El Gobierno de Aznar muestra su indisimulada satisfacci¨®n por el relevo

El Gobierno reaccion¨® ayer con indisimulada satisfacci¨®n ante la noticia de la renuncia del obispo de San Sebasti¨¢n, Jos¨¦ Mar¨ªa Seti¨¦n, y su sustituci¨®n por el obispo de Zamora, Juan Mar¨ªa Uriarte, aunque oficialmente manifest¨® su respeto por la decisi¨®n adoptada por el prelado donostiarra. El ministro del Interior y l¨ªder del PP vasco, el guipuzcoano Jaime Mayor Oreja, conoci¨® la noticia del relevo el mi¨¦rcoles por la noche.Las fuentes gubernamentales consultadas negaron que haya habido presiones del Ejecutivo sobre el Vaticano para lograr la renuncia del obispo de San Sebasti¨¢n, pero s¨ª admitieron que las protestas p¨²blicas tanto gubernamentales como de sectores no nacionalistas de la sociedad vasca por las manifestaciones del prelado acerca de la situaci¨®n pol¨ªtica de Euskadi han "podido crear el caldo de cultivo" para su renuncia.

La ¨²ltima de las respuestas airadas del Gobierno a Seti¨¦n se produjo el pasado viernes, tras el Consejo de Ministros. El portavoz del Ejecutivo, Josep Piqu¨¦, acus¨® al obispo Seti¨¦n de realizar unas declaraciones "inconcebibles e inimaginables" y de "someterse al chantaje del terrorismo". Seti¨¦n acababa de se?alar que la "paz en Euskadi tiene un precio". Seg¨²n ha explicado el propio prelado, sus pol¨¦micas declaraciones sobre el precio de la paz son posteriores a su decisi¨®n de renunciar al cargo, adoptada el pasado 9 de diciembre.

Desde el Gobierno se manifestaba ayer oficiosamente que el obispo Seti¨¦n nunca represent¨® al sector no nacionalista de la Iglesia guipuzcoana, una provincia en la que, ciertamente, la influencia del nacionalismo es la mayor de todo el Pa¨ªs Vasco. Las fuentes gubernamentales consultadas recordaban ayer su "insensibilidad" ante los familiares y las v¨ªctimas del terrorismo, y tra¨ªan a colaci¨®n aquella imagen del obispo Seti¨¦n cruzando delante de unos manifestantes que portaban una pancarta, ante la bah¨ªa de San Sebasti¨¢n, pidiendo la libertad de un empresario secuestrado por ETA, y a los que ni siquiera dirigi¨® una mirada.

Al Ejecutivo siempre le ha indignado la posici¨®n de "equidistancia pol¨ªtica" entre el Gobierno y ETA, mantenida sistem¨¢ticamente por el obispo de San Sebasti¨¢n, al que despu¨¦s de la declaraci¨®n de tregua indefinida de la banda encasill¨®, a trav¨¦s de sus declaraciones, en las posiciones del Pacto del Estella.

Pese a las discrepancias pol¨ªticas, Mayor Oreja, hombre de convicciones religiosas, ha mantenido una relaci¨®n discreta con el obispo Seti¨¦n y m¨¢s calurosa con su sucesor, Juan Mar¨ªa Uriarte, al que ha visitado sistem¨¢ticamente todas las festividades de Semana Santa en su di¨®cesis de Zamora, y al que eligi¨® como mediador en las conversaciones entre el Gobierno y ETA. El Ejecutivo, adem¨¢s, considera que la labor de Uriarte en las conversaciones con la banda ha sido satisfactoria.

El Gobierno conf¨ªa en que la gesti¨®n de Uriarte, del que piensa que es "nacionalista de coraz¨®n", ser¨¢ "m¨¢s equilibrada". Asimismo, cree que su experiencia en la di¨®cesis de Zamora, sobre la que tambi¨¦n ha expresado su satisfacci¨®n, habr¨¢ contribuido a "abrir su mente" a otros pueblos y culturas distintas a la vasca.