Corretja pasa su d¨ªa m¨¢s horrible
Cuando el d¨ªa amaneci¨®, ?lex Corretja ten¨ªa motivos para sentirse bien. Se despert¨® tranquilo, consciente de que iba a afrontar uno de los partidos m¨¢s importantes de la jornada en el Open de Australia. Revis¨® el programa del d¨ªa. Todo estaba planificado, desde el desayuno hasta el entrenamiento previo al partido. No ten¨ªa que pensar en nada m¨¢s que en saltar a la pista central en las mejores condiciones. Cuando realiz¨® el precalentamiento se not¨® perfecto. "Incluso mejor que los ¨²ltimos d¨ªas", le coment¨® a su entrenador, Javier Dudu Duarte. Sin embargo, s¨®lo unas horas m¨¢s tarde, descubri¨® que aqu¨¦l iba a ser uno de los d¨ªas "m¨¢s horribles" de su vida. Perdi¨® ante Lleyton Hewitt por 6-0, 6-0, 6-1 en 1 hora y 27 minutos.Victorias espa?olas
?lex salt¨® a la pista central justo en el momento en que Juan Carlos Ferrero (?vaya potencial, el ni?o, 20 a?os en febrero!) remataba el tercer triunfo de la jornada para el tenis espa?ol, eliminando al italiano Laurence Tieleman en cinco disputadas mangas. Anteriormente, Arantxa S¨¢nchez Vicario se hab¨ªa desembarazado de la pesada estadounidense Lisa Raymond, que tan mal recuerdo le dej¨® el pasado Wimbledon, en tres mangas, y Conchita Mart¨ªnez agot¨® sus fuerzas y su paciencia para eliminar a la bielorrusa Olga Barabanschikova con un sufrido 6-3 en la tercera manga. Justo cuando los aplausos comenzaron a sonar en la central, Mag¨¹i Serna dec¨ªa adi¨®s al torneo, y la misma suerte corr¨ªa Albert Portas que s¨®lo disfrut¨® un d¨ªa de su impresionante triunfo ante Kuerten antes de verse eliminado de forma fulminante por el rumano Adrian Voinea.
Durante el peloteo inicial, el p¨²blico dedic¨® sus mejores v¨ªtores a Lleyton Hewitt, de 18 a?os, que se ha convertido en el ¨ªdolo local por su car¨¢cter abierto, su entrega absoluta en la pista, y tambi¨¦n por las expectativas que despert¨® con su participaci¨®n en la consecuci¨®n de la Copa Davis, el pasado mes de diciembre, y con sus triunfos consecutivos en Adelaida y en Sydney. Hasta que el partido comenz¨®, nada permit¨ªa presagiar lo que iba a ocurrir. Pero en el momento en que la bola se puso en juego, las cosas comenzaron a torcerse. 28 minutos tard¨® Hewitt en endosarle un 6-0 amenazante a Corretja.
El campe¨®n del Masters y finalista de Roland Garros en 1998 intent¨® buscar resortes para la reacci¨®n. Miraba con insistencia a su entrenador pidiendo unas soluciones que ¨¦l no parec¨ªa en condiciones de aportar. "No te agobies", "suelta el brazo", "corta la bola y al¨¢rgala", eran los mensajes que recib¨ªa. Pero aquella vez, ?lex no se los cre¨ªa. No porque no quisiera, sino porque su cuerpo no estaba dispuesto a ofrecer la respuesta que se le exig¨ªa. Ya con 3-0 en contra en la segunda manga, la situaci¨®n comenz¨® a ser desquiciante para Corretja: "Entonces comenc¨¦ a engancharme. Vi que ven¨ªa mal la cosa y empec¨¦ a pensar m¨¢s en ganar un juego, que en adjudicarme el partido". Sus reflexiones ya ni se dirig¨ªan al juego. "Que verg¨¹enza lo que est¨¢ pasando. ?C¨®mo puedo hacerlo todo tan mal? ?C¨®mo puedo salir de ah¨ª? Estoy absolutamente bloqueado, las piernas no me responden. Estoy parado. Es como si tuviera que volver a empezar con el tenis, como si no supiera ya ni pegarle a la bola". Lleg¨® el segundo 6-0.
Y comenz¨® la tercera manga sin que nada cambiara. Pero ya con 4-0, y tras 1 hora y 20 minutos en pista, ?lex gan¨® un juego con su saque y evit¨® de esta forma entrar en la historia negra del torneo. De haber concluido con un triple 6-0 habr¨ªa sido el primer jugador masculino que perd¨ªa de esta forma en el Open de Australia. "Si lo hubiera sabido, tal vez me habr¨ªa gustado entrar en la historia", dijo esbozando una forzada sonrisa. "Pero prefiero regresar y hacer historia en un sentido m¨¢s positivo".
Los aspectos positivos fueron colaterales: el compa?erismo que le desmotraron sus amigos del circuito (el resto de jugadores espa?oles, su entrenador y su preparador f¨ªsico, Petrit Fejzula, un ex jugador de balonmano del Bar?a), y el reconocimiento general de que fue un mal d¨ªa. "Mala suerte, t¨ªo", le dijo Hewitt cuando le choc¨® la mano en la despedida, tras anotarse su 12? victoria consecutiva del a?o. "Bien jugado y que tengas suerte", le respondi¨® ?lex. Sin embargo, eso son s¨®lo palabras y una derrota como ¨¦sta suele dejar secuelas. "No me voy a hundir", afirma el barcelon¨¦s, que dentro de dos semanas deber¨¢ defender a Espa?a ante Italia en la Copa Davis. "No puedo traumatizarme por eso. Si me planteo que es un desastre, igual me deprimo. Y no puedo hacerlo, porque tengo 25 a?os y la vida me ha dado muchas cosas buenas. Sin embargo, me preocupa que el ¨²ltimo referente previo a la Copa Davis sea una derrota como esta".
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