ahora la gran asignatura pendiente, ante la que nada parece estarse haciendo. Dejemos a los tribunales trabajar sin presiones. Pero, por favor, que el pasado no sirva de injusta arma arrojadiza ni justifique la inactividad presente.
Margarita Robles es magistrada de la Audiencia Nacional y ex secretaria de Estado de Interior.
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