"Los profesores deben perder el miedo a las nuevas tecnolog¨ªas"
Penny Ur (Reino Unido, 1943) no teme romper t¨®picos: afirma que los adultos aprenden mejor ingl¨¦s que los ni?os y que hay que ense?ar m¨¢s horas en secundaria que en primaria. Ha sido profesora de ingl¨¦s durante 20 a?os, es autora de siete libros, editora de 30 manuales para profesores (publicados por Cambridge University Press) y se form¨® en Oxford, Cambridge y Reading.Pregunta. Un estudiante termina el bachillerato en Espa?a con 600 u 800 horas de clase de ingl¨¦s. ?Es suficiente?
Respuesta. No me atrevo a decir cu¨¢ntas horas son necesarias. Depende m¨¢s de la edad. Un adolescente o un adulto que recibe tres o cuatro horas de ingl¨¦s a la semana durante tres a?os debe tener un nivel aceptable, pero los ni?os requieren m¨¢s tiempo. La edad ideal para aprender es a partir de los 10 a?os.
P. ?Entonces no es cierto que los ni?os peque?os aprendan mejor?
R. En un contexto de inmersi¨®n (ense?anza biling¨¹e), los ni?os aprenden perfectamente, porque es un aprendizaje de supervivencia, con muchas horas de ingl¨¦s y con siete u ocho profesores que lo hablan. Pero esto no es lo habitual. Como segunda lengua tienen m¨¢s capacidad los mayores.
P. ?Es cuesti¨®n de inteligencia?
R. Digamos que los alumnos tienen m¨¢s habilidades cognitivas a partir de los 10 a?os.
P. ?Propone retrasar el ingl¨¦s a esa edad?
R. No, lo que digo es que, si se dispone de un n¨²mero de horas limitado para ense?ar ingl¨¦s, es mejor darlas en secundaria.
P. Pero eso es justo lo contrario de lo que se hace en Espa?a: se dan cinco o seis horas en primaria y la mitad en secundaria.
R. Lo s¨¦, y ocurre lo mismo en otros pa¨ªses europeos. Lo ideal ser¨ªa mantener las horas en primaria y aumentar las de secundaria.
P. ?Por qu¨¦ no se hace?
R. Es cuesti¨®n de prioridades. Supongo que su ministro de Educaci¨®n piensa que no s¨®lo el ingl¨¦s es importante.
P. ?Recomienda a los padres que env¨ªen a sus hijos a colegios biling¨¹es y a estudiar en el extranjero?
R. En principio, s¨ª, pero no lo digo muy convencida. No est¨¢ en manos de muchos padres. Deber¨ªa ofrecerlo el Estado.
P. O sea, que aprenden ingl¨¦s los que pueden pagarlo.
R. Me temo que s¨ª.
P. ?Cu¨¢l es la ¨²ltima tendencia en la ense?anza?
R. M¨¢s comunicaci¨®n oral y menos listas de vocabulario y gram¨¢tica.
P. Pero con Internet vuelve a necesitarse el ingl¨¦s escrito.
R. Cierto. Por eso querr¨ªa ver m¨¢s equilibrio. Una buena base de gram¨¢tica es fundamental para hablar bien.
P. Ahora se habla mucho de aprender ingl¨¦s internacional. ?En qu¨¦ consiste?
R. Es un ingl¨¦s pr¨¢ctico. Lo bastante claro como para que se entiendan dos personas de diferentes pa¨ªses, cada una con su acento, y con un vocabulario ajustado a sus necesidades.
P. P¨®ngame un ejemplo.
R. Wellington boots (katiuskas) es un concepto que s¨®lo se entiende en Inglaterra. En ingl¨¦s internacional dir¨ªa water boots (botas de agua).
P. ?Qu¨¦ aportan las nuevas tecnolog¨ªas a la ense?anza?
R. Sobre todo motivaci¨®n. Un ordenador no sustituye el aprendizaje con un profesor en el aula, pero hace ver a los j¨®venes que necesitan ingl¨¦s para entender la informaci¨®n que hay en Internet. Los profesores deben perder el miedo a las nuevas tecnolog¨ªas y aprovechar lo que beneficie a sus alumnos.
P. Los espa?oles suelen sentirse torpes con el ingl¨¦s. ?Qu¨¦ les cuesta m¨¢s?
R. Los sonidos y la pronunciaci¨®n, y un poco la gram¨¢tica; pero se equilibra porque el espa?ol y el ingl¨¦s comparten una base l¨¦xica. El problema es que ya hablan una lengua reconocida internacionalmente y no sienten obligaci¨®n de aprender otra.
P. Pero, ?no hay ning¨²n inconveniente en particular?
R. Les interesa m¨¢s hablar lo antes posible que estudiar.
P. Por ¨²ltimo, ?es posible el aprendizaje sin dolor?
R. Lamentablemente, no. Parte del trabajo del profesor es que aprender ingl¨¦s sea placentero para los alumnos, pero el esfuerzo de ¨¦stos siempre ser¨¢ necesario.
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