Craxi, enterrado en Hammamet con la ausencia de l¨ªderes socialistas europeos
,ENVIADO ESPECIALEl socialista Bettino Craxi, ex presidente del Gobierno italiano, permanecer¨¢ para siempre en el exilio. Sus restos fueron inhumados ayer en el cementerio cristiano de Hammamet, en una sencilla tumba que se halla a escasos metros de un mar que le separaba de Italia, adonde jur¨® no volver si no era como un hombre libre. Fue enterrado con un clavel rojo en la solapa de su traje (el mismo con el que fue investido como primer ministro) y con un rosario enviado por Juan Pablo II entre las manos.
Una l¨¢pida blanca, con su nombre y fecha de nacimiento y muerte, que descansa sobre la tierra de su exilio servir¨¢ para recordar su memoria. No hubo discursos, ni himnos. A su funeral, en la catedral cat¨®lica de T¨²nez, acudieron sobre todo amigos y compa?eros de partido. No hab¨ªa apenas personalidades de otros partidos socialistas europeos, y ninguno conocido del PSOE.Faruq Kaddumi, ministro de Exteriores de la Autoridad Palestina, represent¨® a Yasir Arafat, que en el ¨²ltimo momento excus¨® su asistencia. Craxi, condenado a 10 a?os de c¨¢rcel en su pa¨ªs, fue convertido por sus enemigos en ciudadano de honor de Tangent¨®poli, ese territorio brumoso de las comisiones ilegales por donde ha circulado alguna vez casi toda la clase pol¨ªtica italiana.
Banderas rojas y ninguna italiana en las manos de sus compa?eros socialistas que, llegados en aviones fletados para la ocasi¨®n, llenaron la catedral. La emoci¨®n y la rabia contenida de sus seguidores, muchos de ellos con claveles rojos en la solapa, estall¨® en las ovaciones con que se recibi¨® y se despidi¨® al f¨¦retro a la entrada y la salida de la catedral. Algunos exhib¨ªan carteles contrarios al primer ministro italiano (como el de ?D'Alema asesino!). Su titular de Exteriores, Lamberto Dini, y el secretario de Estado, Mario Minitti, su hombre de confianza, representaban al Gobierno.
Dini, con un gran tacto diplom¨¢tico, lleg¨® con unos pocos minutos de retraso al funeral, los suficientes para evitar un recibimiento hostil de los seguidores de Craxi.
La familia del dirigente socialista italiano rechaz¨® el ofrecimiento del Gobierno de Roma de celebrar unos funerales de Estado en Italia y se?al¨® que Craxi hab¨ªa sido v¨ªctima de "una campa?a de odio sin precedentes en la historia de la Rep¨²blica italiana".
Entre los amigos del difunto, Silvio Berlusconi, ex presidente del Gobierno, y el ex presidente de la Rep¨²blica Francesco Cossiga, que como Craxi era un tenaz adversario de los comunistas. Entre los antiguos compa?eros del PSI, se encontraban, entre otros, Claudio Martinelli y Gianni de Michelis.
La misa funeral fue oficiada por el arzobispo Dwal, que ley¨® un telegrama de p¨¦same enviado por el Papa Juan Pablo II, y fue asistido en la ceremonia por otros seis sacerdotes. El hijo de Craxi, Bobo, pronunci¨® unas palabras emocionadas al final del funeral, que concluy¨® con voz entrecortada como un "ciao papa".
Las autoridades tunecinas han permanecido totalmente al margen de las exequias ya que aqu¨ª Craxi era un exiliado ilustre, pero no gozaba de ning¨²n estatus especial, salvo el m¨¢s importante, ser amigo y protegido del presidente Ben Al¨ª.
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