Dos golpes policiales evitaron que se consumara antes la ruptura de la tregua
Las acci¨®n policial, el giro soberanista del PNV y las manifestaciones con lemas no compartidos entre EH y el resto de las fuerzas nacionalistas han marcado los casi dos meses transcurridos desde que ETA anunciara oficialmente el fin de la tregua que declar¨® el 16 de septiembre de 1998. En ese tiempo, la polic¨ªa ha desmantelado dos comandos y ha evitado dos atentados: uno en Madrid, a donde ETA envi¨® dos furgonetas con 1.700 kilos de explosivos, y otro en Bilbao, donde intent¨® atentar contra un convoy de la Guardia Civil.
El 28 de noviembre, cuando ETA anunci¨® la ruptura de su tregua, la banda se encarg¨® de aclarar qui¨¦nes eran, en su opini¨®n, los m¨¢ximos responsables de su decisi¨®n: los partidos nacionalistas, que hab¨ªan incumplido el "compromiso de avanzar hacia una instituci¨®n ¨²nica y soberana para toda Euskal Herria". La primera reacci¨®n del PNV fue la de mantener su pacto de legislatura con EH porque, seg¨²n dijo el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, "la paz no requiere de la ruptura de consensos b¨¢sicos, sino la ampliaci¨®n de ¨¦stos". A partir de ah¨ª, el PNV empez¨® a apostar por un "nuevo marco jur¨ªdico", lo que se ha llamado el giro soberanista de este partido, en el que se da por superado el Estatuto de Autonom¨ªa. Los nacionalistas llamaron a HB a sumarse a esa nueva estrategia. El Gobierno vasco convoc¨® una manifestaci¨®n en contra de la ruptura de la tregua bajo el lema "Necesitamos la Paz", a la que por primera vez acudi¨® HB, aunque con pancartas propias. El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, lanz¨® un mensaje muy duro contra el PNV el d¨ªa de la Constituci¨®n, el 6 de diciembre, lo que implic¨® el fin del acuerdo de legislatura entre ambos partidos. El PNV, mientras, sigui¨® adelante con su apuesta soberanista, ratificada por unanimidad en una reuni¨®n de su Asamblea Nacional.Cumplir amenazas
El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, comenz¨® a advertir de que ETA pod¨ªa cumplir en cualquier momento sus amenazas porque, aunque las acciones policiales hab¨ªan reducido su capacidad de acci¨®n, a¨²n ten¨ªa fuerza m¨¢s que suficiente para matar. El mismo d¨ªa en que la direcci¨®n del PNV cerr¨® su giro soberanista, una casualidad, al menos seg¨²n la versi¨®n oficial, permiti¨® impedir el mayor atentado de la historia de ETA, por lo que se refiere a cantidad de explosivo.
Dos guardias civiles de tr¨¢fico interceptaron una furgoneta con 900 kilos de cloratita y 50 de dinamita en el kil¨®metro 204 de la carretera Madrid-Barcelona, cerca de Calatayud, (Zaragoza). Dos d¨ªas despu¨¦s, cerca de all¨ª se descubri¨® otra furgoneta similar. En total, 1.700 kilos de explosivo listos para estallar en Madrid a las 19.56, una hora punta.
El l¨ªder del PNV, Xabier Arzalluz, puso en duda que ETA quisiera matar y asegur¨® que Mayor "estar¨ªa encantado de que esas dinamitas explotasen". Ibarretxe, sin embargo, se felicit¨® del ¨¦xito policial y reclam¨® de nuevo a ETA que no rompiese la tregua.
La situaci¨®n se repiti¨® el 3 de enero de 2000, cuando la polic¨ªa detuvo en Bilbao a tres integrantes del comando Vizcaya y evit¨® que atentasen contra una patrulla de la Guardia Civil. Otro activista, Francisco Rementer¨ªa, huy¨® con el coche bomba, que ser¨ªa localizado d¨ªas despu¨¦s. La presi¨®n policial lleg¨® hasta M¨¦xico, cuyo Gobierno entreg¨® al espa?ol a cuatro activistas de ETA que permanec¨ªan huidos all¨ª y carec¨ªan de residencia legal.
En el plano pol¨ªtico, PNV, EA e IU celebraron el pasado 15 de enero una manifestaci¨®n en la que ped¨ªan a ETA que se parase y a los gobiernos espa?ol y franc¨¦s que se movieran. EH acudi¨® a la marcha, pero de nuevo con lemas propios. Pese a las manifiestaciones nacionalistas, Mayor vaticin¨® cada vez con m¨¢s insistencia lo que finalmente ha ocurrido: un inminente atentado.
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