"Las ETT son las antiguas empresas de prestamismo laboral legalizadas"
Montserrat Avil¨¦s y su marido, Albert Fina, abogados laboralistas, fueron, durante el r¨¦gimen franquista, el mascar¨®n de proa de las luchas sindicales. En su despacho profesional, y en unos pocos m¨¢s, los derechos de los trabajadores eran la consagraci¨®n de todas las libertades secuestradas por el dictador. Su compa?ero, su amigo, su amante, no super¨® su "convivencia con el c¨¢ncer", pero Montserrat Avil¨¦s sigue buscando el camino de salida del callej¨®n en el que sigue atrapada su gente.P. Su familia era cat¨®lica. Usted y Albert lo fueron. Luego militaron en un partido ateo.
R. Fuimos creyentes hasta 1967. Luego vinieron el FOC, y el Felipe, y el PSUC. Para nosotros, lo b¨¢sico era la atenci¨®n de los asuntos de los trabajadores que estaban injustamente discriminados. Entonces no exist¨ªan los sindicatos libres y ellos estaban iniciando la lucha por sus libertades, el derecho a la huelga y la resistencia a los despidos colectivos. Los famosos despidos de la Seat, de La Maquinista, de Hispano Olivetti, etc¨¦tera. Todo ello gener¨® el movimiento solidario de los gabinetes laboralistas.
P. Recuerdo el despido de toda la plantilla de La Maquinista. Su despacho estaba a tope de trabajadores y, ante la puerta y en la calle, a tope de polic¨ªa.
R. La polic¨ªa estaba, en efecto, en la puerta de nuestro despacho y persegu¨ªa a los clientes conocidos en el ascensor y los deten¨ªa a la salida. Comisiones Obreras dejaba su propaganda (propaganda ilegal, asociaci¨®n il¨ªcita, dec¨ªa el r¨¦gimen) en nuestros despachos. La Assamblea de Catalunya de los 113 participantes nos acogi¨® para hablar de aquellos procesos. La polic¨ªa entr¨® en el despacho con aquello de "todos al suelo", rev¨®lver en mano apuntando en la cabeza de nuestros clientes. Detuvieron a Albert y a Ascensi¨®n Sol¨¦, socia del despacho. Aquellas Navidades las pasamos en la c¨¢rcel porque no quisimos pagar la fianza de 250.000 pesetas. Era un pacto concertado entre los laboralistas: pagar con la c¨¢rcel. Recuerdo que un d¨ªa dejaron venir a la prisi¨®n de la Trinitat a mi marido a verme, escoltado por la polic¨ªa armada.
P. De estos despachos, se dec¨ªa entonces, sal¨ªan las consignas de huelga dirigidas a los trabajadores.
R. Del nuestro jam¨¢s. Primero inform¨¢bamos a los trabajadores para que supieran todas las consecuencias de una huelga. S¨¦ que en alg¨²n lugar de Espa?a esto se hac¨ªa, pero nosotros nunca, nos habr¨ªa resultado intolerable. No se pod¨ªa jugar con las consecuencias econ¨®micas y de subsistencia que aquello significaba. Nuestros intereses pol¨ªticos o sindicales nunca pasaron por encima de los intereses de los trabajadores.
P. Fueron los a?os del estado de excepci¨®n, de la creaci¨®n del funesto Tribunal de Orden P¨²blico (TOP), momento crucial en el que los procesos sindicales pasan a ser pol¨ªticos.
R. Claro, a muchos de nuestros clientes les procesaban por el delito de asociaci¨®n il¨ªcita y de la huelga prohibida. De ah¨ª derivamos a actuar como defensores pol¨ªticos de los trabajadores. Todos tambi¨¦n, consecuentemente, actuamos en el TOP en Madrid y nos unimos a la huelga de los letrados neg¨¢ndonos a la defensa. Comparec¨ªamos y call¨¢bamos hasta que nos suspendieron de actuaci¨®n.
P. Era tambi¨¦n el periodo en el que formaba parte de la Junta del Colegio de Abogados en la lista del decano Frederic Roda Ventura, muerto en el ejercicio de su responsabilidad.
R. Yo estaba en el juzgado de guardia aquella noche. Roda se hab¨ªa comportado de una manera muy valiente. Aquella noche quiso asistir a unos detenidos pol¨ªticos, intelectuales. Pidi¨® una entrevista con el juez Redondo, luego en el TOP, para interceder por los detenidos. Redondo le recibi¨® de mala manera y Roda sali¨® indignado. Nos dijo: "Estamos en un pa¨ªs ocupado. Debemos luchar para que esto se acabe". Se march¨® y al cabo de 15 minutos nos llegaba la noticia: el decano del Colegio, Roda Ventura, hab¨ªa muerto en el coche en el paseo de Gr¨¤cia. El mismo juez Redondo tuvo que levantar el cad¨¢ver.
P. ?Cu¨¢l es ahora su frente de batalla?
R. Contra el intrusismo profesional. Es grave.
P. Para una abogada laboralista, ?qu¨¦ representan las ETT?
R. Con todas las matizaciones, para m¨ª son las antiguas empresas de "prestamismo laboral" legalizadas. Contribuyen sin duda a la precarizaci¨®n del mercado de trabajo.
P. Y los sindicatos, ?satisfacen las esperanzas del pasado?
R. Creo que su baja afiliaci¨®n y la poca participaci¨®n obrera en las elecciones sindicales contrastan fuertemente con su estructura de poder. Son las c¨²pulas de los sindicatos las que negocian y pactan, mientras que la gran mayor¨ªa de los trabajadores son simples espectadores. Para m¨ª es clara la similitud con los partidos como lo es la ausencia de una democracia participativa en nuestro pa¨ªs.
P. ?Qu¨¦ piensa sobre la situaci¨®n de los inmigrantes?
R. Me parece vergonzosa la sola existencia de una ley que regule discriminatoriamente los derechos de unas personas por el ¨²nico hecho de haber nacido fuera de unas fronteras meramente formales. Pese a todo, tal como est¨¢n las cosas, la ley aprobada es mejor que la hoy vigente y puede constituir un paso adelante. Finalmente, estoy de acuerdo con las declaraciones sindicales a favor de los derechos de los inmigrantes.
P. Sigue participando en actividades colegiales, ?cu¨¢l es su compromiso con el Colegio de Abogados?
R. Lo cierto es que en las elecciones del Colegio de Abogados de Barcelona de junio de 1999 se renovaba la mitad de la junta de gobierno y se presentaron dos candidaturas, la que encabezaba Ana Mar¨ªa Pibernat y la que encabezaba El¨ªas Rogent, ambos aspirantes al cargo de secretario de la junta. La primera se declaraba en la misma l¨ªnea que el decano Jaime Alonso Cuevillas y el resto de su candidatura, que hab¨ªan vencido en las elecciones del a?o 1997 en que se cubr¨ªa la otra mitad de la junta de gobierno. Yo me presentaba en la otra candidatura, la encabezada por El¨ªas Rogent, y las elecciones las gan¨® la de Ana Mar¨ªa Pibernat, con resultados muy ajustados y con una sola excepci¨®n que fui yo, la ¨²nica que result¨¦ elegida de la candidatura de El¨ªas Rogent.
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