De la Rosa, un preso muy especial
Javier de la Rosa acaba de abandonar la prisi¨®n barcelonesa de Brians, donde ha pasado 486 d¨ªas ingresado como preventivo por orden de la juez Teresa Palacios, que descubri¨® que era titular de las cuentas suizas a las que se desviaron 21.000 millones de pesetas del Grupo Torras KIO. Los funcionarios de prisiones dicen que la decisi¨®n de enviarlo a casa ha escandalizado al resto de los presos. Su custodia domiciliaria depende ahora de 23 polic¨ªas, lo que supone un gasto en salarios de 145.000 pesetas diarias.Un informe de la secci¨®n de prisiones de CC OO dirigido a diversos grupos del Parlament denunciaba ya en 1998 "el gran privilegio de Javier de la Rosa respecto al resto de los internos al ser encarcelado a la espera de juicio en un centro de cumplimiento de pena, Brians, cuando deb¨ªa haber sido ingresado en un centro de preventivos, la Modelo por ejemplo, una ventaja sobre el resto de los ingresados ya que las condiciones de los dos centros son muy diferentes".
"Javier de la Rosa pod¨ªa decidir cu¨¢ndo y c¨®mo iba al juzgado a prestar declaraci¨®n a requerimiento de la autoridad judicial. Desde el primer momento, De la Rosa se neg¨® a utilizar uno de esos furgones policiales en los que se suele conducir a los reclusos. Simplemente dijo: "Yo ah¨ª no subo", dice el informe. Se trataba de un furg¨®n como el que le llev¨®, en la madrugada del 19 de octubre de 1994, a pasar su primera noche en la c¨¢rcel, esta vez por el caso Grand Tibidabo.
Durante su estancia en prisi¨®n, De la Rosa exig¨ªa ser conducido en un coche oficial que el Departamento de Justicia de la Generalitat pon¨ªa a su disposici¨®n para ir al juzgado, seg¨²n la denuncia de CC OO.
De la Rosa dispon¨ªa del n¨²mero de tel¨¦fono m¨®vil de Ignasi Garcia Clavel, hasta hace poco director general de Instituciones Penitenciarias. Los funcionarios denuncian que De la Rosa llamaba al director de prisiones para que excusara por escrito su inasistencia a los juzgados. El resto de los reclusos tienen que acudir a los juzgados como y cuando se les ordena.
El ex financiero no cumpli¨® prisi¨®n provisional en un departamento cualquiera, sino que se le instal¨® en el m¨®dulo denominado "de destinos", ocupado por los penados menos conflictivos y los que salen de permiso. El n¨²mero de internos de ese m¨®dulo no supera los 25. Adem¨¢s, las condiciones de cumplimiento en ese m¨®dulo no son las mismas que en el resto de los departamentos de Brians.
"De la Rosa era un preso especial. Parec¨ªa que llevaba el cartelito de "no me molesten". Los funcionarios ten¨ªamos ¨®rdenes de no importunarle y evitar problemas con ¨¦l", afirma un funcionario del centro penitenciario. Uno de los datos que apoyan esta tesis es que De la Rosa, en sus dos estancias en la c¨¢rcel, ha disfrutado de una celda para ¨¦l solo, cuando lo normal es que la compartan dos o m¨¢s.
"El interno De la Rosa sub¨ªa diariamente al despacho del subdirector m¨¦dico, Antonio Laliga. ?ste sal¨ªa de su despacho y De la Rosa se pasaba las ma?anas llamando por tel¨¦fono. Llamaba a su familia o amigos; discut¨ªa en la intimidad de un despacho privado sobre su defensa, sus negocios o amenazaba a pol¨ªticos. Todo ello pagando la instituci¨®n penitenciaria", seg¨²n CC OO. El resto de los internos tienen cinco llamadas semanales, de una duraci¨®n m¨¢xima de cinco minutos cada una.
Tambi¨¦n recib¨ªa visitas de forma irregular, a horas a las que otros presos no pueden recibirlas. Su vida carcelaria, recuerdan los funcionarios de la secci¨®n sindical de prisiones de CC OO, "se limitaba a leer la prensa diaria, que le era entregada en mano por el subdirector del centro, cuando el resto de los presos dispone de seis o siete peri¨®dicos para cada 200 internos".
Por lo menos en tres ocasiones se disgust¨® con los funcionarios encargados de su custodia. Las tres veces el asunto acab¨® con el traslado del funcionario. "Cuando ingres¨® por primera vez en la Modelo le dijo al mosso d"esquadra que le llevara sus paquetes. Ten¨ªa la idea de que nosotros ¨¦ramos sus sirvientes o algo as¨ª", dice otro funcionario.
Tambi¨¦n recib¨ªa regalos y env¨ªos del exterior, directamente de manos de los mandos de la prisi¨®n. Se trataba de objetos prohibidos al resto de los presos. En una ocasi¨®n, un funcionario le descubri¨® una caja de puros, se la quit¨® e hizo un informe, a pesar de que De la Rosa le advert¨ªa de que se la hab¨ªa entregado un superior suyo. Al d¨ªa siguiente, De la Rosa volv¨ªa a tener la caja de puros. Los funcionarios que denunciaban este trato de favor eran sistem¨¢ticamente cambiados de servicio indefinidamente, con el fin de cortar de cuajo las filtraciones sobre los privilegios de que disfrutaba De la Rosa, denuncia CC OO.
Los funcionarios que le han visto a diario coinciden en que "com¨ªa normalmente" y en que nunca utiliz¨® los servicios de psiquiatr¨ªa del centro. Su defensa ha alegado que ha perdido 40 kilos en la c¨¢rcel y que sufre una grave depresi¨®n.
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