Un informe de Fomento concluye que los controles de la Junta en la mina de Aznalc¨®llar eran correctos

El sistema que la Consejer¨ªa de Industria hab¨ªa establecido para vigilar la estabilidad de la balsa minera de Aznalc¨®llar "era mayor de lo habitual en este tipo de estructuras". El consejero, Guillermo Guti¨¦rrez, desvel¨® ayer las conclusiones del informe que encarg¨® al Centro de Estudios y Experimentaci¨®n (Cedex), un organismo t¨¦cnico que depende del Ministerio de Fomento. El estudio considera que la rotura de la presa (que origin¨® el vertido t¨®xico en el r¨ªo Guadiamar hace 20 meses) no pod¨ªa preverse. "De la lectura de la instrumentaci¨®n instalada, se deduc¨ªa el correcto funcionamiento de la estructura", dice el informe.

Cada vez parece m¨¢s claro que el boquete de 60 metros que se abri¨® en los muros de la balsa minera de Aznalc¨®llar el 25 de abril de 1998 se gest¨® en el subsuelo del dep¨®sito de residuos mineros, que, tras su rotura, desparram¨® sobre el valle del Guadiamar (en el entorno de Do?ana) 1,3 millones de metros c¨²bicos de agua ¨¢cida y 5,5 millones de metros c¨²bicos de lodos t¨®xicos. El ¨²ltimo estudio, encargado por la Junta, coincide en este punto con los an¨¢lisis de la empresa propietaria de las instalaciones, Boliden, y con la impresi¨®n sobre el terreno del Servicio de Protecci¨®n de la Naturaleza de la Guardia Civil.A falta del informe de los peritos judiciales, el Cedex (por encargo de la Junta) y Eptisa (consultor¨ªa contratada por Boliden) se?alan que la rotura se produjo por un deslizamiento horizontal del subsuelo, que arrastr¨® consigo un gran segmento del muro de la balsa, lo que provoc¨® el boquete de 60 metros en el dique este. Ambos estudios situan ese deslizamiento a 14 metros de profundidad, en un sustrato arcilloso.

"No estoy aqu¨ª para decidir de qui¨¦n es la responsabilidad, eso se decidir¨¢ en el juzgado", afirm¨® Guti¨¦rrez. El consejero record¨® que "en los primeros d¨ªas" tras el desastre, "se habl¨® de falta de vigilancia, de mala ejecuci¨®n de la obra o incluso de se¨ªsmos o voladuras como causa de la rotura", motivos descartados con rotundidad por el estudio realizado por el organismo dependiente de Fomento.

Entre los 21 imputados en la instrucci¨®n del caso, que se sigue en el Juzgado n¨²mero 2 de Sanl¨²car la Mayor (Sevilla), figuran dos funcionarios de la Consejer¨ªa de Industria (que tiene las competencias en la regi¨®n sobre seguridad minera) y uno del Instituto Tecnol¨®gico Geominero (del Ministerio de Medio Ambiente). El resto pertenecen a Boliden y a Geocisa, la consultora contratada por la empresa canadiense-sueca para avalar el recrecimiento de la balsa y vigilar su estabilidad.

Los t¨¦cnicos del Cedex estiman que la rotura de la balsa se produjo por "el particular efecto de las presiones, de magnitud no esperable", del agua del subsuelo sobre la formaci¨®n arcillosa en la que se origin¨® el deslizamiento. La presi¨®n era ejercida por el peso de la balsa minera, que como recordaba Boliden en su estudio apenas albergaba entonces 15 millones de metros c¨²bicos, cuando fue proyectada en 1978 por Intecsa (como Geocisa, filial de Dragados y Construcciones) para almacenar m¨¢s del doble. La empresa sueco-canadiense compr¨® las instalaciones (incluida la balsa siniestrada) en 1987.

"No se puede decir que la balsa se puso en mal sitio, porque, entonces, se hicieron los c¨¢lculos adecuados y correctos", matiz¨® el consejero de Industria, una tesis que contradice los intentos de Boliden por desplazar la responsabilidad a Dragados. Los t¨¦cnicos de Cedex concluyen que las formaciones geol¨®gicas (margas azules) que formaban el sustrato arcilloso que se desliz¨® eran impermeables, y no semi-permeables como se supon¨ªa, lo que multiplic¨® la presi¨®n. Pero a¨²n as¨ª, consideran que los calculos realizados en 1978 se adaptaban a los coeficientes de seguridad aceptados por los cient¨ªficos.

"Nunca se ha descrito un caso similar", indica el estudio, que afirma que la rotura de la presa de Aznalc¨®llar "marcar¨¢ un hito tecnol¨®gico". Los t¨¦cnicos del Cedex creen que tras el vertido, se deben aumentar los "coeficientes de seguridad" empleados en los proyectos de balsas que se apoyan sobre suelos arcillosos. En definitiva, que todos hicieron lo que ten¨ªan que hacer, y a pesar de eso, se produjo el desastre. "El hombre debe aprender de sus errores", sintetiz¨® Guti¨¦rrez.