Sants se rebela contra las v¨ªas del tren
En el barrio barcelon¨¦s de Sants hay personas que odian el ferrocarril. Son buena parte de los ciudadanos que habitan las viviendas situadas junto a las v¨ªas y, hartos de soportar los ruidos y de dar un gran rodeo para cruzar al otro lado, decidieron hace ocho meses constituir una comisi¨®n para exigir su soterramiento.Pero el alcance del problema no se reduce a los l¨ªmites del conflicto vecinal, sino que afecta de lleno al futuro de un amplio sector de Sants deseoso de superar cuanto antes la barrera infranqueable que representa el trazado ferroviario y el metro en el ¨²nico punto del casco urbano barcelon¨¦s por donde todav¨ªa discurren al descubierto.
El Ayuntamiento y los vecinos coinciden al afirmar que es esencial para el desarrollo del barrio atajar la contaminaci¨®n sonora y la segregaci¨®n que les imponen las v¨ªas. Las diferencias entre el distrito y los vecinos surgen al definir la estrategia y los tiempos que ambas partes se dan para lograr su objetivo.
En su empe?o por reivindicar el cubrimiento, la comisi¨®n vecinal ha llamado a todas las ventanillas e incluso se traslad¨® hace siete meses a Madrid para plantear directamente al Ministerio de Fomento y Transportes su reivindicaci¨®n. La respuesta les lleg¨® en octubre a trav¨¦s de una delegaci¨®n de t¨¦cnicos que proponen cubrir las v¨ªas con metacrilato para aminorar el impacto sonoro.
A los vecinos no les satisfizo la idea porque consideran que reducir el ruido es una soluci¨®n parcial que mantiene el obst¨¢culo que les impide comunicarse con el resto del barrio y arrincona sus viviendas contra unos muros que ganar¨ªan altura.
La relaci¨®n entre los vecinos y el distrito no atraviesa est¨¢ en su mejor momento. A los primeros, convivir d¨ªa y noche con el intenso traqueteo de los trenes les ha familiarizado hasta tal punto con el tr¨¢fico ferroviario que identifican las l¨ªneas de largo recorrido y las de cercan¨ªas, e incluso adivinan el n¨²mero de vagones que transportan. Sin embargo, les resulta imposible acostumbrarse a ellos. "?Alguien se imagina lo que ser¨ªa de Barcelona hoy en d¨ªa si los trenes continuaran pasando por la calle de Arag¨® al descubierto?", se pregunta el portavoz de la comisi¨®n, Josep Ribes.
Soluci¨®n compleja
A nadie se le escapa que la actuaci¨®n que reclaman es t¨¦cnicamente compleja y econ¨®micamente muy costosa. La distancia que separa el tramo que se deber¨ªa soterrar y la estaci¨®n de Sants es reducida para salvar la pendiente que se producir¨ªa.
En su af¨¢n por desbloquear el proceso, los vecinos de Sants han llamado tambi¨¦n a la puerta del S¨ªndic de Greuges; del alcalde de la ciudad, Joan Clos (desde septiembre esperan que les reciba); del ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado, y del secretario de Estado de Transporte, Albert Vilalta. Les apoya el movimiento asociativo de Sants y eso les anima. Otros apoyos est¨¢n condicionados a que se demuestre la viabilidad t¨¦cnica del soterramiento, como los de ERC y CiU. Se muestran quejosos con el distrito y le recriminan falta de entusiasmo al defender un proyecto que deber¨ªa liderar por ser la administraci¨®n mas cercana al ciudadano.
De esta apreciaci¨®n discrepa frontalmente el concejal de Sants, el socialista Pere Alcober, que afirma que fue ¨¦l quien facilit¨® el primer contacto entre los vecinos y el delegado del Ministerio de Fomento en Barcelona, por tratarse de la instancia competente en materia ferroviaria. Para el Ayuntamiento, el cubrimiento de las v¨ªas es uno de los grandes proyectos pendientes para los que es necesario encontrar el encaje urban¨ªstico m¨¢s adecuado.
Los vecinos llevan meses moviliz¨¢ndose cada jueves. Se han dado una pausa con motivo de las fiestas navide?as, pero anuncian que en enero volver¨¢n a la carga. Sus quejas apuntan sobre todo a Renfe, pero tampoco olvidan que la l¨ªnea 1 del metro -estaci¨®n del Mercat Nou- tambi¨¦n discurre descubierta.
La comisi¨®n de vecinos de Sants afronta con esperanza la llegada del AVE a Barcelona. Consideran que las obras para el trazado de alta velocidad representan la oportunidad que llevaban tiempo esperando. La informaci¨®n que les lleg¨® del ministerio les ha convencido de que la entrada en la capital catalana se llevar¨¢ a cabo por Sants y el elevado desembolso econ¨®mico que ser¨¢ necesario les anima a confiar en que podr¨ªa ser el momento de plantearse enterrar las v¨ªas.
Para Alcober, no hay duda de que con AVE o sin ¨¦l acabar con la barrera de las v¨ªas es un objetivo que est¨¢ sobre la mesa, y aconseja a todas las partes mantener una actitud dialogante para conseguirlo.
La dif¨ªcil convivencia junto a las v¨ªas condiciona hasta las conversaciones de las familias, que las interrumpen hasta que pasa el ¨²ltimo convoy. Si los d¨ªas son intensos, las noches no dejan de aportar sobresaltos cuando el tren encargado del mantenimiento remueve las piedras y asegura las traviesas sin escatimar decibelios.
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