IU prefiere no crear la sensaci¨®n de que pactar¨¢ con el PSOE por temor al voto ¨²til
Los socialistas no han enviado a¨²n su programa como prometieron, aunque lo har¨¢n pronto
Las relaciones entre Izquierda Unida y el PSOE, pese a los diversos mensajes de unidad que sus l¨ªderes lanzan en los medios de comunicaci¨®n, est¨¢n bloqueadas. Los socialistas ni siquiera han entregado todav¨ªa su programa electoral, tal y como prometieron en cuanto el nuevo cabeza de cartel electoral, Francisco Frutos, sustituy¨® a Julio Anguita, aunque aseguran que lo har¨¢n en breve. Mientras, los dirigentes de la coalici¨®n prefieren centrar su mensaje de campa?a en la necesidad de que IU exista como tercera fuerza pol¨ªtica para evitar que toda la pol¨ªtica gire en torno al centro. Est¨¢n convencidos de que, si dan la sensaci¨®n de que pactar¨¢n con el PSOE, el voto ¨²til empeorar¨¢ sus ya malas expectativas.
Hay otros motivos de fondo que dificultan mucho la relaci¨®n entre los socialistas e Izquierda Unida. La coalici¨®n sufre importantes divisiones internas, y el asunto de los pactos con el PSOE es fuente sistem¨¢tica de enfrentamiento entre corrientes. Dadas las malas expectativas electorales que le auguran las encuestas, en la coalici¨®n se ha establecido una especie de pacto t¨¢cito para trasladar todos los conflictos, las divisiones y las guerras internas por la sucesi¨®n de Anguita al d¨ªa despu¨¦s de las elecciones, cuando los resultados fortalecer¨¢n a algunos sectores y personas y debilitar¨¢n a otros.Por eso se han anulado hasta ahora todos los t¨ªmidos intentos de elaborar junto al PSOE una especie de manifiesto conjunto similar al que llev¨® a Lionel Jospin al Gobierno de Francia. Los defensores de esta v¨ªa confiaban en que la llegada de una cara nueva como Francisco Frutos al primer plano de la pol¨ªtica de IU pudiera hacer variar la relaci¨®n con el PSOE. Pero Frutos fue elegido como apuesta continuista, temporal, precisamente porque los m¨¢s duros cre¨ªan que no se atrever¨ªa a romper totalmente con la l¨ªnea seguida por Anguita.
Exclusiones
Las primeras manifestaciones p¨²blicas de Frutos parec¨ªan indicar un cambio de tendencia, pero poco despu¨¦s se apresur¨® a criticar que los socialistas, en la elaboraci¨®n de sus candidaturas, hubieran excluido a los que ¨¦l considera personas m¨¢s pr¨®ximas a Izquierda Unida, como los guerristas, los borrellistas, o los representantes de Izquierda Socialista. Y lo utiliz¨® para demostrar que el PSOE no tiene ning¨²n inter¨¦s real en pactar con IU y s¨®lo pretende robar el m¨¢ximo n¨²mero de votantes posibles a esta fuerza en los comicios de marzo.
En lo que se refiere a pura estrategia electoral, la mayor¨ªa de los dirigentes cree que no se puede dar la sensaci¨®n antes de los comicios de que IU est¨¢ dispuesta, pase lo que pase, a pactar con los socialistas, porque entonces la vieja idea del voto ¨²til, muy instalada dentro del electorado, har¨ªa que muchos de los electores que ya dudan si dar su apoyo a IU se trasladasen directamente al PSOE.
La coalici¨®n tiene en este sentido un precedente muy negativo. Antes de las ¨²ltimas elecciones municipales, celebradas el 13 de junio de 1999, IU y PSOE no llegaron a un pacto preelectoral, pero s¨ª mantuvieron varias reuniones bilaterales y cundi¨® la sensaci¨®n de que tras las elecciones pactar¨ªan, como al final sucedi¨®. Aunque los propios dirigentes reconocen que ¨¦sta no fue ni mucho menos la ¨²nica causa, IU obtuvo en esas elecciones los peores resultados de su historia, al perder a la mitad del electorado que le apoy¨® en 1995.
Por eso, los dirigentes de IU prefieren centrar su mensaje en la necesidad de la existencia de la coalici¨®n para evitar que lo que ellos llaman "una basculaci¨®n a la derecha" haga que toda la pol¨ªtica gire en torno al centro que se disputar¨ªan el PP y el PSOE.
En todo caso, tanto los socialistas como IU tienen claro que, si el PSOE gana las elecciones, el escenario m¨¢s probable se sit¨²a en una renovaci¨®n del pacto con Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) que el ex presidente Felipe Gonz¨¢lez estableci¨® en 1993. Y no s¨®lo por las discrepancias ideol¨®gicas entre IU y PSOE, sino porque las malas expectativas de la coalici¨®n, que podr¨ªa obtener la mitad de los diputados que CiU, la convertir¨ªan en una socia poco apetecible.
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