Queda un a?o
JUSTO NAVARRO
Abren hoy domingo el gran almac¨¦n del mundo y podemos ir a comprar: volveremos, gracias a Dios, al laberinto de los regalos todav¨ªa pendientes. En los d¨ªas no navide?os uno anda metido en el laberinto laboral (los s¨ªntomas son opresi¨®n interior y una masa de nubes en la cabeza) y por ansia de huir uno se concede ir a comprarse algo: el humilde plan de fuga s¨®lo consiste en comprar una bufanda. Los asuntos cotidianos son un enredo, pero el camino a la tienda, m¨¢s o menos liso y en l¨ªnea recta, nos da la ilusi¨®n de un objetivo claro y accesible, sin compromisos. Para alcanzarlo no hay que ser un h¨¦roe: basta contar con 5.000 pesetas. Uno va a la calle Larios, entra en el almac¨¦n, compra, se encasqueta lo que acaba de comprar, se mira al espejo y dice:
-Me lo merezco.
Pero en estos d¨ªas de Reyes Magos las compras son el laberinto, los compromisos, la opresi¨®n pectoral y la tormenta subcraneal, y las galer¨ªas comerciales se ven llenas de gente desencajada, transfigurada por la felicidad o la desdicha y asaltada por azafatas que lanzan perfumes de las mejores casas internacionales como si el cliente ideal del gran almac¨¦n poseyera 250 manos para las mil muestras de colonia internacional en oferta. Huele a mil colonias el templo de los grandes almacenes, hermandad que re¨²ne a m¨¢s fieles que cualquier fe, m¨¢s inmensa que la catedral de Sevilla, la m¨¢s grande del mundo, con pedig¨¹e?os a las puertas guardadas por personal de seguridad. No son indicio de pobreza general estos pobres: acuden a la feria y al esplendor de los tiempos desde Bielorrusia, Rumania, Portugal, Pakist¨¢n o Pamplona.
Marx profetiz¨® que el mundo entero ser¨ªa un mercado y mercanc¨ªas ser¨ªan las mujeres y los hombres. ?Es mejor ser mercanc¨ªa que no ser? John Zerzan, licenciado en Historia y Ciencias Pol¨ªticas por las Universidades de Berkeley y Stanford y vigilante de ni?os en una guarder¨ªa de Oreg¨®n, fue el capit¨¢n de la revuelta contra la cumbre del mercado mundial en Seattle. ?Cu¨¢l es, seg¨²n este Zerzan, la base de la revoluci¨®n por venir? El economista Marx pensaba que el motor de la sublevaci¨®n anticapitalista ser¨ªa el malestar econ¨®mico, pero Zerzan opina que el nuevo carburante revolucionario es el malestar espiritual. Uno de los s¨ªntomas del alma angustiada es la tarjeta de compras de los grandes almacenes (comprar es una angustia que quita moment¨¢neamente la angustia) y el anuncio m¨¢s fiable de que se aproxima el mundo feliz es que los grandes almacenes han sido tomados por las futuras masas revolucionarias. A los pobres con malestar econ¨®mico no les han dejado ni la profec¨ªa de la rebeli¨®n.
Fin de a?o, fin de siglo, fin de milenio, terminolog¨ªa de tenis: pelota de juego, de set, de partido. Dios m¨ªo, me hab¨ªa prometido a m¨ª mismo no nombrar nunca el fin de siglo ni el fin de milenio, la palabrer¨ªa m¨¢s huera de este fin de siglo. Es temible que el Real Conservatorio de la Marina de San Fernando haya fijado que el milenio y el siglo empiezan en el 2001, porque seguir¨¦ oyendo un a?o m¨¢s la frase m¨¢s pueril y repetida de estos a?os, hablemos de habas o de almas:
-En este fin de siglo y este fin de milenio...
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