Localizados en los s¨®tanos de la Fiscal¨ªa de Roma 700.000 casos judiciales abandonados en 1989
Rosario Priore, un juez famoso por los grandes misterios italianos a los que se ha enfrentado -desde el caso Moro a la cat¨¢strofe del avi¨®n de Ustica o el atentado sufrido por el Papa-, acaba de darse de bruces, esta vez como protagonista, con un nuevo misterio: el hallazgo en el s¨®tano de una sede de la Fiscal¨ªa de Roma de 700.000 expedientes correspondientes a otros tantos casos penales olvidados.Una verdadera monta?a de papeles relativos a peque?os delitos, robos en apartamentos, tirones y estafas que alguien tuvo a bien almacenar en un s¨®tano con el inconfesado prop¨®sito de hacer un poco de limpieza en la justicia italiana, aquejada desde siempre de angustiosa par¨¢lisis. Corr¨ªa el a?o 1989, y el C¨®digo de Procedimiento Penal italiano acababa de ser reformado con el objetivo de agilizar la maquinaria de los procesos. Lo malo es que en la vor¨¢gine alguien opt¨® por la v¨ªa expeditiva de deshacerse de los documentos.
Ahora ha llegado la hora de depurar responsabilidades. En busca de culpables, alguien ha relacionado el hallazgo con el juez Priore, uno de los dos ¨²nicos jueces de la antigua Oficina de Investigaci¨®n, desmantelada con la reforma del C¨®digo de Procedimiento Penal, a quienes se permiti¨® seguir trabajando unos meses m¨¢s en vista de la gravedad de los casos de terrorismo que ten¨ªan entre manos.
Comoquiera que los 700.000 expedientes acababan de ser enviados por la Fiscal¨ªa a dicha oficina, para que entendiera sobre el material, se supone que Priore decidi¨® emterrarlos de por vida en el s¨®tano. El juez ha protestado airadamente, se?alando que nada tuvo que ver con la decisi¨®n, tomada por otros colegas que, incapaces de afrontar el trabajo de verificar el contenido de los expedientes, porque el departamento carec¨ªa ya de jueces, optaron por archivarlos en el s¨®tano. Priore considera una calumnia total la insinuaci¨®n de que ¨¦l decidi¨® hacer desaparecer el material y ha reclamado al ministro de Justicia, Oliviero Diliberto, que abra una investigaci¨®n.
Nadie reclam¨®
No deja de ser sorprendente que en todos estos a?os ning¨²n ciudadano se haya preguntado qu¨¦ fue de su denuncia o si encontr¨® la polic¨ªa a los ladrones que irrumpieron en su casa. Prueba, seg¨²n Mario Cicala, presidente de la Asociaci¨®n Nacional de Magistrados, de que en la monta?a de documentos no se esconde ning¨²n caso importante. El episodio ha sido calificado, sin embargo, por su colega Giovanni Salvi, fiscal adjunto y secretario de la misma asociaci¨®n, como un caso grave, "que demuestra el estado desastroso en el que se encuentra la justicia". Para Salvi, no deja de ser comprensible que en 1989, con la reforma, se concentraran todas las fuerzas de la justicia en los procesos nuevos, pero de ah¨ª a mandar al foso los casos antiguos, dista un abismo. Sobre todo porque, puestos a hacer limpieza en los tribunales, actualmente y como consecuencia de una intermitente huelga de abogados que ha durado meses y del fracaso del sistema de juicios abreviados, la maquinaria judicial italiana est¨¢ bloqueada por una nueva monta?a de procesos y nadie est¨¢ libre de la tentaci¨®n de enviarlo todo al primer s¨®tano disponible.
Adem¨¢s, las malas lenguas aseguran que, encima, conservar los documentos en cuesti¨®n en el s¨®tano le ha costado al Estado m¨¢s de siete millones de pesetas mensuales en alquiler.
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