LA ARQUITECTURA DE UNA CIUDAD Por un Bilbao mestizo XABIER EIZAGUIRRE GARAITAGOITIA
Considera el autor que la responsabilidaddel nuevo urbanismo de Bilbao es, en gran
parte, de los arquitectos, pero tambi¨¦n
de los pol¨ªticos y los agentes sociales.
Bilbao en este final de milenio, con la recuperaci¨®n de la R¨ªa del Nervi¨®n como espacio natural de la ciudad, est¨¢ viviendo un momento excepcional de su desarrollo urban¨ªstico comparable con otro gran momento de la historia urbana reciente: el que se inicia en la segunda mitad del siglo XIX cuando se gesta la empresa de acometer el Ensanche de Alzola, Hoffmayer y Ach¨²carro que dar¨¢ a la ciudad el patrimonio urban¨ªstico, arquitect¨®nico y social m¨¢s importante que posee. Como es sabido, el afloramiento de la nueva extensi¨®n urbana fue fruto de la convergencia de intereses m¨²ltiples: as¨ª, los de la naciente clase burguesa y liberal en busca de un nuevo espacio, los de los empresarios que precisaban por aquel entonces un amplio suelo industrial, na¨²tico y portuario o los de los agentes urbanos que trataban de dar respuesta a la gran demanda social de nuevas viviendas; intereses ¨¦stos, qu¨¦ duda cabe, que se vieron favorecidos por una clase pol¨ªtica ilustrada con visi¨®n de futuro, pero tambi¨¦n favorecidos por la labor de buenos profesionales como R. Bastida, E. Aman, R. Bas¨¢?ez, J.M. Basterra, P. Ispizua, M. M. Smith, L. Rucabado, T. Bilbao o tantos otros que viajan y reciben influencias de Loos, de Wagner, de Wrigth, de Gropius, de la Bauhaus, del Werkbund alem¨¢n, de las Hoffs vienesas, de la ciudad jard¨ªn de Howard, de la Escuela de Barcelona, etc¨¦tera, y saben dar respuesta a los retos planteados, reinterpretando la realidad local, vasca si se quiere, a la luz de los importantes movimientos arquitect¨®nicos existentes en Europa.En efecto, entre 1860 y 1930, arquitectos bilba¨ªnos y no bilba¨ªnos se ponen manos a la obra con el fin de transformar la ciudad y dotarla de edificios en los cuales, junto a elementos del imaginario colectivo, encontramos espl¨¦ndidos ejemplos de convivencia arquitect¨®nica que bien pueden ser le¨ªdos en t¨¦rminos de mestizaje cultural. Y es que las obras de arquitectura, como no puede ser de otra manera, cuando se producen en un mismo entorno est¨¢n llamadas a dialogar entre s¨ª. En este sentido, es f¨¢cil ver c¨®mo los diferentes colores y estilos amalgamados en el Ensanche bilba¨ªno se observan unos a otros, se funden mutuamente y evolucionan juntos. El mestizaje, en este caso, se materializa en la coexistencia de formas aut¨®ctonas y formas for¨¢neas integradas en el espacio; es as¨ª como el neovasco convive con el d¨¦co, el regionalismo con el clasicismo herreriano, el modernismo junto al racionalismo, etc¨¦tera. La diversidad ecl¨¦ctica armonizada es patente en el Ensanche de Bilbao y ello, adem¨¢s de conformar uno de los museos arquitect¨®nicos acaso m¨¢s bellos de Europa, constituye un signo de identidad y de modernidad de la arquitectura bilba¨ªna del per¨ªodo.
Y decimos modernidad porque, a nuestro entender, es significativo que, a las puertas del siglo XXI, uno de los rasgos caracterizadores del nuevo escenario territorial que se dibuja vuelva a ser la interculturalidad en un soporte espacial diferente: la R¨ªa del Nervi¨®n.
Es evidente que ciertas ciudades, consideradas punteras en el nuevo panorama territorial europeo, se han transformado progresivamente abri¨¦ndose a desaf¨ªos arquitect¨®nicos cuya base reside en el reconocimiento de la identidad propia, s¨ª, pero tambi¨¦n en el reconocimiento de aportaciones for¨¢neas, y he ah¨ª su modernidad.
Hay ciudades modernas, ciudades efectivamente reformadas con una visi¨®n amplia, transfronteriza -pensemos en las transformaciones que se han producido en Berl¨ªn, Lisboa, Oporto, Lille, Ly¨®n, Barcelona...., por mencionar s¨®lo algunos ejemplos-, que han conseguido potenciar su cultura urban¨ªstica precisamente porque han apostado claramente por la pluralidad de formas.
De un urbanismo restrictivo y absoluto, reflejado en un planeamiento localista y dom¨¦stico excesivamente reglamentado, que apenas s¨ª dejaba espacio a lo que viniera de fuera, ni resquicio alguno a la imprevisi¨®n ni a la improvisaci¨®n, se est¨¢ pasando a un urbanismo abierto y puntual, mucho m¨¢s universalista y pragm¨¢tico. Bien es verdad que en este nuevo estado de cosas pueden aparecer fen¨®menos inesperados producidos por el auge de nuevas expresiones de funciones terciarias y cuaternarias y, sobre todo, debido a la difusi¨®n de usos y actividades fuera del territorio urbano y central; con todo, en nuestro caso se tratar¨ªa de fen¨®menos que ser¨ªan el anuncio del nuevo Bilbao metropolitano, cosmopolita y abierto.
En esta situaci¨®n la arquitectura deja de ser vernacular, nacional para ser cada vez m¨¢s europea, m¨¢s internacional y, por lo tanto, m¨¢s mestiza. Bienvenidos los Ghery, Foster, Stirling, Isozaki,... siempre que nos ayuden a los arquitectos bilba¨ªnos a hacer de esta nueva gran v¨ªa territorial que es la R¨ªa del Nervi¨®n un futuro museo de arquitectura tan hermoso como el Ensanche del que hoy disfrutamos.
La responsabilidad del nuevo urbanismo de Bilbao es en gran parte de nosotros, los profesionales, pero tambi¨¦n lo es de los pol¨ªticos y de los agentes sociales, pues de ellos depende valorar que aqu¨ª tambi¨¦n hay excelentes arquitectos y que las nuevas influencias pueden venir de la mano de profesionales locales. Esperemos que muy pronto los bilba¨ªnos podamos disfrutar no s¨®lo del espect¨¢culo de la arquitectura sino tambi¨¦n de la arquitectura espectacular .
Xabier Eizaguirre Garaitagoitia es arquitecto y profesor de Urbanismo de la Universidad de Barcelona.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.