Berridos de reci¨¦n nacido
Un rosario de cascadas rugidoras cautiva a quien remonta el curso alto del r¨ªo por el interior de la Pedriza
Miguel de Cervantes, Lope de Vega, G¨®ngora, Tirso de Molina, V¨¦lez de Guevara, el duque de Rivas... Larga es la lista de los que hicieron pedorreta al Manzanares, juzg¨¢ndolo s¨®lo por la m¨ªsera facha que mostraba al pasar por la capital, ya viejo y cansado, tras haber perdido casi todo su caudal en las chuponas arenas del llano. Incluido aquel abrasador ingenio de secano, Quevedo, que lo motej¨® de "arroyo aprendiz de r¨ªo": "Que trae m¨¢s agua en un jarro/ cualquier cuartillo de vino".Qu¨¦ distinto habr¨ªa de ser el juicio de los primeros monta?eros que, al adentrarse en la Pedriza del Manzanares en busca de sus fuentes, oyeron el formidable berrido del r¨ªo ni?o. Verbigracia, Juan A.Meli¨¢: "Por un angosto cauce labrado por las aguas durante miles de a?os chocando contra bloques que pesan muchas toneladas, sobrepasando pe?ascos, desliz¨¢ndose entre riscos, el r¨ªo Manzanares ruge con voz poderosa, repetida por miles de ecos desde los quebrados muros que le aprisionan, llena el espacio y oprime el esp¨ªritu... El agua ofrece, entre las rocas de granito, remansos pur¨ªsimos; al rebasar los bordes de estos remansos, desp¨¦?ase el l¨ªquido formando espl¨¦ndidos chorros, como se dice en el pa¨ªs, o cascadas, como se dice en la literatura..." (Andanzas castellanas, 1918).
Nos gusta la palabra chorro porque es simple y rotunda, como toda onomatopeya, que surge espont¨¢nea de las gargantas. En cambio, cascada y catarata son elaboraciones artificiosas. Los chorros del Manzanares forman el conjunto de saltos m¨¢s impresionante de Madrid. El r¨ªo, reci¨¦n nacido en el cercano ventisquero de la Condesa, a casi 2.200 metros de altura, se topa al llegar a los 1.500 con una quebrada vertical, delimitada por los contrafuertes de la Maliciosa -margen derecha- y la sierra del Franc¨¦s -orilla izquierda-, a trav¨¦s de la cual se precipita dando una serie de brincos atronadores que suman cerca de 150 metros.
Para contemplar a sabor los chorros, nada como el invierno, cuando el r¨ªo se presenta crecido y sin domingueros en la costa. Desde el aparcamiento que hay al final de la carretera de acceso a la Pedriza, vamos a ascender suavemente por la margen derecha del Manzanares siguiendo la pista forestal que nace a continuaci¨®n del asfalto, tras la barrera levadiza, y no tomaremos ning¨²n desv¨ªo menor hasta que, transcurrida una hora de marcha, dicha pista cruce el r¨ªo por s¨®lido puente de obra. Pocos metros antes, a mano izquierda, unos pelda?os indican el arranque de la senda que habremos de coger para, en cosa diez minutos, cambiar de orilla por una pasadera de troncos r¨²stica, angosta, preciosa: el puente del Ret¨¦n.
Ya en la margen izquierda, el sendero zigzaguea por la escarpada ladera entre jaras, cantuesos y retamas, y nada m¨¢s rebasar unos enormes bolos gran¨ªticos, ofrece la primera visi¨®n -a¨²n distante- de uno de los chorros, una suerte de tobog¨¢n prehist¨®rico. Ya queda poco.
Un kil¨®metro m¨¢s adelante, en otro zigzag m¨¢s pronunciado, nos desviaremos hacia el r¨ªo al avistar un pino centenario, y desde un saliente rocoso nos asomaremos al descomunal lanchazo de granito en el que el Manzanares ha tallado su escalera de agua.
Al volver la mirada aguas abajo, hacia la salida del valle, veremos la riscosa cuerda de las Milaneras erigi¨¦ndose como fondo de esta colosal caja de resonancia.
Este fragor y este paisaje, para quien tiene o¨ªdos, hablan. Para nosotros, los chorros del Manzanares ni?o repiten, como un eco, aquel pasaje de las Confesiones de San Agust¨ªn: "Y salen los hombres a admirar la altura de los montes..., y el f¨¢cil y copioso curso de los r¨ªos..., y no ponen atenci¨®n en s¨ª mismos". Lo que nunca hicieron Quevedo y compa?¨ªa.
Marchas gratuitas
- D¨®nde. Manzanares el Real dista 53 kil¨®metros de la Puerta del Sol y est¨¢ bien comunicado por la autov¨ªa de Colmenar (M-607), tomando la M-609 pasado el kil¨®metro 35 y luego la M-608 a mano izquierda. Para llegar a la Pedriza en coche hay que salir de Manzanares hacia Cerceda (M-608) y tomar el primer desv¨ªo a la derecha. A 4,5 kil¨®metros del control de acceso al parque, al final de la carretera, se encuentra el aparcamiento, donde comienza esta excursi¨®n. Hay autobuses a Manzanares de Herederos de J.Colmenarejo (tel¨¦fono 913598109), que salen desde la plaza de Castilla. - Qui¨¦n. La Consejer¨ªa de Medio Ambiente organiza excursiones gratuitas con gu¨ªa por la Pedriza, que incluyen la de los chorros del Manzanares. Informaci¨®n y reservas, tel¨¦fono 918539978.
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