"Las verdaderas se?as de identidad de Andaluc¨ªa est¨¢n en su Estatuto"
Enrique Baltan¨¢s es un ensayista que quiere romper t¨®picos con su ¨²ltimo libro, Las columnas de H¨¦rcules. Baltan¨¢s (Alcal¨¢ de Guadaira, 1952), que es doctor en Filolog¨ªa Hisp¨¢nica por la Universidad de Sevilla, ha puesto un elocuente ep¨ªgrafe a su libro: Realidad o invenci¨®n de Andaluc¨ªa. Algunos de sus otros trabajos se han centrado en distintos aspectos del flamenco. Ha publicado, adem¨¢s, cuatro libros de poes¨ªa.Baltan¨¢s deja claro desde el principio de su obra a qu¨¦ se refiere al hablar de Andaluc¨ªa: "Lo que aqu¨ª llamamos Andaluc¨ªa no es otra cosa que la Comunidad Aut¨®noma de Andaluc¨ªa, as¨ª constituida por expresa voluntad del censo electoral, al amparo de lo previsto en la Constituci¨®n espa?ola de 1978. Tartessos, la B¨¦tica, Al-?ndalus, Vandalia... no eran y no son Andaluc¨ªa. (...) Andaluc¨ªa es una creaci¨®n espa?ola. Esta afirmaci¨®n puede escocer a algunos, pero es rigurosamente verdadera".
El autor justifica as¨ª esta opini¨®n: "Andaluc¨ªa es una realidad pol¨ªtico-administrativa que no hay que confundir con conceptos hist¨®ricos y culturales. Catalu?a es tambi¨¦n una realidad pol¨ªtico-administrativa. Otra cosa es su ¨¢mbito cultural hist¨®rico, que incluye el Reino de Valencia, Baleares y el Rosell¨®n franc¨¦s". "Para Blas Infante, Andaluc¨ªa no era s¨®lo la Andaluc¨ªa actual, sino Andaluc¨ªa m¨¢s Marruecos. Blas Infante lleg¨® a pedir que la II Rep¨²blica cediera el Protectorado de Marruecos a la autonom¨ªa andaluza. La bandera de Andaluc¨ªa es blanca y verde porque el verde representa a la Andaluc¨ªa del norte y el blanco representa a la Andaluc¨ªa del sur, que es Marruecos", recuerda Baltan¨¢s.
El autor cita a Jos¨¦ Antonio Gonz¨¢lez Alcantud, antrop¨®logo y director del Centro de Estudios ?ngel Ganivet, para intentar perfilar aquellos rasgos que caracterizan a la regi¨®n. "Andaluc¨ªa comienza siendo un sue?o exterior, una imagen que acu?an los viajeros rom¨¢nticos", reflexiona Gonz¨¢lez Alcantud.
"Lo curioso es que esa imagen acab¨® por aceptarse tambi¨¦n aqu¨ª. Los ind¨ªgenas se comportaron, se vistieron, se mostraron exactamente como los turistas los quer¨ªan: la oferta se adapt¨® a la demanda, ni m¨¢s ni menos. Ahora bien, debajo de esa capa de pintura, y nunca mejor dicho, ?qu¨¦ realidad hab¨ªa? Pues un sistema de ciudades muy antiguas, que se hab¨ªan mantenido a trav¨¦s de las diversas civilizaciones. Unas ciudades enfrentadas entre s¨ª, con intereses contrapuestos. El caso paradigm¨¢tico es el de Sevilla y Granada, que polarizan a las dos Andaluc¨ªas", concluye Gonz¨¢lez Alcantud.
Baltan¨¢s abunda en esta opini¨®n: "Esto pone de manifiesto el viejo dicho de que la realidad imita al arte. En el siglo XIX hab¨ªa en Inglaterra una gran demanda de cuadros costumbristas andaluces. El padre y el hermano de B¨¦cquer exportaban a mansalva estos cuadros a Inglaterra. El sistema de ciudades es m¨¢s antiguo que cualquier otra divisi¨®n administrativa".
El flamenco no es, a juicio del escritor, una se?a de identidad andaluza. "El flamenco tiene dos siglos. Es una invenci¨®n del Romanticismo. No es una m¨²sica gitana ni hebrea ni hind¨². El flamenco son cantos populares espa?oles que sufren una orientalizaci¨®n artificial, que sufren unas influencias y unas modificaciones a cargo de artistas individuales... No hay ning¨²n testimonio escrito sobre el flamenco en autores de los siglos XVI, XVII y XVIII. En la creaci¨®n del flamenco intervienen catalanes, navarros... Adem¨¢s, el flamenco tambi¨¦n tiene la influencia de la ¨®pera italiana. El flamenco no es una se?a de identidad andaluza. Porque no a todos los andaluces les gusta el flamenco ni el flamenco gusta s¨®lo en Andaluc¨ªa", explica Baltan¨¢s.
El ensayista cree que la "Andaluc¨ªa de hoy no es el Al-?ndalus moro" ni "la de los bandoleros de Sierra Morena o los majos de C¨¢diz". "Andaluc¨ªa es, sobre todo, su Estatuto. En el Estatuto de Autonom¨ªa est¨¢n sus verdaderas y m¨¢s activas se?as de identidad. El pueblo se moviliz¨® y vot¨® el Estatuto", recalca el autor.
Baltan¨¢s concluye: "?Qu¨¦ se?as de identidad vamos a buscar? Ninguna. ?Vamos a acogernos a los t¨®picos de siempre? ?Vamos a seguir diciendo que los andaluces son flojos, que los catalanes son avaros, que los vascos son brutos...? ?Eso son tonter¨ªas! Lo que hay que preguntarse es si el Producto Interior Bruto de Andaluc¨ªa mejora o no, si las empresas son competitivas, si la educaci¨®n y la sanidad funcionan... Y lo dem¨¢s son ganas de marear la perdiz. Los hombres son iguales en todos los sitios".
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