El central tranquilo Para el rojiblanco, traspasado al Milan, el boxeo era su pasi¨®n secreta
Jos¨¦ Antonio Chamot pas¨® en silencio por el Atl¨¦tico antes de marcharse al Milan, el club por el que so?aba fichar. Se despidi¨® un a?o y medio despu¨¦s de llegar, el lunes pasado. Sin levantar la voz. Casi sin palabras. Su tr¨¢nsito por el Manzanares fue r¨¢pido y dej¨® un aroma de tipo impermeable, curtido en la costumbre de mantener una relaci¨®n prudente con los sentimientos. El coraz¨®n de Chamot est¨¢ m¨¢s preparado para los rigores de un combate, que para el entusiasmo de un partido de f¨²tbol."Me gusta pusilar (sic)", confes¨® hace meses. Chamot le llamaba as¨ª al acto del boxeo. Se pasaba horas con los guantes puestos, azotando a una sombra con precisi¨®n obsesiva, entregado a los juegos de piernas, golpeando un saco en el gimnasio de su casa. "Lo tomo como una manera de descargar tensiones, me hace bien, y lo hago despu¨¦s de cada entrenamiento; pero nunca le he pegado a nadie". Su m¨¢scara escond¨ªa turbulencias: "Tengo m¨¢s preocupaciones de las que aparento. Llegar nervioso a los partidos est¨¢ bien. Un jugador no puede llegar suelto, sin pasi¨®n a un partido. Mucho menos un central".
Chamot naci¨® en Concepci¨®n (17.05.69), un pueblo min¨²sculo de la provincia argentina de Entre R¨ªos donde la fuerza salvaje de los Pantanos del Iber¨¢ marcan el pa¨ªs. Rodeado de uno de los mayores criaderos de caimanes de Suram¨¦rica. "Ah¨ª viv¨ª hasta los 17 a?os. Despu¨¦s nos trasladamos a San Lorenzo. Mi padre nunca dej¨® su trabajo, cargando y descargando camiones en una f¨¢brica de derivados de girasol y trigo. Tambi¨¦n trabaj¨® como alba?il, y yo y mis hermanos lo ayudamos".
Chamot regres¨® ayer a Italia, donde desembarc¨® por primera vez en 1990, procedente del Rosario Central. Jug¨® en el Pisa, el Foggia y el Lazio antes de firmar por el Atl¨¦tico. Jug¨® siempre al l¨ªmite de la ira. Fuera del campo, asegura que cambia: "Fuera de la cancha soy una persona tranquila -no s¨¦ si mi se?ora pensar¨¢ lo mismo-. Pero en el juego me toca hacer un trabajo que requiere ser duro. Creo mucho en Dios. Y la Bibilia me ense?¨® a ser justo".
El Atl¨¦tico se qued¨® sin su defensa de referencia. El hombre a quien Simeone, compa?ero de selecci¨®n, llamaba Monz¨®n por su parecido f¨ªsico con el c¨¦lebre boxeador argentino, primer y ¨²nico h¨¦roe de Jos¨¦ Chamot.
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