La c¨²pula castrense de Ecuador utiliz¨® y enga?¨® a los ind¨ªgenas y coroneles golpistas
Sinti¨¦ndose burlados, cabizbajos, los ind¨ªgenas sublevados contra el depuesto presidente de Ecuador, Jamil Mahuad, regresaron a sus aldeas despu¨¦s de que la astucia del generalato, compromisos pol¨ªticos a¨²n ocultos, promesas anticonstitucionales, y sobre todo el temor de la mayor¨ªa a ser gobernada por una dictadura retr¨®grada derrotaran el golpe c¨ªvico-castrense desencadenado el jueves con la toma del Congreso. El coronel Lucio Guti¨¦rrez fue detenido y el quech¨²a Antonio Vargas pas¨® a la clandestinidad.
El nuevo jefe de Gobierno, el democristiano Gustavo Noboa, vicepresidente de Mahuad, que se prest¨® a una componenda castrense por ambiciones pol¨ªticas y sosteniendo que as¨ª evitaba males mayores, hereda una econom¨ªa en crisis, unos cuarteles agitados, un Congreso de discurso patriotero, m¨¢s ducho en el trueque de favores que en las pol¨ªticas de Estado, y un indigenismo levantisco en las provincias y nada satisfecho por la continuidad del Gobierno, empe?ado todav¨ªa en la disoluci¨®n de los tres poderes del Estado. "Otra vez hemos sido marginados, pero seguimos adelante", declar¨® Antonio Vargas, presidente de la Confederaci¨®n de Nacionalidades Ind¨ªgenas de Ecuador (CONAIE).La dolarizaci¨®n de la econom¨ªa, la soluci¨®n establecida hace dos semanas por el presidente derrocado para salvar el cargo mediante un frenazo a la vertiginosa subida de los precios y devaluaci¨®n del sucre, ser¨¢ mantenida por Noboa, que ayer nombr¨® a seis ministros. El desarrollo legislativo del radical programa econ¨®mico y su aceptaci¨®n entre la empobrecida sociedad son retos may¨²sculos. El catedr¨¢tico cat¨®lico de 61 a?os investido a toda prisa por las Fuerzas Armadas en la sede del Comando Conjunto acept¨® sin mayores reparos una presidencia que los militares, seg¨²n el esp¨ªritu de la Carta Magna, debieron haber devuelto a su titular despu¨¦s de dinamitar desde dentro el triunvirato sedicioso.
Pero la impopularidad del pusil¨¢nime Mahuad, nada resuelto contra la corrupci¨®n, era tan grande que pocos iban a llorar su descabezamiento. Al alto mando y al Parlamento les fue sencillo entonces entregar un culpable, derribarlo mediante la torcida interpretaci¨®n de uno de los art¨ªculos establecidos en la Constituci¨®n como causa de relevo: el "abandono del cargo". Sereno en todos sus discursos, habiendo podido ser linchado por la turba que alcanz¨® el palacio presidencial, Mahuad pidi¨® para Noboa el apoyo que a ¨¦l le negaron, aunque advirti¨® que los m¨¦todos empleados para expulsarle, "la cantinflada", podr¨¢n ser ejecutados tambi¨¦n contra su sucesor. Ecuador, agreg¨®, corre el riesgo de pasar a ser propiedad de las algaradas, no de la legalidad.
Los miles de ind¨ªgenas que promovieron el golpe, "a los que siempre hemos tratado como piojosos", admiti¨® un diputado, volvieron a sus comunidades, en camionetas o a pie, maldiciendo al Gobierno, a los generales, a un Congreso calificado de ladr¨®n y corrupto y a los periodistas "c¨®mplices de los traidores". El Judas por antonomasia, en su opini¨®n, es Carlos Mendoza, jefe del Ej¨¦rcito, ministro de Defensa interino de Mahuad, que en la madrugada del viernes integr¨® la junta rebelde, junto a Vargas y el resabiado ex presidente del Tribunal Supremo, Carlos Sol¨®rzano, y tres horas despu¨¦s la abandon¨® precipitando su fracaso.
Control de la situaci¨®n
El golpe de los coroneles y de los ind¨ªgenas se ejecut¨® sin garantizarse antes el apoyo de los cuarteles, confiados en que la oficialidad mestiza o ind¨ªgena, y el generalizado desencanto social, habr¨ªan de secundarlo. No fue as¨ª: el alto mando conserv¨® el control de la situaci¨®n en todo momento, maniobr¨®, y la mayor¨ªa de los regimientos rechazaron la cosmovisi¨®n ind¨ªgena en el Gobierno y abandonaron a su suerte al coronel Lucio Guti¨¦rrez, y los oficiales a sus ¨®rdenes, detenidos despu¨¦s. Mendoza, seg¨²n algunas versiones, fue el topo que desde el triunvirato inform¨® al generalato sobre el alcance de la sublevaci¨®n. A la hora convenida lo abandon¨® argumentado que deseaba evitar un derramamiento de sangre. Contrariamente, el general retirado Jos¨¦ Gallardo, sustituido por Mendoza a principios de enero al frente de la cartera de Defensa del Gobierno de Mahuad, lo cita como conspirador. "Lo que ocurre es que al general Mendoza le dicen todas las unidades: 'No se?or, estamos contra el rompimiento del orden constitucional y ustedes lo acaban de romper'. No fue un h¨¦roe, simplemente no pudo ser un dictador porque no le dejaron el grueso de las Fuerzas Armadas. Y el mundo tambi¨¦n le dijo no".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.