Garz¨®n reitera a Straw su petici¨®n de interrogar a Pinochet antes del fallo definitivo

ENVIADO ESPECIALEl juez Baltasar Garz¨®n envi¨® ayer al ministro del Interior brit¨¢nico, Jack Straw, un escrito de alegaciones en el que solicita al Reino Unido poder viajar, junto con los abogados de las acusaciones, para tomar declaraci¨®n al general Augusto Pinochet antes de que se produzca la anunciada decisi¨®n de liberar al ex dictador. El juez solicita el informe m¨¦dico que declara a Pinochet "incapaz de someterse a juicio", pide realizar un segundo examen con participaci¨®n de m¨¦dicos forenses espa?oles y pone a disposici¨®n del Reino Unido los documentos del caso para actuar penalmente contra el ex dictador en Londres, a fin de que no pueda volver a Chile, en el caso de que no sea extraditado.

El juez Garz¨®n se?ala, en un tono de gran dureza, sin dulcificar los conceptos, que las alegaciones est¨¢n "influenciadas por un elemento negativo fundamental: la ausencia de conocimiento del informe m¨¦dico sobre el que se quiere que se opine, lo que hace la situaci¨®n un tanto absurda". Seg¨²n el juez, ¨¦sa es la ¨²nica conclusi¨®n a la que se puede llegar, "porque la decisi¨®n de no facilitar el contenido o los informes m¨¦dicos practicados impide cualquier pronunciamiento concreto, deviniendo ilusorias las garant¨ªas -como elementos esenciales- que deben concurrir en un procedimiento penal: el principio de igualdad entre las partes, el principio de defensa y el principio de contradicci¨®n".El magistrado razona que "en ning¨²n caso" las normas del procedimiento penal espa?ol permiten que "por razones m¨¦dicas u org¨¢nicas puede el imputado o procesado sustraerse a la justicia. S¨®lo en el caso de una enajenaci¨®n mental sobrevenida se puede paralizar el proceso penal hasta tanto el interesado recobre la salud". El escrito se apoya en un informe m¨¦dico forense emitido ayer mismo por el doctor ?ngel Canelada. Dicho dictamen se?ala que, "a pesar de las dolencias f¨ªsicas del paciente, nada impide, con el tratamiento, vigilancia y control necesarios, el enjuiciamiento de una persona de 84 a?os. S¨®lo tras comprobar la influencia que las hipot¨¦ticas dolencias f¨ªsicas han producido en la mente y el grado de discernimiento que el sujeto tiene puede decidirse sobre su sometimiento a juicio".

El juez ataca el secretismo que ha rodeado la salida perge?ada por Straw. "Nada habr¨ªa que decir sobre la decisi¨®n", afirma, "si el examen m¨¦dico y sus conclusiones compartidas o discutidas mediante un peritaje m¨¦dico de contradicci¨®n, al que desde luego tienen derecho las partes acusadoras, o por lo menos, se deber¨ªa explicar por qu¨¦ no se ha permitido al Estado requirente tener acceso a los an¨¢lisis m¨¦dicos practicados, siendo as¨ª que obran en poder del procesado y tambi¨¦n de Interior".

Garz¨®n rebate asimismo el concepto de confidencialidad y privacidad esgrimido por Straw: "No es lo mismo un informe recabado por una autoridad administrativa, que va a producir efectos definitivos o puede producirlos en un proceso de extradici¨®n, y, por ende, en el proceso penal relacionado con ¨¦sta, que hacerlo para fines particulares y privados. En el primer caso, el informe pertenece al procedimiento judicial y no puede imponerse de forma inquisitiva a las dem¨¢s partes, de forma que ¨¦stas no pueden hacer alegaciones con alguna expectativa de que su razonamiento pueda ser atendido".

Entre las medidas que solicita el juez se halla la de tomar declaraci¨®n en Londres a Pinochet antes de que ¨¦ste sea liberado. La petici¨®n no es un ruego, ya que Garz¨®n se?ala que si el Reino Unido denegase la extradici¨®n podr¨ªa haber incumplido la cooperaci¨®n judicial con Espa?a.

Tomar declaraci¨®n

"El 19 de octubre de 1998 se curs¨® comisi¨®n rogatoria a Inglaterra solicitando que se tomara declaraci¨®n a Pinochet con la asistencia del juez instructor que suscribe. Esta petici¨®n, despu¨¦s de un a?o y tres meses, no ha sido contestada, cosa que se entiende en virtud de la tramitaci¨®n de la demanda de extradici¨®n, aunque no son incompatibles". El juez se?ala que no se insisti¨® en ello para no "interferir el curso de la extradici¨®n". Pero subraya: "En la actualidad, la situaci¨®n ha variado, por lo que se solicita expresamente que se autorice la pr¨¢ctica de tal declaraci¨®n al reclamado, antes de que se produzca la decisi¨®n que se anuncia sobre la eventual liberaci¨®n del mismo".

Por ¨²ltimo, Garz¨®n recuerda al ministro del Interior el principio de "extraditar" o "juzgar" que los jueces lores subrayaron en su sentencia del 24 de marzo de 1999, al permitir la continuaci¨®n del proceso de extradici¨®n, para lo que pone nuevamente a disposici¨®n el material probatorio espa?ol para enjuiciar a Pinochet en el Reino Unido.

El juez Garz¨®n se?ala en las alegaciones que no renuncia "a que se agoten todos los tr¨¢mites necesarios para hacer efectiva la extradici¨®n de Pinochet", lo que significa que est¨¢ todav¨ªa pensando si va a proponer un recurso de revisi¨®n judicial contra la decisi¨®n de Straw, un recurso que no paralizar¨ªa de ninguna manera su resoluci¨®n.