Miembros de los Boixos Nois y grupos de j¨®venes extremistas provocaron los altercados

VIENE DE LA P?GINA 1 La Federaci¨®n Catalana de F¨²tbol, responsable por ley de la seguridad del partido, despleg¨® un plan que cont¨® con unos 500 agentes, entre ellos 300 vigilantes y unos 150 miembros de la Unidad de Intervenci¨®n Policial (UIP). La Delegaci¨®n del Gobierno consider¨® suficiente el dispositivo, el mismo que para un encuentro normal, al insistir en que no hab¨ªa aficiones rivales en el estadio y que no eran necesarios cacheos indiscriminados. La polic¨ªa s¨®lo tuvo la misi¨®n de evitar incidentes antes y despu¨¦s del partido en los aleda?os del campo, y de reforzar la seguridad privada si la violencia se desataba en las gradas.

Los Mossos d"Esquadra no pueden asumir la vigilancia al no estar desplegados en Barcelona, a diferencia de lo que habr¨ªa sucedido si el partido se hubiera celebrado en Lleida o Girona.

Antes del encuentro, un grupo de j¨®venes radicales se concentr¨® en la plaza de Espanya y ascendi¨® pac¨ªficamente hasta el estadio. La polic¨ªa supo entonces que Montju?c acoger¨ªa a extremistas que hab¨ªan viajado a Barcelona en autocar desde Arb¨²cies, Matar¨®, Reus, Manresa e Igualada. Los agentes observaron en el Gol Norte del estadio, el de la puerta de marat¨®n, a miembros de la Plataforma Unit¨¤ria d"Acci¨® (PUA) que participaron en los incidentes en el barrio de Sants el ¨²ltimo 12 de octubre.

En el lado opuesto, en el Gol Sur, se concentraron miembros de los Boixos Nois, los seguidores radicales del Bar?a, entre los que hab¨ªa j¨®venes de la secci¨®n de los casuals, los mismos que agredieron a aficionados y empleados del club el pasado mes de septiembre.

Los incidentes empezaron en el Gol Norte, justo antes del descanso, cuando los j¨®venes destrozaron la valla y saltaron a la pista de tart¨¢n. Los guardas de seguridad, ayudados por la polic¨ªa, evitaron la invasi¨®n del c¨¦sped realizando algunas cargas. Pero los altercados se duplicaron tras el descanso. Por un lado, continuaron con m¨¢s virulencia en el Gol Norte y se trasladaron despu¨¦s al Gol Sur donde estaban los boixos. Los seguidores quemaron tres sillas y vaciaron el contenido de un par de extintores cuya espuma se mezcl¨® con las llamas. El resultado fue una densa y alarmante humareda negra. Un guarda intent¨® sofocar el incendio y los boixos le respondieron arroj¨¢ndole otro extintor. El p¨²blico corri¨® despavorido de sus asientos y la fiesta se acab¨®. La mayor¨ªa de espectadores grit¨® "?Basta! ?Fuera, fuera!". Los lavabos del estadio amanecieron ayer con espejos e inodoros rotos y pintadas. Fuentes policiales apuntaron un posible error en el dispositivo al no concentrarse los agentes en las zonas donde se situaron los extremistas.

Pese a la gravedad de los incidentes -menos que el a?o pasado, aunque m¨¢s graves-, no se practic¨® ni una detenci¨®n. La polic¨ªa se escud¨® en que muchos iban encapuchados, aunque, en realidad, otra prudencia les fren¨®: el miedo a que los arrestos fueran interpretados como una provocaci¨®n. En total, se quemaron unas 15 banderas espa?olas, la mitad que el a?o pasado. El estadio tiene 64 c¨¢maras de televisi¨®n y muchos de los alborotadores ser¨¢n identificados. Pero no se prev¨¦ que se tomen medidas contra ellos.

Pere Esteve, secretario general de CDC, lament¨® que los incidentes enturbiaran el esp¨ªritu festivo del partido: "Estos incidentes est¨¢n provocados por personas que alteran habitualmente el mundo del f¨²tbol".