La emocionante voz del coraz¨®n
JOS? LUIS MERINO
Entre octubre y noviembre de 1996 se celebr¨® en Pamplona un ciclo de conferencias, bajo el enunciado Jorge Oteiza, creador integral. Ahora se han recogido la mayor¨ªa de aquellos testimonios y se ha confeccionado un libro. Los ponentes giran en torno a Jorge Oteiza para relacionarlo con la escultura, la pedagog¨ªa, la simbolog¨ªa vasca, el cine, la arquitectura, y la vida misma.
Uno de los testimonios m¨¢s amenos del libro lo firma Juan Huarte, presidente de la Fundaci¨®n-Museo Jorge Oteiza, de Alzuza (Navarra), quien fuera su primer y m¨¢s acendrado admirador, adem¨¢s de ser el que le ayud¨® materialmente para que Oteiza pudiera presentarse en la Bienal de S?o Paulo (Brasil), y ganar en 1957 el Gran Premio Internacional de Escultura.
A trav¨¦s de los recuerdos de Huarte en su relaci¨®n con Oteiza, desde el primer encuentro, hasta las desavenencias ¨²ltimas, que el ponente tiene la delicadeza de no contar, pasando por las mil y una peripecias vitales entre dos amigos de verdad, el dibujo que se nos ofrece de Jorge Oteiza es de una precisi¨®n asombrosa. Para mayor deleite, Huarte evoca el recuerdo otros creadores, como Rafael Ruiz Balerdi, Luis de Pablo, Palazuelo, Chillida, o los arquitectos S¨¢enz de Oiza, Fullaondo, Moneo, entre otros ejemplos. Sin duda, el escrito de Huarte es lo m¨¢s jugoso del libro, quiz¨¢ porque estamos escuchando la voz del coraz¨®n, por encima de otras premisas. Esto no quiere decir que carezca de inter¨¦s todo lo dem¨¢s. Ni mucho menos. Lo que sucede es que ya existen estudios sobre la estatuaria de Oteiza, de probado cr¨¦dito. De todos modos, nunca est¨¢ dem¨¢s volver a recordarlos.
Los encargados de adentrarse en la parcela oteiciana de la escultura son Alberto Rosales y Pedro Manterola. El primero, muestra un discurso m¨¢s sistematizado y asentado sobre una s¨®lida base bien estructurada. El segundo, m¨¢s disperso, trata de meterse en la piel de Oteiza, para escribir de la manera que lo har¨ªa Oteiza. En muchos momentos lo consigue, en raz¨®n a las numerosas transcripciones de la propia voz de Oteiza. Tambi¨¦n en el trabajo de Alberto Rosales aparecen algunas transcripciones sacadas de textos del escultor de Orio.
Cuando se quiere hablar de Oteiza no se pueden obviar sus ideas, sus expresiones, sus intuiciones verbales. En uno de los cap¨ªtulos de este libro, titulado Oteiza y la arquitectura, donde se reproduce una entrevista que le hace Alberto Rosales al arquitecto y amigo de Oteiza, el navarro Javier S¨¢enz de Oiza, recuerda ¨¦ste que siempre ha hablado de Oteiza consider¨¢ndolo su padre espiritual. Dice: "Yo me sent¨ªa un aprendiz de arte frente al magisterio art¨ªstico de Jorge Oteiza". Y expresa una idea clave para entender al artista guipuzcoano, como es que su verbo (el de Oteiza) le puede casi a la estatuaria que produce.
El libro contiene, adem¨¢s, un acucioso estudio de Jaoine Apalategi sobre la experiencia de Oteiza en la educaci¨®n, una disertaci¨®n de Andr¨¦s Ortiz-Os¨¦s sobre simbolog¨ªa vasca de Oteiza, y un pasaje controvertido de Oteiza por el mundo del cine, plasmado por Jos¨¦ Juli¨¢n Bakedano con documentado y ecu¨¢nime criterio.
La edici¨®n del libro, dirigida por Alberto Rosales, ha corrido a cargo de la Universidad P¨²blica de Navarra y la Fundaci¨®n-Museo Jorge Oteiza.
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